viernes, 23 de marzo de 2018

"El color de la luz", de Marta Quintín.

De nuevo volvemos a la carga con las reseñas de la iniciativa #SoyYincanera, que estamos desarrollando en twitter unos "locos" que amamos la literatura y disfrutamos comentando buenos libros entre todos. En esta ocasión traigo a mi página virtual la reseña de "El color de la luz", un libro publicado por Suma de Letras y que ha dado mucho juego a la iniciativa, y así lo habréis visto si habéis tenido la oportunidad de seguirnos en la citada red social bajo la mencionada etiqueta de #SoyYincanera y #ElColorDeLaLuz.

Sin más, vamos con los datos del libro:

Título: El color de la luz
Autora: Marta Quintín
Editorial: Suma de Letras
ISBN: 978-84-9129-028-5
Primera edición: febrero de 2018
Formato: Rústica con solapas
432 páginas
P.V.P.: 17'90€

Sinopsis (trasera del libro)
Blanca Luz Miranda es una empresaria de éxito. Su objetivo: amasar una gran fortuna para comprar arte. La adquisición, en una subasta de Nueva York, de uno de los cuadros más inquietantes del pintor Martín Pendragón cumplirá el sueño de esta anciana de ojos enigmáticos. En esa misma sala una periodista observa la escena con interés, está convencida de que tras ese pago millonario se esconde un secreto y hará todo lo posible por descubrirlo. Lo que no sabe es que será Blanca Luz quien decida cómo se escribe su historia.

Marta Quintín construye con maestría una novela que explora diversos tiempos y lugares (España, la Guerra Civil, el París artístico de los años veinte, Nueva York...) y plantea una historia de amor descarnado, imposible por la propia naturaleza humana, por la inseguridad, el miedo; por la incapacidad de reconocer que tal vez el error fue no amar. Una novela llena de matices, veladuras, fricciones, secretos, que nos descubre que toda obra de arte esconde una historia que puede redimirnos.

Datos sobre la autora
Marta Quintín nació en Zaragoza un 6 del 6 del 89 y cuando tenía cuatro años la subieron a una mesita de su clase de párvulos para que les contara a los demás niños una historia de su elección. Eligió la de Cenicienta. Desde entonces lo único que recuerdo del resto de su vida es haber contado unas cuantas más. Como aquellas con las que ganó varias veces el premio Tomás Seral y Casas de relato corto o las que ha recogido como periodista en la agencia EFE, la Cadena Ser y la NASA española, o esa otra que se llama Dime una palabra y que es su primera novela publicada al calor de los rascacielos de Nueva York. La historia más reciente de todas las que ha contado es El color de la luz. El resto están por venir.
Foto de la autora (cedida por ella misma), tomada de la página de Me gusta leer.


Impresiones sobre el libro

Cuando en #SoyYincanera nos propusieron la lectura del libro de Marta Quintín reconozco que no sabía muy bien qué iba a encontrar entre sus páginas, pero lo que sí tenía claro era que se ponía delante de nuestros ojos un caramelito que destacaba principalmente por una portada preciosa que abría todo un abanico de posibilidades y una historia que sin dudarlo resultaba atrayente, no porque se tratara de una historia de amor, sino por el hecho de que ese amor que parece que el libro iba a relatar se perpetuaba a lo largo de un amplio espacio de tiempo, llevando a los protagonistas a pasar por una ciudad indeterminada del norte de España en los primeros años del siglo XX, el París de los años veinte, la Guerra Civil española, el París de la Segunda Guerra Mundial y el Nueva York algo más actual (década de los ochenta del siglo XX), todo ello aderezado con un canto al mundo del arte, y lo que es más importante, y esto es mérito de la autora, con un lenguaje muy cultivado que a pesar de lo complicado que puede resultar en un primer momento, hace que disfrutes con la trama y te den ganas de continuar la historia, porque si hay que decir algo de este libro es que, a pesar de las muchas descripciones que en él aparecen, y del alto grado de vocabulario que maneja la autora, las páginas vuelan entre nuestras manos, y eso es mérito de aquella que ha ideado la trama; hay que reconocer que la autora ha sabido llevar al lector entre las páginas sin que en ningún momento se pierda el interés por la historia, porque queríamos saber en qué quedaba una relación que los protagonistas inician desde muy jóvenes y el motivo que hace que la vida de cada uno de ellos transcurra por caminos totalmente separados.

