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La novela que comentamos hoy "Deja en paz al diablo" es la tercera obra de este autor, que sigue con el hilo conductor de la vida del personaje principal de los dos anteriores títulos, el detective retirado David Gurney.
Título original: Let the Devil Sleep
© 2012, John Verdon
Primera edición: junio de 2012
© de la traducción: Javier Guerrero
Editado por Roca Editorial de Libros, S.L.
ISBN: 978-84-9918-494-4
495 páginas.
Sinopsis: Nada es nunca lo que parece. Y menos si David Gurney está involucrado.
Dave Gurney, detective de 48 años, lleva seis meses sin hacer nada, el tiempo que hace que resultó herido en el desenlace de su último caso, el asesinato de Jilliam Perry. Apenas puede reincorporarse a la normalidad de la vida diaria, lo domina la hostilidad, no la serenidad. Se había encontrado al borde de la muerte; le habían disparado tres tiros a bocajarro y había estado en coma. Nunca le habían gustado demasiado las armas, pero tras esto no olvidaba su cartuchera en el tobillo para su Beretta calibre 32.
Su esposa, Madeleine, con la que vive en una finca rural a las afueras del pueblo de Walnut Crossing, en los Catskills (aunque ellos eran de Nueva York), está preocupada por él, puesto que le han diagnosticado síndrome de estrés postraumático, y nada parece alegrarle, hasta que la llamada de una vieja amiga le hace volver a investigar.
Connie Clarke, la periodista que había creado la fama de superpoli de Dave se pone en contacto con él para que ayude a su hija Kim Corazon, que como proyecto de final de carrera está preparando una miniserie documental para la televisión sobre víctimas de homicidios, centrada en las familias, pues trata casos sin resolver. La serie se llama "Los huérfanos del crimen".
Dave Gurney, detective de 48 años, lleva seis meses sin hacer nada, el tiempo que hace que resultó herido en el desenlace de su último caso, el asesinato de Jilliam Perry. Apenas puede reincorporarse a la normalidad de la vida diaria, lo domina la hostilidad, no la serenidad. Se había encontrado al borde de la muerte; le habían disparado tres tiros a bocajarro y había estado en coma. Nunca le habían gustado demasiado las armas, pero tras esto no olvidaba su cartuchera en el tobillo para su Beretta calibre 32.
Su esposa, Madeleine, con la que vive en una finca rural a las afueras del pueblo de Walnut Crossing, en los Catskills (aunque ellos eran de Nueva York), está preocupada por él, puesto que le han diagnosticado síndrome de estrés postraumático, y nada parece alegrarle, hasta que la llamada de una vieja amiga le hace volver a investigar.
Connie Clarke, la periodista que había creado la fama de superpoli de Dave se pone en contacto con él para que ayude a su hija Kim Corazon, que como proyecto de final de carrera está preparando una miniserie documental para la televisión sobre víctimas de homicidios, centrada en las familias, pues trata casos sin resolver. La serie se llama "Los huérfanos del crimen".
Lo que Connie quiere en realidad es que Dave revise el trabajo de su hija y la guíe en cómo relacionarse con los familiares de las víctimas. Kim ha centrado todo su proyecto en las víctimas del Buen Pastor, un asesino en serie al que nunca atraparon, que disparaba a conductores, un caso de hacía 10 años, de la primavera del 2000.
En parte por hacerle un favor a Connie y en parte por aburrimiento, Gurney acepta. Esto no será más que el principio. Sin poder ponerle coto a su curiosidad, y necesitando resolver cada una de las incógnitas que se le presentan, Dave Gurney se verá arrastrado a una investigación para descubrir la verdadera identidad del asesino, volviendo a poner en peligro su vida y la de los que le rodean.
Según Kim, para comprender qué es de verdad el asesinato, hay que hablar con las familias de las víctimas. Esa teoría es la que ha impresionado al productor Rudy Getz, de la cadena televisiva RAM, que ya había tratado ampliamente el caso en su momento. Tendrá que reunirse con los familiares para ver cómo se sienten en realidad y no todos reaccionarán positivamente. Contando con la ayuda de Dave, no será el único problema al que tendrá que enfrentarse, puesto que Kim parece sufrir en su propia casa el acoso de un antiguo novio, Robert Meese, conocido como Robert Montague, y la policía cree que en realidad son invenciones suyas.
A medida que se adentran en el caso, Dave encuentra lagunas en la forma en que se llevó a cabo la investigación inicial del caso del Buen Pastor. Para acceder a los informes originales cuenta con la ayuda de Jack Hardwick, investigador jefe de la policía del Estado de Nueva York, que también resultó herido en el último caso investigado por Dave.
