Siguiendo con la iniciativa de #SoyYincanera, nueva reseña en el blog, esta vez de la mano de una novela de intriga con la que os adelanto he disfrutado.
Sin más, vamos con los datos técnicos del libro:
Título: Lo que callan los muertos
Autora: Ana Lena Rivera
Editorial: Maeva Ediciones
Sello Maeva Noir
ISBN: 978-84-17108-77-9
Edición: Rústica con solapas
Año publicación: 2019
P.V.P.: 19€
312 páginas.
Novela galardonada con el Premio Torrente Ballester, compartido ex aequo con "El ángulo de la Bruma", de Fátima Martín Rodríguez.
Sinopsis del libro
(tomada de la página de la editorial)
"Lo que callan los muertos" supone la primera aparición de una nueva investigadora, Gracia San Sebastián, que ha llegado para quedarse, como bien dice José María Guelbenzu en la trasera del libro. No estamos ante una novela negra típica, es más bien una historia costumbrista que destapa un secreto del pasado y juega con las relaciones de la protagonista con el entorno que la rodea, porque si algo tiene este libro es que no solo Gracia va a destacar como personaje, sino que en ocasiones los secundarios que la acompañan adquieren gran protagonismo y llegan a superarla, especialmente su madre, Adela, todo un personaje en su forma de comportarse, y cuyos contactos con vecinos y conocidos del barrio, así como su gran espontaneidad, ayudarán a Gracia en su labor para destapar el fraude a la Seguridad Social que tiene como protagonista a un anciano de más de cien años, don Marcelo Pravia, algo a todas luces complicado, teniendo en cuenta que desde hace más de treinta años nada se sabe de él ni en centros de salud ni en consultas médicas; todo apunta a que alguien se está haciendo pasar por él para seguir cobrando una jugosa paga de militar franquista muy bien remunerada, y la labor de la protagonista será destapar el fraude. Con esta excusa, la autora nos presenta a un personaje fuerte, con sus luces y sombras, sus miedos y sus incertidumbres, que guarda algún que otro secreto de su vida privada que no ha quedado lo suficientemente aclarado en este título, pero que estoy segura que será ampliamente tratado en una nueva entrega, que ha decidido abandonar un trabajo muy bien remunerado en Estados Unidos para volver a su Oviedo natal e investigar fraudes desde un punto de vista civil, porque aunque en este libro aparezcan policías, forenses y se hable de una investigación judicial, la protagonista no forma parte de este mundo, y serán sus relaciones y las de su familia las que la lleven a descubrir aquello que investiga, en parte fruto un poco de la casualidad, en parte por su buen hacer como comunicadora entre sus allegados y conocidos.
Será Gracia la encargada de narrar en primera persona la historia de su investigación y de todo lo concerniente a sus relaciones profesionales y familiares, a lo largo de diecisiete capítulos, y a través de ella conoceremos a su marido Jorge, con el que no está atravesando el mejor momento en su relación como pareja (como lectores sabremos por la propia Gracia que arrastran un pesar por la muerte de un hijo, aunque no se den muchos detalles de qué pasó exactamente), a su hermana Bárbara, brillante cardióloga que ayudará a Gracia en sus investigaciones y que se embarcará en una aventura personal muy prometedora, contando con el apoyo de su hermana; a Sarah, farmacéutica, amiga de Gracia, y pilar fundamental en los avances en su investigación, por la ayuda profesional y personal que le aporta. El toque de humor en la historia lo pondrán Adela, la madre de Gracia, una viuda muy activa que se ve involucrada en la investigación de su hija por el supuesto suicidio de la Impugnada, una vecina a la que apreciaba mucho y cuya muerte va a acabar relacionándose con el caso que investiga Gracia, y sor Florencia, una monja dominica amiga de la familia y que está al tanto, al igual que la madre de Gracia, de todo lo que se cuece en el barrio, y que será de gran ayuda a la protagonista a la hora de avanzar en el caso.
