Nueva reseña en el blog, siguiendo con la iniciativa de #SoyYincanera. Algún día, espero que no muy lejano, intentaré subir alguna que otra reseña de los libros que leo por mi cuenta, al margen de esta iniciativa, pero de momento Cronos sigue alineado en mi contra, así que los demás deberán aguardar su turno.
No sé muy bien cómo afrontar la reseña de este título, porque a día de hoy no tengo claro si el libro ha terminado de convencerme o no. Era la primera vez que me acercaba a este autor, y debo reconocer que tenía las expectativas un poco altas, por lo bien que están siendo acogidos sus títulos en todas las redes sociales. Mira que soy de la opinión de que no hay que acercarse a los libros con las expectativas altas, pero debo reconocer que he caído en mi propia trampa, y que quizá esperaba un poco más de la historia. ¿Quiere decir esto que no me ha gustado? No puedo dar un NO rotundo, porque he ido aumentando las ganas de seguir leyendo a medida que pasaban las páginas, pero quizá esperaba mucho más, no sé... A ver ahora cómo explico lo que he sentido.
Como siempre en este blog, vamos con los datos técnicos del libro:
Título: Todo lo que sucedió con Miranda Huff
Autor: Javier Castillo
Editorial: Suma de Letras
Formato: Rústica con solapas
ISBN: 978-84-9129-218-0
448 páginas
Primera edición: marzo de 2019
P.V.P.: 18'90€
Sinopsis (tomada del propio libro)
Datos sobre el autor (tomados del propio libro)
Ya he comentado más arriba que no tenía claro cómo afrontar la reseña de este libro, porque realmente no sé si ha acabado de convencerme la historia o no. No sé si ha sido la historia en sí, el hecho de que la acción esté ambientada en los Estados Unidos, tomando como referencia los entresijos del mundo del cine, algo que se me queda un poco alejado, o que no era el momento para abordar esta lectura por mi parte, o porque quizá esperaba mucho más de la historia tras haber leído tan buenas críticas, tanto de este libro como de su autor. Quizá deba entonar el mea culpa por haber abordado esta lectura con las expectativas tan altas, y debo reconocer que me he llevado un buen chasco, aunque la historia se haya ido arreglando a medida que avanzaba en su lectura. ¿Cuál ha sido el problema? Creo que me ha recordado bastante a algunos otros títulos ya conocidos (me viene a la cabeza "Perdida", de Gillian Flynn), quizá el hecho de querer parecer un guion de una serie o película americana de estas de sobremesa... no sé, algo ha fallado, y puede que haya sido yo, vuelvo a repetirme, pero creo que me esperaba muchísimo más de la trama y de la historia en general, y más teniendo en cuenta cómo empieza, con el misterio servido en las primeras líneas:
El inicio del libro engancha, de eso no hay duda. La intriga está servida desde el primer momento, pero hay algo que falla, que hace que no haya conectado tanto con la historia ni con los protagonistas. No quiero quitarle mérito al autor por haberse lanzado a escribir este libro, no es esa mi intención. Personalmente he leído mucho y me sigue pareciendo digno de elogio que alguien se decida a escribir un libro, y tengo claro que son muchos los autores que se deciden a ambientar sus novelas en países más comerciales, donde a priori pueda parecer más corriente que se den actos violentos, pero por desgracia hoy día la violencia está en todas partes, y resulta creíble en cualquier parte de nuestro país (solo hay que echar un vistazo a las noticias de los telediarios). ¿Por qué digo esto? He leído muchos ejemplos de novela negra ambientados en España, y sinceramente me he creído la mayoría de las veces lo que los autores han tratado de transmitirnos, así que no entiendo demasiado la necesidad de ambientar este libro cerca del paraíso del cine, ni presentar a los protagonistas, Ryan y Miranda, como guionistas que malviven en su profesión. Quizá eso es lo que no ha conseguido que conecte del todo con la historia, que se me ha quedado un poco lejana. Por otra parte, los personajes no están demasiado definidos, no empatizas con ninguno de ellos, no acabas de saber quién tiene la razón, y la forma de actuar de unos y otros no es defendible al 100%.