Los responsables de la creación de perfiles del FBI centraron su búsqueda en un varón que atacaba en las carreteras que iban a parar a zonas residenciales a conductores de Mercedes negros a los que disparaba en la sien con balas de una pistola de gran tamaño, la Desert Eagle, y parece que por el manifiesto que envió en su momento actuaba movido por el odio a los que poseían riquezas, a los que trataba como codiciosos. Los reportajes de Kim van a mover conciencias, y el propio Dave Gurney va a dar un nuevo giro a la investigación, ayudado por las conversaciones que mantiene a lo largo del libro con los distintos protagonistas.
Dave, casado en segundas nupcias con Madeleine, con la que tuvo un hijo que falleció, mantiene una especial relación con su esposa; ella es el punto de lucidez en su vida, y más ahora que pasa por una difícil situación personal tras el anterior caso. Tiene un hijo de su anterior matrimonio, Kyle, con el que parece mantiene las distancias, aunque este libro hace que nos acerquemos más al aspecto humano del protagonista (en el fondo padre e hijo no son capaces de demostrarse lo que sienten el uno hacia el otro) y de los que le rodean.
Las conversaciones mantenidas con los diferentes familiares de las víctimas hacen que el libro se siga bien, y a medida que vas conociendo detalles sobre ellos quieres descubrir la verdadera personalidad del asesino en serie.
Para tratar de investigar las lagunas del caso, Dave debe enfrentarse con los anteriores investigadores, que por supuesto no verán con buenos ojos que se discuta su investigación, y con los actuales, puesto que la emisión del programa de Kim traerá consecuencias.
Una baza importante en la investigación será el personaje de Max Clinter, un detective fuera de servicio que quedó enredado en el último asesinato del Buen Pastor, al que culparon de negligencia, por no evitar que éste escapara. La emoción está garantizada hasta el último momento, y si tenéis tiempo, es un libro que se lee de tirón (en mi caso, un par de días).
Aunque el libro es el tercero de la saga, que cuenta con los mismos protagonistas, puede leerse sin haberse iniciado en la lectura de los anteriores, puesto que el autor cuenta cosas del personaje y su entorno, y de cómo ha evolucionado. Si desde el primer libro ya se presenta al protagonista como alguien independiente, no acostumbrado a compartir sentimientos ni ideas con su entorno, quizá para protegerlos, ahora se incide mucho más en esto, pero el haber resultado herido en el anterior caso le hace abrirse más al mundo y a los que le rodean. Su mujer es el complemento perfecto, porque con sus ideas le ayuda de alguna forma, y su carácter más abierto le hace bien. Desde el primer título se sabe que Dave tiene un hijo de su anterior matrimonio, al que parece gustarle el lujo, las marcas, pero que no parece tener mucha relación con su padre. En este libro, el hijo visita al padre, y hay un acercamiento, una admiración hacia su persona. Lo malo de estos dos personajes es que les cuesta decirse lo que sienten.
La descripción de los paisajes es bastante completa, y puedes imaginar el entorno en el que se desarrolla la obra. Al mismo tiempo, al tratar el tema de un asesino en serie puedes pensar que estás asistiendo a la visualización de un episodio de Mentes criminales. Al mismo tiempo, alguno de los giros en la forma de afrontar la investigación te trae al recuerdo The ABC Murders (El misterio de la guía de ferrocarriles), de Agatha Christie, pero es una opinión personal.
Personalmente, me gusta el estilo de Verdon, puesto que sus libros se leen bien y dejan buen sabor. Me gusta Gurney, porque se nos presenta (sobre todo en este último libro) con sus miedos, y aunque parece algo reservado y que no comparte todo lo que pasa por su cabeza, arriesga su vida por llegar a la verdad. Además, ¿quién no conoce a alguien demasiado reservado?.
Si se publica un cuarto libro, intentaré hacerme con él.
Como siempre, si no habéis leído nada de Verdon, recomiendo que se empiece la lectura por el principio, puesto que así te haces una mejor idea de los personajes, y el primer título Sé lo que estás pensando es altamente recomendable, por su originalidad.
¡Hasta una próxima entrada!
En parte por hacerle un favor a Connie y en parte por aburrimiento, Gurney acepta. Esto no será más que el principio. Sin poder ponerle coto a su curiosidad, y necesitando resolver cada una de las incógnitas que se le presentan, Dave Gurney se verá arrastrado a una investigación para descubrir la verdadera identidad del asesino, volviendo a poner en peligro su vida y la de los que le rodean.
Según Kim, para comprender qué es de verdad el asesinato, hay que hablar con las familias de las víctimas. Esa teoría es la que ha impresionado al productor Rudy Getz, de la cadena televisiva RAM, que ya había tratado ampliamente el caso en su momento. Tendrá que reunirse con los familiares para ver cómo se sienten en realidad y no todos reaccionarán positivamente. Contando con la ayuda de Dave, no será el único problema al que tendrá que enfrentarse, puesto que Kim parece sufrir en su propia casa el acoso de un antiguo novio, Robert Meese, conocido como Robert Montague, y la policía cree que en realidad son invenciones suyas.