Si queréis disfrutar de una novela ágil, que mantiene dos intrigas paralelas que acaban convergiendo, disfrutando de un paseo por las calles de Oviedo, de la mano de unas protagonistas que en ocasiones van a levantaros alguna que otra sonrisa, esta es sin duda vuestra novela. Personalmente la he disfrutado, y he quedado con ganas de más. Se lee fácilmente, porque la historia va avanzando a medida que lo hacen las investigaciones de la protagonista, y al estar narrada en primera persona vamos asimilando la trama a la misma vez que ella, siendo partícipes de la misma. Como la autora no ha creado a un personaje extraordinario, sino que lo ha dotado de luces y sombras, y miedos, resulta creíble, porque podemos vernos reflejados en ella, y los toques de humor con los que ha acompañado la trama resultan de lo más acertados para disfrutar de la misma. En definitiva, una lectura recomendable y unos personajes a los que como lectora me han dejado ganas de seguir la pista. Y vosotros, ¿os animáis a conocer a Gracia y a su entorno? Seguro que no os arrepentiréis.
¡Nos leemos!
Sin más, vamos con los datos técnicos del libro:
Título: Lo que callan los muertos
Autora: Ana Lena Rivera
Editorial: Maeva Ediciones
Sello Maeva Noir
ISBN: 978-84-17108-77-9
Edición: Rústica con solapas
Año publicación: 2019
P.V.P.: 19€
312 páginas.
Novela galardonada con el Premio Torrente Ballester, compartido ex aequo con "El ángulo de la Bruma", de Fátima Martín Rodríguez.
Sinopsis del libro
(tomada de la página de la editorial)
Una novela de misterio ambientada en Oviedo protagonizada por una investigadora de fraudes que despertará la empatía de los lectores.
Gracia San Sebastián ha renunciado a una exitosa carrera laboral en Nueva York y ha regresado junto a su marido Jorge a su Oviedo natal para ejercer de investigadora de fraudes a la Seguridad Social. Su nuevo caso está relacionado con el cobro de la pensión de un militar franquista que sobrepasa los ciento doce años, cifra a todas luces sospechosa.
Mientras su vida personal avanza por sendas imprevistas, Gracia se encontrará con ramificaciones del caso que la llevarán a investigar el suicidio de una vecina de su madre. De vez en cuando pide consejo a una buena amiga de la familia, la monja dominica sor Florencia.
Datos sobre la autora
Ana Lena Rivera nació en Oviedo en 1972. Estudió Derecho y Administración de Empresas en ICADE, en Madrid. Después de veinte años como directiva en una gran multinacional, cambió los negocios por su gran pasión coincidiendo con el nacimiento de su hijo Alejandro. Junto a él nació también Gracia San Sebastián, la investigadora protagonista de su serie de intriga.
La primera entrega, Lo que callan los muertos, ha recibido el Premio Torrente Ballester.
Impresiones sobre el libro
"Lo que callan los muertos" supone la primera aparición de una nueva investigadora, Gracia San Sebastián, que ha llegado para quedarse, como bien dice José María Guelbenzu en la trasera del libro. No estamos ante una novela negra típica, es más bien una historia costumbrista que destapa un secreto del pasado y juega con las relaciones de la protagonista con el entorno que la rodea, porque si algo tiene este libro es que no solo Gracia va a destacar como personaje, sino que en ocasiones los secundarios que la acompañan adquieren gran protagonismo y llegan a superarla, especialmente su madre, Adela, todo un personaje en su forma de comportarse, y cuyos contactos con vecinos y conocidos del barrio, así como su gran espontaneidad, ayudarán a Gracia en su labor para destapar el fraude a la Seguridad Social que tiene como protagonista a un anciano de más de cien años, don Marcelo Pravia, algo a todas luces complicado, teniendo en cuenta que desde hace más de treinta años nada se sabe de él ni en centros de salud ni en consultas médicas; todo apunta a que alguien se está haciendo pasar por él para seguir cobrando una jugosa paga de militar franquista muy bien remunerada, y la labor de la protagonista será destapar el fraude. Con esta excusa, la autora nos presenta a un personaje fuerte, con sus luces y sombras, sus miedos y sus incertidumbres, que guarda algún que otro secreto de su vida privada que no ha quedado lo suficientemente aclarado en este título, pero que estoy segura que será ampliamente tratado en una nueva entrega, que ha decidido abandonar un trabajo muy bien remunerado en Estados Unidos para volver a su Oviedo natal e investigar fraudes desde un punto de vista civil, porque aunque en este libro aparezcan policías, forenses y se hable de una investigación judicial, la protagonista no forma parte de este mundo, y serán sus relaciones y las de su familia las que la lleven a descubrir aquello que investiga, en parte fruto un poco de la casualidad, en parte por su buen hacer como comunicadora entre sus allegados y conocidos.