Si algo tiene la historia es que destacan los diálogos, lo que hace que la lectura fluya; además, el hecho de estar narrada desde tres puntos de vista, y en tres períodos de tiempo diferentes: 2015, 1996 y 1975, en primera persona por los propios protagonistas, Ryan y Miranda, en lo referido a los recuerdos de cuando los dos se conocieron en la Universidad, cursando sus estudios sobre cine, allá por 1996, y en tiempo presente, en septiembre de 2015, y por un narrador externo cuando la historia se remonta al año 1975, momento que tiene como protagonista a James Black, un importante director de cine que por esa época era estudiante en la universidad, y que con el tiempo será el mentor de los protagonistas, ayuda a enriquecer la trama, porque como lectores vamos tomando conciencia de que los problemas que parecen sufrir los protagonistas están de alguna manera conectados con hechos del pasado, y está claro que el autor ha sabido crear una atmósfera de intriga, pero en mi modesta opinión ha sido algo previsible, porque repito, me ha recordado a alguna que otra historia ya leída, pero debo reconocer que tiene su mérito que haya montado una historia de intriga interesante.
El hecho de narrar los acontecimientos según el punto de vista de cada uno de los protagonistas principales aporta un punto a favor del autor: juega al gato y al ratón con el lector. Ryan narra un acontecimiento según su percepción, remontándose a la época en que conoció a Miranda cuando ambos estudiaban para llegar a ser guionistas de cine, y pocas páginas después tenemos el punto de vista de Miranda sobre el mismo tema. Como lectores tomamos partido, o no, sobre quién dice la verdad, pero es complicado empatizar con los personajes, porque en mi modesta opinión no están lo suficientemente desarrollados, y lo mismo ocurre con el personal de policía encargado de investigar la desaparición de Miranda. Me da la sensación de que se dejan llevar, la investigación pasa un poco como de puntillas, no sé si resulta creíble la forma de actuar del cuerpo policial, pueden parecer personajes un poco planos. Con todo y con eso vuelvo a reiterar que la historia se deja leer, resulta entretenida, aunque en algún momento nos recuerde a historias ya leídas, y en ningún momento voy a recomendar que no se lea. Creo que el poco feeling que he sentido ha sido un poco más por mi parte, porque tenía muchas ganas de leer a este autor y quizá esperaba algo más de esta obra; no he leído los libros anteriores por él publicados, así que no puedo comparar, no sé si esta es más floja o mejor que las otras. Lo que tengo claro es que debo volver a mi pensamiento inicial, voy a procurar (y sé que me va a resultar difícil dada la avalancha de opiniones que hay por las redes de cualquier novedad literaria que se publique) acercarme a los libros como solía hacerlo, sin esperar demasiado de ellos, porque así tengo claro que disfruto mucho más con la lectura. Quizá lo ideal es que hubiéramos podido leer este libro nada más haber sido publicado, para no dejarnos llevar por la oleada de buenas opiniones que sobre él se han vertido, y abordarlo desde otro punto de vista, con las expectativas más bajas. Con todo, creo que igual en una segunda lectura (si pudiera dársela) disfrutaría más de la historia. De todas formas, no os dejéis llevar por lo que os acabo de contar; estoy segura de que este libro es ideal para desconectar de otras historias mucho más profundas y sesudas, o para disfrutar de estos días de verano que están a la vuelta de la esquina. Si tengo oportunidad, cuando tenga algo de tiempo, intentaré leer los dos libros anteriores del autor, para hacerme una idea de su forma de escribir y si esto ha sido un espejismo propio de mis ansias para que algo me guste, o si la sensación que me ha provocado tiene una base.