"El color de la luz" nos presenta el personaje de Martín Pendragón, un chico de origen humilde que destaca por sus dotes en el mundo del arte, aunque no se ve respaldado ni por su padre, que no ve en su vocación un futuro para ganar dinero, ni por su madre, que acata la opinión de su marido. Un encuentro casual con don Francisco Miranda, pintor y profesor de arte, al que dibuja un plano de una de las calles de la ciudad donde vive, pone a Martín en el camino adecuado para encaminar su vocación, porque Francisco Miranda se ofrece a dar clases gratuitas al joven, que a partir de ahí acude a la academia del profesor y allí conoce a los que serán sus dos compañeros de estudio, José María Casabella (Chema), con el que entablará una amistad que perdurará a lo largo de los años, y Eduardo Izquierdo, que también formará parte del futuro del protagonista. En la academia también conocerá a las dos hijas de su profesor, es especial a Blanca Luz Miranda, la otra protagonista clave del relato y que será la luz que guíe la obra de Martín a partir del momento de conocerse. La relación que se establece entre el joven pintor y Blanca Luz serán el eje de la historia, y en torno a este tira y afloja que se produce entre ellos girará la obra, pero no se queda en una simple historia de amor, sino que sirve de excusa para realizar un paseo por una parte importante de la historia del siglo XX europeo, aunque no estamos ante una novela histórica, si es esto lo que os asusta; resulta más bien un paseo por aspectos puntuales de la historia europea de ese siglo, desde los estragos que la guerra civil provoca haciendo que mucha gente se arruine y se vea obligada a exiliarse buscando una vida mejor, la ocupación nazi de París y las consecuencias que ésta provoca en el mundo del arte (fueron muchas las obras expoliadas y destruidas por los nazis porque no las consideraban dignas), el París bohemio donde se iniciaron muchos artistas allá por los años veinte; de la mano de Martín Pendragón asistiremos como un ocupante más a La "Ruche" en París, una especie de comuna para artistas creada por el escultor Alfred Boucher, que servirá de fuente de inspiración a Martín para formarse como artista y triunfar en aquello que domina. "El color de la luz" resulta un camino adecuado para disfrutar de una época y envolverse en el mundo del arte, porque un cuadro será el protagonista principal de la historia y el color y la luz estarán presentes a lo largo de toda la trama. La mezcla de personajes reales (algunos de ellos los pintores y escultores con los que Martín coincide en La Ruche) con personajes ficticios muy bien perfilados, hacen de esta novela un título a tener en cuenta.

El libro se inicia en 1982 con una subasta en una sala de exposiciones en Nueva York, y el protagonista es un cuadro que tendrá gran importancia a lo largo de la trama desarrollada en el libro, por el que una anciana llega a pagar una cantidad desorbitante de dinero. Ese "conseguir el cuadro por todos los medios" llama la atención de una joven periodista que se encontraba allí cubriendo el evento y será su instinto el que le diga que detrás de esa cifra millonaria pagada por esa anciana tiene que haber una gran historia, y hará todo lo posible por conseguir respuestas a la gran pregunta que se plantea: ¿Qué motivo puede llevar a alguien a deshacerse de tanto dinero para adquirir un cuadro?

La periodista, de la que no conoceremos el nombre en ningún momento, hará todo lo posible por contactar con la anciana, una excéntrica mujer que ha triunfado en el mundo de la moda y cuya única meta en la vida ha sido conseguir dinero para comprar arte. Esta anciana no es otra que Blanca Luz Miranda, ya octogenaria, y las conversaciones que mantiene con la periodista servirán de pie para que el lector conozca la vida y milagros de un pintor consagrado, gracias a los recuerdos que de él conserva la que fue una figura importante en su vida; los recuerdos de Blanca Luz y unas cartas que ésta conserva escritas por Martín a su mejor amigo, Chema, sirven de excusa para reconstruir una historia que se desarrolla a lo largo de casi un siglo y que tiene como protagonistas principales a estos personajes que mantienen una relación desde una temprana edad; el tira y afloja entre ellos, un amor imposible por las circunstancias por las que pasa cada uno de los protagonistas, un querer y no poder, serán reflejados de forma sublime en el libro. Lo que empieza como una amor juvenil, con la pasión propia de los adolescentes, que tienen que luchar entre vivir como pareja o triunfar en el mundo del arte (Blanca Luz como musa de Martín; Martín como pintor que se está formando), las dificultades que pone el propio padre de Blanca Luz, ofreciendo a Martín la posibilidad de viajar a París para formarse como pintor y dejar la puerta abierta a su posible triunfo en el mundo del arte... acabará siendo un amor al recuerdo, a lo que pudo ser y no fue, un viaje por el pasado revivido en la mente de la protagonista, que contará con la pasión que la periodista elegida para narrar su historia y la del cuadro con el que empieza la trama pone en la investigación de una época que ella, y en el mismo sentido el propio lector, acabaremos conociendo en los más mínimos detalles, y todo ello aderezado con un lenguaje muy culto, pero que no complica para nada la trama; contrariamente a lo que pueda pensarse, este vocabulario del que hace uso Marta Quintín en su novela no tiran para atrás a la hora de acercarse a la historia, sino que dan ganas de quitarse el sombrero (si lo lleváramos) ante el vocabulario que la autora emplea, que va variando según sea puesto en boca de uno u otro de los protagonistas.

