Nueva entrada en el blog, de nuevo bajo la iniciativa #SoyYincanera. Esta vez el último libro de una autora a la que ya habíamos tenido el placer de disfrutar con una novela anterior, cuya lectura conjunta nos dejó un buen sabor en el grupo. Ese libro era "Mujeres errantes".
Pero hoy vengo a hablaros de "La hija de las mareas", un libro con el que también hemos disfrutado mucho con la lectura conjunta que hemos llevado a cabo el grupo de #SoyYincanera por Twitter.
Sin más, vamos con los datos técnicos del libro:
Título: La hija de las mareas
Autora: Pilar Sánchez Vicente
Editorial: Roca Editorial de Libros, S. L.
Formato: Tapa dura con sobrecubierta
ISBN: 978-84-18557-28-6
Primera edición: octubre de 2021
416 páginas
PVP.: 19,90€
Sinopsis (tomada del propio libro)
En el año 1820 Andrea Carbayo de Jovellanos escribe sus memorias para dejar constancia de las aventuras y desventuras que la llevaron al lugar donde se halla, perseguida por la intransigencia del inquisidor Valdés.
Reviviremos su infancia en Obiedo y viajaremos con ella a Oxford, donde, disfrazada de hombre, asistirá a la presentación de importantes descubrimientos para la medicina actual. En París vivirá de cerca la Revolución con su inseparable Olympe de Gouges, volcándose en la lucha por los derechos de las mujeres y en su trabajo en la imprenta. Un oficio, el de impresora, que ejercerá también en Gixón a su regreso. Será entonces cuando conozca a su padre y disfruten ambos de fructíferos paseos por el arenal. Directora de una escuela para niñas desfavorecidas, fundará un periódico que desempeñará un papel clave durante la guerra de la Independencia. Este conflicto bélico, que asolará la región convirtiéndola en un escenario dantesco, conducirá a Jovellanos a la muerte, facilitando que Valdés culmine su venganza sobre ella.
Ilustrada, intelectual, tertuliana, escritora, traductora, maestra... Andrea fue una precursora en muchos aspectos, sin que ello impidiera que fuera borrada de la Historia, como otras tantas mujeres en toda época y lugar.
En 2021, cuando se cumplen 210 años de la muerte del ministro y prócer gijonés Gaspar Melchor de Jovellanos, la publicación de este manuscrito y la extraordinaria revelación de una hija secreta agrandan la leyenda sobre tan ilustre personaje.
Datos sobre la autora
Pilar Sánchez Vicente es historiadora, documentalista y escritora. Ha sido guionista y presentadora de varios programas de TVE. Actualmente trabaja como archivera del Tribunal Superior de Justicia de Asturias. Fue nombrada Comadre de Oro y ha recibido los premios Timón y 8 de Marzo en reconocimiento a su trayectoria personal y literaria. Entre sus numerosas obras destacan
La diosa contra Roma,
Mujeres errantes y
La muerte es mía, todas ellas publicadas en el sello editorial Roca.
© Fotografía de la autora: Beatriz Montes Photographer
(Datos sobre la autora tomados del propio libro).
Impresiones sobre el libro
Los que nos seguís por twitter y conocéis algo del grupo #SoyYincanera sabéis que estamos llevando a cabo una #YincanaCriminal2021, básicamente porque en este grupo lo que más nos gusta son los crímenes y las novelas que giran en torno a ellos y las investigaciones que se proponen en los libros. Aunque nos encanta la novela negra, de intriga, misterio o como queramos llamarla, no le hacemos ascos a adentrarnos en otro tipo de historias, y también disfrutamos, y mucho, con la novela histórica, y mucho más todavía si ya habíamos tenido el placer de disfrutar de alguna novela anterior del autor. Este ha sido el caso de La hija de las mareas, la novela de la que voy a intentar contaros mis impresiones. Conocí a Pilar Sánchez Vicente con una anterior novela suya, Mujeres errantes, de la que también hicimos una lectura conjunta en el grupo, y la experiencia fue altamente gratificante. Por ese motivo, cuando desde #SoyYincanera se propuso la lectura conjunta de #LaHijaDeLasMareas, no dudé un momento en apuntarme, porque recordaba lo bien que escribe Pilar Sánchez Vicente y sabía que esta novela la iba a disfrutar sí o sí, como finalmente ha sido.
Ya nos gana la autora en la dedicatoria, nada más empezar la lectura del libro:
A todas las mujeres protagonistas de sus vidas cuyo nombre ha sido borrado de la historia.
Su anonimato no les resta grandeza y nuestro brillo no alcanza ni a su sombra.
Rescatar su memoria es vencer al tiempo y al olvido. Va por ellas. Va por todas.