Con todo, siempre me quedo con alguna frase que me ha llamado la atención de los libros, y este párrafo que abajo reproduzco nos viene al pelo, aunque la falta de tiempo nos impida llevarlo a cabo. En esto estoy totalmente de acuerdo con el autor:
No sé muy bien cómo afrontar la reseña de este título, porque a día de hoy no tengo claro si el libro ha terminado de convencerme o no. Era la primera vez que me acercaba a este autor, y debo reconocer que tenía las expectativas un poco altas, por lo bien que están siendo acogidos sus títulos en todas las redes sociales. Mira que soy de la opinión de que no hay que acercarse a los libros con las expectativas altas, pero debo reconocer que he caído en mi propia trampa, y que quizá esperaba un poco más de la historia. ¿Quiere decir esto que no me ha gustado? No puedo dar un NO rotundo, porque he ido aumentando las ganas de seguir leyendo a medida que pasaban las páginas, pero quizá esperaba mucho más, no sé... A ver ahora cómo explico lo que he sentido.
Como siempre en este blog, vamos con los datos técnicos del libro:
Título: Todo lo que sucedió con Miranda Huff
Autor: Javier Castillo
Editorial: Suma de Letras
Formato: Rústica con solapas
ISBN: 978-84-9129-218-0
448 páginas
Primera edición: marzo de 2019
P.V.P.: 18'90€
Sinopsis (tomada del propio libro)
Un fin de semana en una cabaña en el bosque.
Un matrimonio en crisis.
Una misteriosa desaparición.
¿Qué ha sucedido con Miranda Huff?
Una pareja en crisis decide pasar un fin de semana de retiro en una cabaña en el bosque en Hidden Springs, pero cuando Ryan Huff llega para encontrarse con Miranda la puerta está abierta, hay dos copas de vino sobre la mesa, nadie en el interior y el cuarto de baño se encuentra lleno de sangre.
Todo lo que sucedió con Miranda Huff es un thriller psicológico de ritmo vertiginoso donde parece imposible encontrar a Miranda con vida. lo que Ryan desconoce es que la desaparición de su mujer conecta su historia con la de su mentor, el gran James Black, y con el descubrimiento del cadáver de una mujer desaparecida treinta años atrás en la misma zona.
Después del éxito arrollador de El día que se perdió la cordura y El día que se perdió el amor, con más de 300.000 ejemplares vendidos, Javier Castillo, maestro del suspense, despliega su virtuosismo narrativo para profundizar en los misterios de lo cotidiano, allí donde permanecen ocultos los miedos más primarios. Una experiencia de lectura palpitante y enérgica que corta la respiración.
Javier Castillo creció en Málaga y estudió Empresariales y un máster en Management en ESCP Europe. Ha trabajado como consultor de finanzas corporativas, pero abandonó los números a raíz del éxito de su primera novela, El día que se perdió la cordura (Suma), convertida en un fenómeno editorial, publicada en Italia, México, Colombia, Argentina y Portugal, y próximamente en Turquía, Japón y Corea. Asimismo los derechos audiovisuales han sido adquiridos para la producción de la serie de televisión. Su segunda novela, El día que se perdió el amor (Suma), afianzó a Javier Castillo como maestro del suspense y ambas novelas llevan vendidos más de 300.000 ejemplares en España. Todo lo que sucedió con Miranda Huff es su tercera novela y supone su confirmación como uno de los mejores escritores del género.
Impresiones sobre el libro
Ya he comentado más arriba que no tenía claro cómo afrontar la reseña de este libro, porque realmente no sé si ha acabado de convencerme la historia o no. No sé si ha sido la historia en sí, el hecho de que la acción esté ambientada en los Estados Unidos, tomando como referencia los entresijos del mundo del cine, algo que se me queda un poco alejado, o que no era el momento para abordar esta lectura por mi parte, o porque quizá esperaba mucho más de la historia tras haber leído tan buenas críticas, tanto de este libro como de su autor. Quizá deba entonar el mea culpa por haber abordado esta lectura con las expectativas tan altas, y debo reconocer que me he llevado un buen chasco, aunque la historia se haya ido arreglando a medida que avanzaba en su lectura. ¿Cuál ha sido el problema? Creo que me ha recordado bastante a algunos otros títulos ya conocidos (me viene a la cabeza "Perdida", de Gillian Flynn), quizá el hecho de querer parecer un guion de una serie o película americana de estas de sobremesa... no sé, algo ha fallado, y puede que haya sido yo, vuelvo a repetirme, pero creo que me esperaba muchísimo más de la trama y de la historia en general, y más teniendo en cuenta cómo empieza, con el misterio servido en las primeras líneas:
"Aún sentía el olor de la sangre en mi nariz. Veía la cinta policial meciéndose con la brisa, rodeando el vehículo de Miranda, y las luces de las linternas bailando entre la oscuridad de Hidden Springs. Escuchaba el siniestro silencio que invadía la cabaña. No había rastro de ella por ninguna parte. Parecía que la tierra se la había tragado o que el bosque la había engullido en mitad de la noche. Mi mujer había desaparecido."