Reconozco que no quería contar demasiado del libro, porque pienso que es una historia que merece la pena, que merece ser leída, que no puede enmarcarse como novela histórica y tampoco como novela romántica, y con la que personalmente he disfrutado, hasta tal punto que tengo claro que voy a seguirle la pista a esta autora, que pese a la juventud que tiene, demuestra que es capaz de urdir una historia que realmente ha merecido la pena conocer y que sin duda yo recomiendo, y que hemos disfrutado mucho en el grupo de #SoyYincanera, puesto que si este libro tiene algo es el contenido, y son muchas las citas y frases que hemos resaltado del libro, y eso es algo digno de ser resaltado. Si tenéis oportunidad de acercaros a la historia que aquí os traigo hoy, no lo dudéis, porque encontraréis un elenco de personajes principales y secundarios dignos de seguirles la pista y con los que un lector interesado seguro que disfruta, a pesar de que los capítulos del libro son algo extensos, y pese a que no abundan los diálogos, aunque eso es algo que no perjudica para nada la historia y es un punto a favor de la autora el que sea una historia creíble y muy bien escrita.

Hemos destacado muchas frases del libro, yo os dejo con algunas que colgué en twitter, aunque ya digo que se pueden recuperar muchas, porque el libro lo merece:
"A todas las personas que conocemos a lo largo de nuestra vida, las veremos en algún momento por última vez. La ventaja con la que jugamos es que, en la mayoría de los casos, ignoramos que no habrá una próxima".
 "Yo concibo que el amor es algo que, una vez que nace, no se muere nunca. O así debería ser. Y si no lo es, si el amor está condenado a nacer con el germen de la muerte, ¿qué sentido tiene empezarlo jurándonos mutuamente esos para siempre que por anticipado sabemos que se acabarán tarde o temprano?"
"Los años habían conseguido que ya supiera aquella verdad que era a la vez la más reconfortante y la más triste de todas: que, aunque sea sin la persona a la que más has querido, la vida está diseñada para pasar al siguiente capítulo. Sin rasgarse las vestiduras más de lo debido".
"... Por fortuna o por desgracia, los años habían conseguido que ya supiera aquella verdad que era a la vez la más reconfortante y la más triste de todas: que, aunque sea sin la persona a la que más has querido, la vida está diseñada para pasar al siguiente capítulo, sin rasgarse las vestiduras más de lo debido".
Si alguien está interesado en saber cómo ha evolucionado esta lectura en twitter no tiene más que acceder a las etiquetas #ElColorDeLaLuz y #SoyYincanera para saber qué impresiones nos ha suscitado a los que hemos podido disfrutar de esta lectura. Espero haber podido convenceros de que es un libro que merece la pena leer y que disfrutaremos de una buena historia narrada con un vocabulario muy cuidado y que a lo largo de sus páginas descubriremos qué sentido tiene la luz y el color, muy presentes a lo largo de toda la trama. La novela es sin duda un buen punto de partida para seguir la obra de su autora, y es algo que ya tengo apuntado en mi agenda particular, ante futuras publicaciones; sin duda, habrá que seguirle la pista.

¿Qué me decís, os animáis a entrar de lleno en esta historia? No os arrepentiréis.  

viernes, 9 de marzo de 2018

LA SEMILLA DE LA BRUJA. Margaret Atwood.

Continuamos con las reseñas de las lecturas simultáneas que desde el grupo de #SoyYincanera se están llevando a cabo por twitter, y hoy traigo a mi pequeño rincón el que ha sido mi primer acercamiento a la obra de Margaret Atwood, aprovechando un homenaje que se está llevando a cabo por varios autores a la figura de William Shakespeare. Sin más, os voy a dar mis impresiones sobre el libro que hemos leído, "La semilla de la bruja", que intenta ser un homenaje a "La tempestad", una obra que no conocía del autor británico al que se pretende homenajear.

