miércoles, 10 de julio de 2013

Aquí yacen dragones. Fernando León de Aranoa.

Venimos hoy con la reseña de un libro de relatos, publicado por la Editorial Seix Barral, dentro de su colección Biblioteca Breve.

Título: Aquí yacen dragones
Autor: Fernando León de Aranoa
Editorial: Seix Barral (Biblioteca Breve)
Primera edición: febrero de 2013.
© Fernando León de Aranoa, 2013
© Editorial Seix Barral, S. A., 2013
ISBN: 978-84-322-1476-9
Formato: Rústica con solapas
200 páginas
Precio: 17'00€
(También disponible en e-book)
© de la portada: Manurs


Sinopsis (según la trasera del libro): Los dragones del título yacen desde hace siglos en los mapas incompletos de la antigüedad, en los que el mundo terminaba allí donde lo hacía el conocimiento. Hic sunt dracones, una leyenda que advertía en ellos de la existencia de terribles peligros, disuadiendo a navegantes y exploradores. Y al tiempo, una bella metáfora. donde termina el saber, empieza la imaginación.


Estamos ante un libro de relatos, algunos muy breves, y como se dice en la presentación, es éste un libro para perderse en él. Conozco a Fernando León de Aranoa, como creo que nos ocurre a muchos, en su faceta de director de cine. He tenido el placer de disfrutar la mayoría de sus películas (no he visto Amador), pero debo reconocer que me ha gustado mucho encontrarlo en su faceta de escritor. No soy mucho de leer relatos, suelo disfrutar con historias largas en las que te metes en la trama y acompañas a los personajes en sus diferentes vivencias, con ansia por llegar al final. Los altibajos que las novelas pueden tener en ocasiones se van compensando a medida que pasan las páginas... en un relato corto hay que conseguir la perfección en pocas líneas, y creo que en algunos aspectos el autor lo consigue en su libro.

Aquí yacen dragones nos presenta ciento trece relatos (o cuentos cortos) en menos de doscientas páginas. Sugiere el autor que "se lean los relatos en orden, dejando una pausa entre ellos, que se quite el buen o mal sabor de boca que haya podido dejar el anterior mirando al horizonte o al edificio de enfrente".

Son relatos cortos, la mayoría escritos en una o dos páginas; el más largo "Una casa abierta" ocupa siete páginas. Dentro de los cuentos que ocupan una sola página encontramos relatos de apenas cuatro líneas como "Derechos" y "El error de Arquímedes" (este último te deja con una pequeña sonrisa); relatos de tres líneas, como "Culpable", "Los terratenientes", "Los escépticos", "No sé qué pensar" y "Adjetivos"; relatos de dos líneas, como "El hombre", "Los meteorólogos en el ascensor" y "Acuerdo"; relatos de una sola línea, como "Colorín colorado", "Risas", o incluso relatos sin texto, como "Memorias de un amnésico".

Si hay algo positivo en estos textos es que de verdad te dejan pensando, y en algún momento a lo largo de la lectura del libro se te pasa por la cabeza el porqué no se te habrán ocurrido a ti (en algunos momentos ésta ha sido mi apreciación). Queda establecida una sintonía con el autor a medida que se avanza en la lectura.

Hay relatos que te dejan huella, en mi modesta opinión, como "Voluntades" y "La vanidad del asesino", pero éstos no son más que algunos ejemplos. Repasando los títulos puedes recordar el sentido de los textos. Disfruté mucho con "Instrucción única para deshacerse de un cadáver de tamaño medio" en el que el autor aplica la lógica del día a día.

El libro habla de sentimientos, de ternura, de amor y desamor, de infortunios (muerte y enfermedades). El tema de la muerte está tratado en relatos como "Las muertes de María" y "Las siete tumbas del Sr. Barea". Habla mucho de aeropuertos, que no son más que "lugares de tránsito, de despedidas y reencuentros". El tema de los aeropuertos parece bien dominado por el autor, en especial porque según sus palabras "algunos de estos relatos están escritos en las salas de espera de los propios aeropuertos".

El libro tiene varias almas, como el propio autor, y una de ellas es su alma política, que queda reflejada en textos que hablan sobre la inmigración y la tortura. Encontramos además guiños a sus películas, como en el caso de "Los adioses elegidos", en el que vemos paralelismos con su película "Familia".