"-- Hay signos de violencia en el baño. Hay sangre, la cortina de la ducha tiene varios rieles rotos y está descolgada tirada en el suelo. La cama del dormitorio está deshecha. Hay dos copas de vino casi vacías en la cocina y una llena hasta arriba en la mesilla del salón. Si no ha visto a su mujer, ¿por qué hay dos copas usadas? ¿De verdad que no ha estado con ella aquí?"El libro parte de una buena premisa, aunque quizá ya esté algo explotada por el mundo de la literatura y el cine. Un matrimonio que no pasa por su mejor momento como pareja, lejos de darlo todo por perdido, trata de solucionar sus problemas acudiendo a un asesor matrimonial, que les "receta" una escapada romántica a una cabaña aislada de un bosque de Hidden Springs. Podríamos estar ante una novela romántica, pero no es el caso; el libro es un thriller, pero quizá la historia está algo vista. El matrimonio Huff, Ryan y Miranda, quedan en acudir por separado a la cita, y la intriga está servida desde el primer momento, porque cuando Ryan llega a la cabaña no encuentra rastro de su mujer, a pesar de que su coche espera en la puerta y ella misma le ha mandado un mensaje indicándole que lo estaba viendo llegar. Dentro de la cabaña, encuentra caos y sangre, y todo parece indicar que el destino de Miranda no es nada halagüeño, algo que parecen corroborar pronto los encargados de investigar la desaparición de Miranda, especialmente cuando encuentran el cuerpo sin vida de una mujer no demasiado lejos de donde está ubicada la cabaña.
El inicio del libro engancha, de eso no hay duda. La intriga está servida desde el primer momento, pero hay algo que falla, que hace que no haya conectado tanto con la historia ni con los protagonistas. No quiero quitarle mérito al autor por haberse lanzado a escribir este libro, no es esa mi intención. Personalmente he leído mucho y me sigue pareciendo digno de elogio que alguien se decida a escribir un libro, y tengo claro que son muchos los autores que se deciden a ambientar sus novelas en países más comerciales, donde a priori pueda parecer más corriente que se den actos violentos, pero por desgracia hoy día la violencia está en todas partes, y resulta creíble en cualquier parte de nuestro país (solo hay que echar un vistazo a las noticias de los telediarios). ¿Por qué digo esto? He leído muchos ejemplos de novela negra ambientados en España, y sinceramente me he creído la mayoría de las veces lo que los autores han tratado de transmitirnos, así que no entiendo demasiado la necesidad de ambientar este libro cerca del paraíso del cine, ni presentar a los protagonistas, Ryan y Miranda, como guionistas que malviven en su profesión. Quizá eso es lo que no ha conseguido que conecte del todo con la historia, que se me ha quedado un poco lejana. Por otra parte, los personajes no están demasiado definidos, no empatizas con ninguno de ellos, no acabas de saber quién tiene la razón, y la forma de actuar de unos y otros no es defendible al 100%.