Sin más, vamos con los datos del libro:
Título: La semilla de la bruja
Título original: Hag-Seed
Autora: Margaret Atwood
Traducción: Miguel Temprano García
Editorial: Lumen
(Penguin Random House Grupo Editorial)
Formato: Tapa blanda con solapas
Primera edición: enero de 2018
Segunda reimpresión: enero de 2018
ISBN: 978-84-264-0440-4
336 páginas.

Sinopsis (trasera del libro)
Es un lunes cualquiera de enero, y Felix pasa el control de seguridad para acceder al centro correccional de Fletcher. Los guardias lo miran con simpatía y benevolencia; para ellos, ese hombre solo es el señor Duke, un cincuentón que en sus ratos libres se dedica a organizar funciones de teatro con los reclusos. El autor elegido siempre es Shakespeare, y este año el profesor les propone La tempestad.
Felix accede sin problemas al recinto de la cárcel, llevando consigo algo muy peligroso pero imposible de detectar por un escáner: son las palabras, aún vivas, robustas, sonoras, de una obra en que la venganza viaja a través del tiempo y se instala en el presente. Ensayo tras ensayo, los actores convierten la obra en un asunto muy personal. Ahí descubren algo de sí mismos que no sabían, pero hay más: Felix, ese profesor terco y a veces aburrido, el día del estreno de la obra también podrá vengarse de quien le arruinó en el pasado.
La fuerza de las palabras: en eso confía Margaret Atwood al entregarnos La semilla de la Bruja, que nos invita a creer en el poder de la buena literatura para redefinir nuestro destino.
"Cuando eres joven, crees que todo es posible. Crees que puedes deshacerte de cosas y personas, y aún no sabes bien que tienen la mala costumbre de volver." (Margaret Atwood).
Datos sobre la autora.
Margaret Atwood. Nacida en 1939 en Ottawa y licenciada en la Universidad de Toronto, es una de las escritoras más prestigiosas del panorama internacional. En 2008 fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y su nombre ha aparecido a menudo en la lista de candidatos al Premio Nobel. Tiene en su haber más de treinta volúmenes de poesía, numerosas colecciones de cuentos y quince novelas, entre las que destacan Nada se acaba (1979), que Lumen publicó en 2015, El cuento de la criada (1983), recientemente adaptada a la televisión en una serie de mucho éxito, La novia ladrona (1994), Alias Grace (1996), El asesino ciego -que en 2000 ganó el prestigioso Booker Prize-, la colección de ensayos titulada La maldición de Eva y los volúmenes de cuentos Érase una vez y Un día es un día, publicados por Lumen.
La semilla de la bruja es la novela más reciente de la autora y forma parte de un ambicioso proyecto que se propone recrear las obras de Shakespeare, en el que participan Anne Tyler, Jeanette Winterson, Jo Nesbo y Tracy Chevalier, entre otros nombres conocidos. Atwood eligió La tempestad, y así nació La Semilla de la Bruja, una espléndida puesta al día de un clásico universal.
Fotografía de la autora: George Whiteside

Impresiones sobre el libro

Debo reconocer que no sabía a qué me iba a enfrentar a la hora de afrontar la lectura del libro, porque debo de ser una de las pocas personas que no ha leído "El cuento de la criada" y tampoco he tenido el placer de acercarme a su versión televisiva, pero el hecho de que fuera una adaptación de una obra de Shakespeare dentro de un proyecto que están llevando a cabo varios autores conocidos, ha sido un punto a su favor a la hora de afrontarla. Eso, y la sinopsis del libro, que habla de "venganza", y bien es sabido que a los lectores de novela de intriga nos encantan las venganzas y las tramas que se desarrollan para que estas se lleven a cabo. Además, por si esto fuera poco, las primeras páginas del libro, que se desarrollan el 13 de marzo de 2013, a modo de prólogo, ponen al lector ante unos disparos que se producen durante la representación de una obra; venganza y disparos son un buen aliciente para seguir leyendo, y si lo hacemos, vamos a poder disfrutar de una historia que toma como base una obra antigua y que la autora consigue adaptar de una forma notable. ¿Problema de esto? A mí particularmente me ha pasado, no conocía la obra original que Margaret Atwood trata de adaptar y quizá me ha costado un poco disfrutar al 100% de la trama, pero debo reconocer que la autora lo ha puesto fácil, a la hora de meter al lector en situación. Ahora bien, si queréis un consejo, recomiendo leer la obra original (aunque personalmente solo he podido leer algo más de la mitad a pesar de tratarse de una obra corta), de la que podemos encontrar una versión gratuita en la página de Amazon), o bien leer el final del libro, porque la propia autora hace un resumen de la obra original, y esto puede ayudar a entender mejor la trama. De todas formas yo no seguí ese consejo y he disfrutado de la lectura, aunque quizá me esperara otra cosa de ella, y ya os contaré el motivo.