Andrea Carbayo de Jovellanos será la encargada de hacernos llegar su historia y la de su familia, centrándose en las figuras de su abuela, Carola, y su madre, Gloria, dos mujeres fuertes que tuvieron que luchar en un mundo de hombres sometidas a las injustas leyes que las rodeaban y al papel importante de la Iglesia y de aquellos que defendían su forma de actuar. Las Carbayo eran conocidas como "las Encantadoras". Carola atesoraba conocimientos sobre el poder de las plantas como método de curación, y era capaz de asegurar, sin apenas equivocarse, qué mal aquejaba a las personas que pasaban por su "botiquina", un lugar escondido de los ojos de aquellos que trataban de brujería el que una mujer tuviera conocimientos de botánica y medicina y que pudiera poner los mismos al alcance de aquellos que acudían a ella en busca de alivio para sus males. Las mujeres Carbayo tenían ascendencia vikinga, y si había un rasgo que las identificaba era su melena roja y que daban a luz niñas. Carola ya lo pasó mal durante su infancia, pues su madre, que también era conocedora de remedios para sanar fue acusada de brujería y condenada a la hoguera, y Carola compartió cárcel con ella. Su hija Gloria, que también heredaría los conocimientos para sanar, fue fruto de la relación de Carola con Andrés, su primer marido, un ballenero que la aceptaba tal y como era pero que falleció luchando en el mar justo antes del nacimiento de Gloria. El fallecimiento de Andrés puso en dificultades a Carola, que tuvo que entrar a trabajar como ama de cría para una familia pudiente de Asturias, los Jovellanos, lo que hizo que Gloria pudiera criarse rodeada de conocimiento, aprendiendo de los profesores que acudían a enseñar a los hijos de esta familia, porque no había tanta diferencia de edad entre los niños de la familia Jovellanos y la propia Gloria, con lo que la niña pudo afianzar conocimientos y ayudar aún más a su madre en el futuro incierto que se les presentaba debido a su condición social.
La vida de Carola y Gloria transcurre en dos enclaves del norte de España principalmente, Obiedo y Gixón, en pleno siglo XVIII, y dos serán las familias aristocráticas con más importancia en este momento de la historia: la familia Jovellanos y la familia Valdés. La primera, abierta a las nuevas ideas que trae consigo la Ilustración; la segunda, más identificada con las ideas de la Iglesia y defensores a ultranza de las mismas. De ahí radicará la persecución que los Valdés van a infringir a la familia de las Carbayo, a las que considerarán responsables de una muerte que acontece en el seno de una de las familias, y a las que tachan de brujas y curanderas, obligando a estas mujeres a huir buscando una vida mejor, donde poder desarrollar sus capacidades curativas, sin hacer daño a nadie, más bien al contrario.
"En casa de los Jovellanos siempre se vanagloriaron de ser amables, cultos y tolerantes; en la de los Valdés se preciaban de ser la mano de Dios en la tierra. Don Francisco pisaba la capilla para asistir al oficio dominical porque no le quedaba otro remedio, mientras que en los Valdés eran de comunión y misa diaria".
"Cualquier manual que incite el progreso termina en el Index librorum prohibitorum. Para los religiosos cualquier novedad es pecado, pretenden ignorar los avances de la ciencia y que la propia medicina evoluciona cada día. El nombre de Dios ha sido utilizado para condenar a las mentes racionales, por eso en este país la mayoría embisten en lugar de pensar".
En este libro vamos a encontrar sobre todo lucha, de gente pobre por sobrevivir, de personas que quieren hacerse un hueco en la profesión que han elegido, pero especialmente, una lucha de las mujeres por ser consideradas como un igual con respecto a los hombres, algo muy difícil en la España de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Aunque la autora ha tenido la pericia de no desarrollar toda la historia en el norte de España, haciendo que la protagonista y narradora de la trama viaje a Oxford y acuda a unas importantes charlas disfrazada de hombre, y viva en su propia carne la Revolución Francesa como una ciudadana más afincada en París, los hechos narrados en la trama nos hacen ver que daba igual de dónde fueras o dónde estuvieras, porque la mujer no era considerada como un igual, y esa será la lucha que mantenga Andrea a lo largo de toda su historia: conseguir la igualdad de todos, hombres y mujeres, sin importar diferencias de sexo o raza. A diferencia de su madre y su abuela, que se habían adaptado a las normas establecidas, y procuraban llevar a cabo sus labores de sanación sin que se fijaran demasiado en ellas, cuando podían y donde podían, el caso de Andrea sería diferente. A ella no le interesaba tanto la medicina ni la sanación por las plantas, ella quería aprender, y hacer que otras muchas mujeres aprendieran, así que acabaría siendo maestra, dando clases a aquellos niños y especialmente niñas menos favorecidas, porque era partidaria de que la educación llegara a todos, y no solo a las clases privilegiadas; del mismo modo, acabaría escribiendo una obra teatral contra la esclavitud que tanta fuerza tenía en esa época, aunque no pudiera publicarla con su nombre, y extendería sus ideas de igualdad imprimiendo octavillas y panfletos, así como un periódico que serviría de propaganda a las ideas que trajo consigo la Revolución Francesa.
"(...) un país que quiera salir del atraso necesita que sus féminas sepan hacer algo más que bordar y, desde luego, han de ser capaces de pensar por sí mismas".