Será Gracia la encargada de narrar en primera persona la historia de su investigación y de todo lo concerniente a sus relaciones profesionales y familiares, a lo largo de diecisiete capítulos, y a través de ella conoceremos a su marido Jorge, con el que no está atravesando el mejor momento en su relación como pareja (como lectores sabremos por la propia Gracia que arrastran un pesar por la muerte de un hijo, aunque no se den muchos detalles de qué pasó exactamente), a su hermana Bárbara, brillante cardióloga que ayudará a Gracia en sus investigaciones y que se embarcará en una aventura personal muy prometedora, contando con el apoyo de su hermana; a Sarah, farmacéutica, amiga de Gracia, y pilar fundamental en los avances en su investigación, por la ayuda profesional y personal que le aporta. El toque de humor en la historia lo pondrán Adela, la madre de Gracia, una viuda muy activa que se ve involucrada en la investigación de su hija por el supuesto suicidio de la Impugnada, una vecina a la que apreciaba mucho y cuya muerte va a acabar relacionándose con el caso que investiga Gracia, y sor Florencia, una monja dominica amiga de la familia y que está al tanto, al igual que la madre de Gracia, de todo lo que se cuece en el barrio, y que será de gran ayuda a la protagonista a la hora de avanzar en el caso.
"Mi madre era una mezcla entre Phileas Fogg y señora de provincias anticuada. Tan pronto bajaba en abrigo de piel y tacones a comprar al Mercadona como se apuntaba a cualquier aventura que le resultara emocionante. Su único miedo era que le sucediera algo malo a nuestra familia. Según ella, llega una edad en la que no se teme nada más."
"Desde lo más antiguo de los tiempos, sor Florencia empleaba las palabras zorrona y zorrón para referirse a la gente joven a la que apreciaba y, para sor Florencia, era joven todo aquel que no hubiera llegado a la jubilación. Nunca nadie le había querido explicar lo que significaba la palabra en lenguaje coloquial."Es fácil que esta novela me hubiera pasado inadvertida, porque es mucho lo que se publica en este momento, también en novela negra, que es uno de mis géneros preferidos, pero la falta de tiempo en muchas ocasiones y de dinero en otras tantas hace que no siempre pueda acercarme a muchos de los títulos que publican las editoriales. Afortunadamente, contamos con esta iniciativa que tantos buenos ratos nos está dando para acercarnos a autores y obras que de otro modo hubieran pasado ante nuestros ojos sin pena ni gloria. Y además, si hay algo claro es que en muchos casos, y con este título se cumple la expectativa, los libros sirven para acercarnos a lugares que de otra manera difícilmente podríamos conocer, y no quiero decir con esto que "Lo que callan los muertos" sea una guía de viaje, ni mucho menos, sino que la autora ha sabido combinar muy bien una historia amena y ágil, y crear unos personajes cercanos, de la mano de los cuales vamos a conocer la ciudad de Oviedo, donde está ambientada la novela, haciendo que el lector pasee por sus calles, entre en sus locales de ocio, disfrute de sus restaurantes... en definitiva, un viaje por una ciudad para muchos desconocida, como es mi caso, que guarda un secreto entre sus calles, que tratará de desentrañar la protagonista. Y del mismo modo, también asistiremos a un compendio de gastronomía local, porque la autora ha creado unos personajes cercanos, que bien podrían identificarse con cualquier persona de las que nos rodeamos en nuestro día a día, y en el caso de Adela, la madre de Gracia, ha creado un personaje completo, que lo mismo sirve para apoyar a su familia, vecinos o allegados en momentos difíciles, como que es capaz de disfrutar como la que más de una partida con amigas, una sesión para contactar con almas que no terminan de descansar, o preparar todo un banquete gastronómico con el fin de agasajar a cualquiera que necesite ser cuidado, o buscando una información que ayude a su hija en su investigación. Estamos ante personajes cercanos, con problemas, que mantienen una actitud luchadora ante la vida, con un peso importante para la familia, pilar fundamental de la trama, circunstancia esta que va a reflejarse tanto en el entorno de la protagonista como de la familia de la vecina suicida, y mucho más en las actitudes que llevan a algunos de los participantes en la trama a actuar de la manera que lo hacen a lo largo de la historia.