Si algo tiene la historia es que destacan los diálogos, lo que hace que la lectura fluya; además, el hecho de estar narrada desde tres puntos de vista, y en tres períodos de tiempo diferentes: 2015, 1996 y 1975, en primera persona por los propios protagonistas, Ryan y Miranda, en lo referido a los recuerdos de cuando los dos se conocieron en la Universidad, cursando sus estudios sobre cine, allá por 1996, y en tiempo presente, en septiembre de 2015, y por un narrador externo cuando la historia se remonta al año 1975, momento que tiene como protagonista a James Black, un importante director de cine que por esa época era estudiante en la universidad, y que con el tiempo será el mentor de los protagonistas, ayuda a enriquecer la trama, porque como lectores vamos tomando conciencia de que los problemas que parecen sufrir los protagonistas están de alguna manera conectados con hechos del pasado, y está claro que el autor ha sabido crear una atmósfera de intriga, pero en mi modesta opinión ha sido algo previsible, porque repito, me ha recordado a alguna que otra historia ya leída, pero debo reconocer que tiene su mérito que haya montado una historia de intriga interesante.
El hecho de narrar los acontecimientos según el punto de vista de cada uno de los protagonistas principales aporta un punto a favor del autor: juega al gato y al ratón con el lector. Ryan narra un acontecimiento según su percepción, remontándose a la época en que conoció a Miranda cuando ambos estudiaban para llegar a ser guionistas de cine, y pocas páginas después tenemos el punto de vista de Miranda sobre el mismo tema. Como lectores tomamos partido, o no, sobre quién dice la verdad, pero es complicado empatizar con los personajes, porque en mi modesta opinión no están lo suficientemente desarrollados, y lo mismo ocurre con el personal de policía encargado de investigar la desaparición de Miranda. Me da la sensación de que se dejan llevar, la investigación pasa un poco como de puntillas, no sé si resulta creíble la forma de actuar del cuerpo policial, pueden parecer personajes un poco planos. Con todo y con eso vuelvo a reiterar que la historia se deja leer, resulta entretenida, aunque en algún momento nos recuerde a historias ya leídas, y en ningún momento voy a recomendar que no se lea. Creo que el poco feeling que he sentido ha sido un poco más por mi parte, porque tenía muchas ganas de leer a este autor y quizá esperaba algo más de esta obra; no he leído los libros anteriores por él publicados, así que no puedo comparar, no sé si esta es más floja o mejor que las otras. Lo que tengo claro es que debo volver a mi pensamiento inicial, voy a procurar (y sé que me va a resultar difícil dada la avalancha de opiniones que hay por las redes de cualquier novedad literaria que se publique) acercarme a los libros como solía hacerlo, sin esperar demasiado de ellos, porque así tengo claro que disfruto mucho más con la lectura. Quizá lo ideal es que hubiéramos podido leer este libro nada más haber sido publicado, para no dejarnos llevar por la oleada de buenas opiniones que sobre él se han vertido, y abordarlo desde otro punto de vista, con las expectativas más bajas. Con todo, creo que igual en una segunda lectura (si pudiera dársela) disfrutaría más de la historia. De todas formas, no os dejéis llevar por lo que os acabo de contar; estoy segura de que este libro es ideal para desconectar de otras historias mucho más profundas y sesudas, o para disfrutar de estos días de verano que están a la vuelta de la esquina. Si tengo oportunidad, cuando tenga algo de tiempo, intentaré leer los dos libros anteriores del autor, para hacerme una idea de su forma de escribir y si esto ha sido un espejismo propio de mis ansias para que algo me guste, o si la sensación que me ha provocado tiene una base.
Con todo, siempre me quedo con alguna frase que me ha llamado la atención de los libros, y este párrafo que abajo reproduzco nos viene al pelo, aunque la falta de tiempo nos impida llevarlo a cabo. En esto estoy totalmente de acuerdo con el autor:
"(...) Para escribir hay que leer libros, y para dirigir hay que ver películas. Muchas. Muchísimas. No hay otro camino. Es el único posible. Lo triste para un director es que nunca podrá ver todas las películas que se han hecho y jugando con esa misma idea, un escritor...
-- ...nunca podrá leer todos los libros que se han escrito (...)"¿Y vosotros, habéis leído este libro o los anteriores del autor? Espero que mis reseñas futuras sean algo más positivas que la que hoy os he ofrecido. ¡Nos leemos!