A medida que se adentran en el caso, Dave encuentra lagunas en la forma en que se llevó a cabo la investigación inicial del caso del Buen Pastor. Para acceder a los informes originales cuenta con la ayuda de Jack Hardwick, investigador jefe de la policía del Estado de Nueva York, que también resultó herido en el último caso investigado por Dave.
Los responsables de la creación de perfiles del FBI centraron su búsqueda en un varón que atacaba en las carreteras que iban a parar a zonas residenciales a conductores de Mercedes negros a los que disparaba en la sien con balas de una pistola de gran tamaño, la Desert Eagle, y parece que por el manifiesto que envió en su momento actuaba movido por el odio a los que poseían riquezas, a los que trataba como codiciosos. Los reportajes de Kim van a mover conciencias, y el propio Dave Gurney va a dar un nuevo giro a la investigación, ayudado por las conversaciones que mantiene a lo largo del libro con los distintos protagonistas.
Dave, casado en segundas nupcias con Madeleine, con la que tuvo un hijo que falleció, mantiene una especial relación con su esposa; ella es el punto de lucidez en su vida, y más ahora que pasa por una difícil situación personal tras el anterior caso. Tiene un hijo de su anterior matrimonio, Kyle, con el que parece mantiene las distancias, aunque este libro hace que nos acerquemos más al aspecto humano del protagonista (en el fondo padre e hijo no son capaces de demostrarse lo que sienten el uno hacia el otro) y de los que le rodean.
Las conversaciones mantenidas con los diferentes familiares de las víctimas hacen que el libro se siga bien, y a medida que vas conociendo detalles sobre ellos quieres descubrir la verdadera personalidad del asesino en serie.
Para tratar de investigar las lagunas del caso, Dave debe enfrentarse con los anteriores investigadores, que por supuesto no verán con buenos ojos que se discuta su investigación, y con los actuales, puesto que la emisión del programa de Kim traerá consecuencias.
Una baza importante en la investigación será el personaje de Max Clinter, un detective fuera de servicio que quedó enredado en el último asesinato del Buen Pastor, al que culparon de negligencia, por no evitar que éste escapara. La emoción está garantizada hasta el último momento, y si tenéis tiempo, es un libro que se lee de tirón (en mi caso, un par de días).
Aunque el libro es el tercero de la saga, que cuenta con los mismos protagonistas, puede leerse sin haberse iniciado en la lectura de los anteriores, puesto que el autor cuenta cosas del personaje y su entorno, y de cómo ha evolucionado. Si desde el primer libro ya se presenta al protagonista como alguien independiente, no acostumbrado a compartir sentimientos ni ideas con su entorno, quizá para protegerlos, ahora se incide mucho más en esto, pero el haber resultado herido en el anterior caso le hace abrirse más al mundo y a los que le rodean. Su mujer es el complemento perfecto, porque con sus ideas le ayuda de alguna forma, y su carácter más abierto le hace bien. Desde el primer título se sabe que Dave tiene un hijo de su anterior matrimonio, al que parece gustarle el lujo, las marcas, pero que no parece tener mucha relación con su padre. En este libro, el hijo visita al padre, y hay un acercamiento, una admiración hacia su persona. Lo malo de estos dos personajes es que les cuesta decirse lo que sienten.
La descripción de los paisajes es bastante completa, y puedes imaginar el entorno en el que se desarrolla la obra. Al mismo tiempo, al tratar el tema de un asesino en serie puedes pensar que estás asistiendo a la visualización de un episodio de Mentes criminales. Al mismo tiempo, alguno de los giros en la forma de afrontar la investigación te trae al recuerdo The ABC Murders (El misterio de la guía de ferrocarriles), de Agatha Christie, pero es una opinión personal.
Personalmente, me gusta el estilo de Verdon, puesto que sus libros se leen bien y dejan buen sabor. Me gusta Gurney, porque se nos presenta (sobre todo en este último libro) con sus miedos, y aunque parece algo reservado y que no comparte todo lo que pasa por su cabeza, arriesga su vida por llegar a la verdad. Además, ¿quién no conoce a alguien demasiado reservado?.
Si se publica un cuarto libro, intentaré hacerme con él.
Como siempre, si no habéis leído nada de Verdon, recomiendo que se empiece la lectura por el principio, puesto que así te haces una mejor idea de los personajes, y el primer título Sé lo que estás pensando es altamente recomendable, por su originalidad.
¡Hasta una próxima entrada!