"Igual esto no suena muy moderno en los tiempos que corren, pero todos necesitamos raíces y, aunque la familia no sea perfecta, es la familia, para lo bueno y para lo malo. A veces, nos decepcionan y, a veces, nos ayudan. Lo importante es estar ahí siempre para ellos y ellos para nosotros, e intentar hacerlo lo mejor que podamos".En general, estamos ante una primera entrega de una saga que ha entrado con buen pie en nuestro ánimo lector, tanto es así que personalmente estoy deseando saber qué nuevos retos esperan a la protagonista, en su afán por descubrir los posibles fraudes que se le puedan presentar; quedo con ganas de saber cómo evolucionará su matrimonio, que pasa por dificultades, de descubrir en qué circunstancias perdieron a su hijo, cómo llevan este tema los distintos miembros de la familia, qué actitud tendrán ante algunas alegrías que la historia deja entrever para un futuro... Tengo la seguridad de que la autora sabrá contestar a todos estos interrogantes en una futura entrega, que me consta ya está en manos de la editorial y que personalmente estoy deseando leer. Estamos ante una serie de intriga, que se lee muy bien, porque está narrada en presente, en primera persona, de manera que vamos viendo cómo avanza la trama de la mano de la protagonista, y sintiendo junto a ella su evolución, encontramos a viejos conocidos de la infancia, como una amiga cotilla casada con un comisario, pieza fundamental en esta historia y que seguro dará juego en un futuro, rememoramos temas complicados de la sociedad actual, como la soledad y cómo afecta esta a las personas mayores, que en ocasiones no tienen más remedio que acabar sus días en un asilo. Estamos ante un buen reflejo del día a día que nos rodea, y lo que más me ha gustado, y me ha hecho recordar la obra de Teresa Solano, "Negras tormentas", es que el libro que hemos disfrutado nos presenta a una familia peculiar, de la que particularmente quiero saber más, así como conocer más datos sobre amigos y conocidos de estas dos grandes protagonistas, Gracia y Adela, Adela y Gracia, porque me han hecho reír, y he disfrutado con sus conversaciones, con sus pensamientos, con su forma de actuar... El humor que se respira a lo largo de la lectura hace que los temas tratados, duros en ocasiones, sean tratados de forma más distendida, y eso se agradece.
Si queréis disfrutar de una novela ágil, que mantiene dos intrigas paralelas que acaban convergiendo, disfrutando de un paseo por las calles de Oviedo, de la mano de unas protagonistas que en ocasiones van a levantaros alguna que otra sonrisa, esta es sin duda vuestra novela. Personalmente la he disfrutado, y he quedado con ganas de más. Se lee fácilmente, porque la historia va avanzando a medida que lo hacen las investigaciones de la protagonista, y al estar narrada en primera persona vamos asimilando la trama a la misma vez que ella, siendo partícipes de la misma. Como la autora no ha creado a un personaje extraordinario, sino que lo ha dotado de luces y sombras, y miedos, resulta creíble, porque podemos vernos reflejados en ella, y los toques de humor con los que ha acompañado la trama resultan de lo más acertados para disfrutar de la misma. En definitiva, una lectura recomendable y unos personajes a los que como lectora me han dejado ganas de seguir la pista. Y vosotros, ¿os animáis a conocer a Gracia y a su entorno? Seguro que no os arrepentiréis.
¡Nos leemos!