Margaret Atwood nos presenta en "La semilla de la bruja" a Felix Phillips, director del Festival Makeshiweg en Ontario, encargado todos los años de las representaciones de las obras de Shakespeare y especialista en el tema, muy válido en lo profesional, aunque con unas ideas un tanto alejadas de la ortodoxia a la hora de llevar a cabo la representación de las obras que pone en cartel, y que arrastra un duelo personal tras el fallecimiento de su mujer Nadia, y poco tiempo más tarde de su hija Miranda, con solo tres años de edad, víctima de una meningitis. Enfrascado en la próxima representación de la que sería su adaptación más personal de "La tempestad", y abatido por la muerte prematura de sus seres queridos, especialmente de la pequeña Miranda, no ve la puñalada trapera que Tony, su socio y colaborador, le da, apartándolo de la representación, del festival, y hundiendo su categoría como director. Tony acabará sustituyendo a Felix al frente del festival y el antiguo responsable del mismo pasará al olvido, alejándose de todo lo conocido y aislándose del mundo en una cabaña perdida durante mucho tiempo, acompañado únicamente por la presencia de Miranda. Este aislamiento es posible hasta cierto punto, porque Felix necesita volver a trabajar para sobrevivir, y así poder llevar a cabo una venganza que sigue teniendo en mente desde el momento en que fue traicionado por su amigo y socio. La fortuna hará que entre en contacto con Estelle, responsable del programa de alfabetización de presos del ministerio de Justicia, que busca a alguien para que se encargue de este tema con los presos del correccional Fletcher. Aunque Estelle es una ferviente admiradora del trabajo de Felix, al que ha seguido durante muchos años en su labor al frente del festival del que era director, decide mantener en secreto su identidad, y acepta que Felix se presente al nuevo trabajo como el señor Duke, un hombre con mucho tiempo libre dispuesto a enseñar su arte a unos presos que no todos creen que se merezcan esas benevolencias.

El señor Duke entra a desarrollar su labor en el correccional, y con él empieza a trabajar un grupo de reclusos interesados en mejorar sus condiciones de vida o en al menos cambiar un poco su rutina. La posibilidad de representar de nuevo "La tempestad", y ante los ojos de dos de las personas que más daño han hecho a Felix en su vida, su socio Tony, ahora metido en política y el responsable de cultura, un viejo enemigo al que culpa de sus males, dan alas a Felix para querer desarrollar la tan esperada venganza. Es en esta fase de la historia donde más disfruta el lector, porque la autora ha sabido meternos en la trama, haciendo que disfrutemos de los preparativos de la obra y queriendo que la venganza del protagonista llegue a buen puerto. Como buen director, Felix plantea la obra y la posibilidad a los presos de que sean ellos los que elijan el papel que quieren protagonizar, aunque sea él el que en última instancia haga el reparto de papeles en la obra, porque como buen director conseguirá que los reclusos acaben aceptando el papel que él mismo le ha reservado, y que puede responder mejor a su venganza. He disfrutado con el montaje de la obra, con la lectura de la misma por parte de los reclusos, con el hecho de que durante los ensayos y trabajos previos a a representación los presos tengan prohibido decir palabrotas, fuera de una lista que previamente han pactado y escogido por todos entre las que se nombran en la obra que van a representar. Salirse del guion marcado por esta lista supone puntos negativos de sanción, que descuentan la nota final, porque los reclusos no solo van a representar la obra, comentándola previamente en las clases con el señor Duke, sino que van a imaginar un futuro para cada uno de los personajes que aparecen en la historia y tras esto obtendrán una valoración final del director de escena.