Me ha gustado el libro, y he disfrutado con su lectura. Me ha hecho ver que hay que darle una oportunidad a los relatos, que a veces dejamos de lado, y no descarto retomar este tipo de lectura si cae en mis manos. Además, me ha servido de descanso entre libros, que todos sabemos que a veces nos atrevemos con auténticos tochos (por el tamaño) que no podemos dejar para no perder el hilo del argumento. En este sentido, esta lectura te relaja y te deja pensando. Como podéis comprobar, a mí me ha gustado bastante, y lo recomiendo.

Sobre el autor

Fernando León de Aranoa (Madrid, 1968) es guionista y director de cine.
Su primer largometraje fue Familia (1996), con el que consiguió el Premio Goya a la mejor dirección novel. Le siguieron Barrio (1998), Los lunes al sol (2002), Princesas (2005), que fue su cuarta película como director y guionista y su debut como productor, y Amador (2010).
El conjunto de su trabajo ha merecido trece premios Goya, cinco de ellos a título personal, y ha sido presentado con regularidad en festivales internacionales como los de San Sebastián, Sundance, Berlín, Valparaíso, Ciudad de México, Los Ángeles, Valladolid o La Habana, habiendo resultado galardonado en muchos de ellos. Ha escrito y dirigido varios documentales y ha publicado con anterioridad relatos, por los que ha sido finalista del Premio Camilo José Cela y ha recibido el Premio Antonio Machado de narrativa breve. Ha publicado también Contra la hipermetropía (2010), una colección de textos y artículos que expresan su manera de entender el oficio de la ficción.

(Datos del autor sacados del propio libro).

Si queréis conocer algo más sobre el autor y su obra, no dejéis de ver la entrevista que le hicieron en el programa Página 2, de TVE, el 24 de marzo de 2013, con motivo de la presentación del libro. Junto a la entrevista a Fernando León de Aranoa se habla en el programa del proceso de reescritura de las obras, de la mano de Ignacio del Valle y Donna Leon, de los rescatados de Página 2, y de varias recomendaciones literarias. El programa merece la pena, por si queréis echarle una ojeada, aquí os dejo el enlace a la entrevista a Fernando León de Aranoa en Página 2.

¿Qué os parece la propuesta?. ¿Habéis leído el libro?. ¿Os gustan los relatos?.

¡Se agradecen los comentarios! Nos leemos.

10 comentarios:

  1. No lo he leído, pero es que a mi particularmente los libros de relatos no me van mucho.
    Besos!

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  2. Los relatos a mí tampoco me van mucho. Sólo los leo en contadas ocasiones.

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  3. Era de vuestra opinión, pero este libro me ha gustado particularmente; además, en ocasiones estos relatos son como pequeñas poesías. Me ha animado a darle una nueva oportunidad al género. Si cae en vuestras manos, echadle un vistazo, os gustará.

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  4. Pues no lo he leído, y me gustan los relatos así que tu propuesta me resulta sumamente interesante.
    Me lo apunto
    Besos

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  5. Sinceramente no me llama mucho. Mas que nada por temática, que son relatos cortos ...

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  6. He de reconocer que soy un gran seguidor de los relatos cortos y de los microrrelatos... pero este libro es, sin duda, el mejor que he leído del género. Te hace pensar en cada uno de ellos. 100% recomendable...

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    1. 100% recomendable, desde luego. Como dije en la reseña, a veces dejamos de lado este género y en ocasiones encontramos auténticas y agradables sorpresas. ¡Gracias por comentar, anónimo!

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  7. Acabo de terminar el libro del que hacer una reseña tan buena y me ha encantado. Muy recomendable.

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  8. Alguien me puede explicar el relato del error de Alquimedes?
    No lo entiendo y me gustaría hacerlo,gracias.

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    1. Con el permiso del autor:

      "La pequeña Masha, sumergida a media tarde en la bañera, con jabón y patitos de colores, desaloja una cantidad de agua por el suelo del cuarto de baño muy superior al volumen de su cuerpo pequeño."

      Principio de Arquímedes:

      Todo cuerpo sumergido en el interior de un fluido experimenta un empuje vertical y hacia arriba igual al peso del fluido desalojado.

      Está claro que cuando Arquímedes pensó en su principio, no se imaginó a nadie como Masha para ponerlo en práctica.

      Saludos.

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