La autora ha sabido crear una historia de mujeres, pero no está solo recomendada a mujeres. Estamos ante un libro que debería leer todo el mundo, porque resume muy bien las situaciones de desigualdad que se vivían en España, bajo el poder de los borbones, reflejado en las figuras de Carlos IV y Fernando VII, y la llegada al poder de José Bonaparte, gracias a la entrada en España de Napoleón. Hombres y mujeres no eran considerados por igual en estas tierras, y las desigualdades también quedaban patentes entre el pueblo llano y las familias privilegiadas, cuyos hijos acabarían ocupando cargos de poder o puestos importantes dentro de la Iglesia; familias que contaban con personas encargadas de su educación y de que aprendieran a leer y escribir, mientras a las clases trabajadoras no se les daba la posibilidad de aprender, porque era algo que a los pudientes no les interesaba, y debían trabajar para sobrevivir, a veces en pésimas condiciones, y eran las primeras víctimas si la miseria, la escasez o las enfermedades les atacaban. Pero la autora nos ha llevado también de la mano a Oxford y a París, y aunque se nos ha vendido que París era la ciudad de la libertad, de las oportunidades, como se dice vulgarmente en todas partes cuecen habas, y gracias a la prosa de la autora hemos comprendido las dificultades a las que también allí se enfrentaban las mujeres para intentar ser consideradas en igualdad con los hombres, aunque leyendo el libro parece patente que solo había una cosa que realmente igualaba a los dos géneros: la guillotina.
Es increíble la ingente documentación que ha tenido que manejar la autora para ofrecernos este libro tan redondo. Desarrolla la historia en doce capítulos bastante extensos, en los que Andrea va narrando anécdotas de su vida y de la vida de sus antepasados, siguiendo un hilo temporal que hace que como lectores rememoremos parte de la historia de nuestro país y del país vecino por las que en ocasiones se ha pasado casi de puntillas en los planes de estudio a los que nos hemos ido enfrentando a lo largo de nuestra vida. Si hay algo claro en los libros de Pilar es que la autora se prepara, tiene mucho que contar y sabe cómo contarlo. Aunque no abundan los diálogos precisamente, y hay mucha narración, las anécdotas que van sucediéndose en el libro y la forma que tiene el personaje de Andrea de hacérnoslas llegar hace que toda la trama se disfrute. Es una historia de mujeres luchadoras, contada con mucho realismo por la autora. Ha sabido combinar la aparición de personajes ideados por ella con personajes reales, lo que dota a la trama de mucha verosimilitud, de tal forma que te adentras en las páginas del libro y no sabes distinguir qué es real de lo que no lo es, y eso es algo que se agradece. Por otra parte, esta historia ideada por Pilar podría ser real; muchos hijos de familias nobles tenían descendencia con criadas o mujeres pertenecientes a una clase social inferior a la que ellos pertenecían. El supuesto padre de Andrea en esta trama no es otro que Gaspar Melchor de Jovellanos, personaje que existió realmente. La relación de Andrea con su padre cuando regresó de nuevo a Asturias tras su huida de París ayudan a explicar los convulsos acontecimientos que se desarrollaron en España a principios del XIX. Los que disfrutamos con la Historia alabamos este tipo de libros, porque nos hacen darnos cuenta de que siempre se puede indagar más en algo que creemos sabido, siempre hay cosas nuevas que aprender sobre nuestro pasado.
Como me ocurrió con el anterior libro que leí de la autora, me encanta la forma que tiene de describir los distintos escenarios de la novela y la fuerza de los personajes por ella creados. De nuevo me han dado ganas de trasladarme al norte de España, zona que sigo sin conocer, aunque creo que gracias a la literatura, si algún día puedo viajar por allí, ni Gixón ni Obiedo (manteniendo la grafía del libro) me serán desconocidas.
Recomiendo al 100% la lectura de este libro, porque toca muchos puntos y nos hace reflexionar sobre todo a lo que han tenido que enfrentarse nuestros antepasados, especialmente las mujeres, para que ahora gocemos de privilegios de libertad y una supuesta igualdad entre todos los seres humanos, sin importar su género, aunque está claro que no hemos alcanzado la perfección en este sentido y la lucha continúa. La autora ha hecho un recorrido por la historia de dos ciudades del norte de España, iniciando el periplo, a modo de anécdota, en septiembre de 1395 en Gixón, con las tropas de Enrique III de Castilla sitiando la ciudad, para transportarnos luego a finales del convulso siglo XVIII en España y Francia, pasando por Óxford, dejando a la protagonista, Andrea Carbayo de Jovellanos, escribiendo sus memorias en la villa de Gixón, en 1820. Es una lectura muy recomendable, y si te gustan las muertes, muchas vas a encontrar en este libro, fruto de las guerras, traiciones, abusos de poder, miseria y enfermedades que pululan a lo largo de sus páginas, tanto, que este libro bien podría participar en la Yincana Criminal que estamos llevando a cabo. Si se cruza en tu camino, no dudes en darle una oportunidad, la historia lo merece y la trama está muy bien contada. Ha sido un acierto repetir con la autora.
¡Nos leemos!