Es en esta parte de la obra en la que yo más he disfrutado como lectora. Reconozco que no sabía muy bien a qué iba a enfrentarme con la lectura de "La semilla de la bruja". Me pareció interesante, como he comentado más arriba, que una serie de autores de renombre fueran a hacer un homenaje a Shakespeare, y teniendo en cuenta que personalmente no he leído demasiado de este autor, porque en muchos casos me he quedado con la versión cinematográfica o televisiva que de su obra se ha hecho, un acercamiento a "La tempestad" podría resultar interesante, y parto de la base de que la autora ha sabido combinar muy bien el montaje de la obra que va a desarrollarse en época actual, con venganza incluida, con el desarrollo de la trama tal y como la imaginó Shakespeare (leyendo las últimas páginas del libro entiendes este desarrollo mucho mejor, de ahí el consejo que daba más arriba).

¿Qué es lo que más me ha "chirriado" de la historia? Que conste que esta es una apreciación mía, y tiene que ver con las expectativas. Ya he dicho más arriba que a los lectores de novela de intriga nos gusta la unión de venganza y todo lo que se trama para que esta se lleve a cabo; si además, en las primeras páginas se nombran los disparos, la imaginación vuela, y quizá en este sentido esperaba algo más del libro, pero siempre teniendo en cuenta que no había leído la obra original y que yo me había formado mi propia película de la trama. Una vez concluida la lectura, y analizando cómo se desarrolla la obra, cómo queda representado cada uno de los personajes, incluidos los reclusos que van a ofrecerse a participar en la representación, una joven actriz, Anne-Marie, que iba a hacer de Miranda en la representación que Felix no pudo llevar a cabo en el festival, y el propio Felix, dispuesto a representar el papel de Próspero, y como actúan los destinatarios de la venganza de Felix, a imagen y semejanza de la forma de hacerlo los personajes en la obra original, comprendes que la autora ha sabido desarrollar de forma perfecta el homenaje que ha querido ofrecer al escritor inglés, y que se disfruta con el resultado, tanto con la historia narrada como con el lenguaje utilizado por los protagonistas, diferente tanto dentro como fuera de escena, y aunque a alguien no pueda gustar, queda en la obra un punto de locura centrado en la figura de Felix y una presencia que aparece a lo largo de toda la obra, que tendrá importancia tanto en la obra original como en el homenaje que de ella se quiere hacer. Os recomiendo que os animéis a acercaros al libro y conocer así al personaje de Miranda, porque tanto la actual como la de la obra tienen mucho que decir en la historia.

Una lectura recomendable, a la que conviene acercarse conociendo algo más de la obra original, que hay que disfrutar poco a poco, sin esperar demasiado a cambio, pero sobre todo sin querer que sea otra cosa que previamente hemos imaginado. Reconozco que si he tenido algún problema con este libro, aunque prometo que he disfrutado con su lectura, es pensar que la venganza iba a ser parte muy importante en la trama, y el centro de la misma; creo que pensé que estaba ante una novela negra y no ante un clásico que merece ser leído, y tengo claro que si hubiera leído la obra original antes de lanzarme a la lectura de "La semilla de la bruja" lo hubiera disfrutado más, especialmente porque hubiera comprendido mejor las "cárceles" de las que se habla en la historia, y a la que tiene que enfrentarse cada personaje, tanto en la obra original como en la adaptación.

Estamos ante un libro para leer poco a poco, disfrutando del lenguaje empleado y que consigue que entren ganas de leer la obra original en la que está basada, y eso es merito de la prosa empleada por la autora, que ha despertado, al menos en mí lo ha hecho, las ganas de adentrarse en la obra del escritor británico homenajeado.

Os dejo con un fragmento del libro:
"... Tal vez los ojos de Anne-Marie no estén tan abiertos por la inocencia. Puede que sea temor. Por un instante ve a Próspero con los ojos de Miranda, una Miranda petrificada que de pronto ha comprendido que su adorado padre es un loco de remate, y además un paranoico. Cree que ella duerme mientras habla en voz alta con alguien que no está allí, pero lo ha oído y le asusta. Dice que puede mandar en los espíritus, causar tormentas, arrancar  árboles de raíz, abrir las tumbas y hacer que los muertos anden, pero ¿qué es eso en la vida real? Pura locura. La pobre chica está atrapada en la mitad del océano con un ceporro que rebosa testosterona y quiere violarla, y un padre anciano que está totalmente chiflado. No es raro que se eche en brazos del primer joven con aspecto cuerdo que se cruza en su camino. "¡Sácame de aquí!", eso es lo que le está diciendo en realidad a Fernando, ¿no?"
Ha sido una buena aproximación, así que no descarto leer de nuevo otra de estas adaptaciones recientes si hay posibilidad de que caigan en mis manos, eso sí, leyendo, en la medida de lo posible, la obra original en la que están basadas.

¡Nos leemos!