sábado, 24 de abril de 2021

El buen padre. Santiago Díaz.

Gracias a la lectura conjunta que hemos llevado a cabo en Twitter dentro de la iniciativa de #SoyYincanera, he podido acercarme al último libro publicado por Santiago Díaz, El buen padre. Algunos de los miembros del grupo tuvieron la oportunidad de disfrutar en su momento de Talión, su primera novela, pero aunque yo no lo he podido leer, no me arrepiento de haber conocido al autor con este libro, con el que hay que tener mucho cuidado, porque si te descuidas, lo devoras casi de tirón.

Sin más, vamos con los datos técnicos del libro:

Título: El buen padre
Autor: Santiago Díaz Cortés
Editorial: Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. U.
Reservoir Books
Roja & Negra
Formato: Rústica con solapas
ISBN: 978-84-17910-99-0
Primera edición: enero de 2021
Segunda reimpresión: marzo de 2021
416 páginas
PVP.: 18,90 €

Sinopsis (tomada del propio libro)

Después de recibir una llamada de alarma, la policía encuentra en un chalé de una urbanización madrileña a un hombre manchado de sangre y un cuchillo con sus huellas junto al cadáver de su mujer.
Un año más tarde, un anciano se entrega a la policía afirmando ser el secuestrador de tres personas desaparecidas: el abogado y defensor de su hijo, la jueza que le condenó y una joven estudiante que testificó en su contra en el juicio. Convencido de que los tres fueron sobornados, el hombre asegura que morirá uno cada semana hasta que detengan al verdadero asesino de su nuera y su hijo sea liberado.
La inspectora Indira Ramos, de una ética tan inquebrantable como su fobia a los microbios, solo tiene tres semanas para resolver el caso antes de que «el buen padre» lleve a cabo su macabro plan.

Datos sobre el autor

Santiago Díaz Cortés (Madrid, 1971) es guionista de cine y de televisión con veinticinco años de carrera y cerca de seiscientos guiones escritos. Su primera novela, Talión, ganó el Premio Morella Negra 2019 y el Premio Benjamín de Tudela 2019, ha sido traducida a varios idiomas y está siendo adaptada como serie de televisión. Su segunda novela, El buen padre, inicia la serie protagonizada por la inspectora Indira Ramos, y sus derechos de traducción se han vendido al extranjero antes de su publicación.

(Biografía del autor tomada del propio libro)
Fotografía del autor: ©️ Miguel Garrote


Impresiones sobre el libro

Como he dicho más arriba, hay que tener cuidado con este libro porque si te descuidas lo devoras de una sentada, porque si algo tiene "El buen padre" es intriga y acción. La historia arranca fuerte en sus primeras páginas, con la policía acudiendo a un chalé de Madrid donde descubren el cadáver de una mujer, Andrea Montero, a todas luces asesinada a manos de su marido, y todo esto desarrollado en apenas tres páginas. La historia que narra el libro se inicia un año después de estos hechos, y el lector pronto conocerá a la inspectora de Homicidios Indira Ramos, una persona peculiar obsesionada con la higiene, que sufre un trastorno obsesivo-compulsivo que le impide comportarse como alguien normal, algo que en un primer momento puede resultar extraño, pero que arranca alguna que otra sonrisa en el lector.

La inspectora de Homicidios Indira Ramos examina el vaso de zumo con detenimiento, buscando alguna marca que le haga sospechar que no está tan limpio como debería. La camarera se arma de paciencia ante una escena que se repite todos los domingos desde hace casi medio año.
¿Qué? ¿Está a su gusto o no está a su gusto?
El vaso lo has lavado a mano con jabón neutro, ¿verdad?
Sí, señora... responde harta, igual que los cubiertos, el plato y la taza de café. ¿No cree que va siendo hora de que confíe en mí?
En lo relativo a la higiene, Indira no confía ni en la camarera ni en nadie, y eso que cuando su psicólogo le puso como ejercicio obligatorio salir a desayunar una vez a la semana, eligió esa cafetería porque era la más limpia que encontró, a pesar de que está en la otra punta de Madrid. Cuando a una le han diagnosticado un TOC (un trastorno obsesivo-compulsivo que le impide tener un comportamiento medianamente normal), cualquier precaución es poca.

La inspectora pronto va a convertirse en el eje central de la trama, especialmente tras la aparición de una maleta que contenía el cadáver de una mujer que alguien intentó hundir en el estanque del Buen Retiro. La inspectora se va a poner al frente de esta investigación junto a su equipo, con el que no parece tener mucha relación, porque simplemente la soportan, aunque no entiendan sus excentricidades ni su rectitud en el trabajo, que le llevó a denunciar a un policía que puso pruebas falsas para facilitar la detención de un culpable. La inspectora Ramos no sentía que con ello traicionara a nadie, porque lo importante para ella era cumplir las reglas por encima de todo, especialmente en el trabajo, y esa actitud hará que se fije en ella un anciano, Ramón Fonseca, que había abandonado un año antes Málaga para trasladarse a Madrid, para estar cerca del Centro Penitenciario Madrid II, en Alcalá de Henares, donde cumple condena su hijo Gonzalo, detenido por haber acuchillado a su mujer hasta matarla un año antes. Ramón Fonseca está convencido de la inocencia de su hijo, y como "buen padre" va a hacer todo lo posible para que el verdadero culpable pague por lo ocurrido; para conseguir que se retome la investigación va a poner contra las cuerdas a la policía, declarándose culpable del secuestro de tres personas cuya búsqueda abre todos los informativos de la televisión. El carácter recto que la inspectora Indira Ramos ha demostrado en su trabajo le hace merecedora, a ojos del anciano Ramón Fonseca, de retomar la investigación que llevó a su hijo a la cárcel buscando al verdadero culpable. Las víctimas del secuestro no están elegidas al azar, son responsables según Ramón del desenlace que está viviendo su hijo: Juan Carlos Solozábal, el abogado que no lo defendió como debía, Almudena García, la jueza que lo condenó, y Noelia Sampedro, una joven escort que declaró contra él en el juicio. Ramón Fonseca está convencido de que estas tres personas actuaron mal, dejándose sobornar para que su hijo pagara por algo de lo que estaba convencido no era culpable, y para acelerar la salida de su hijo de prisión pone un plazo de tres semanas para cerrar la investigación, que pide que caiga bajo la responsabilidad de Indira, que cree que será la única capaz de llegar a la verdad por su rectitud sin dejarse sobornar ni manipular por nadie hasta dar con el culpable.

Cada semana irá muriendo uno de los secuestrados, sin que el anciano revele su ubicación. Esa cuenta atrás impuesta por el secuestrador imprime agilidad a la trama, en la que los acontecimientos van desarrollándose de forma rápida. A pesar de eso, en la novela encontramos crítica social, asistimos a la vida en el interior de las prisiones, con las peleas propias entre reclusos, cuyos cabecillas quieren imponerse sobre otros grupos, aunque el pago para ello sean vidas humanas. Se hace una crítica al poder del dinero que como siempre parece que todo lo compra. Se habla de infidelidades, del peligro del juego y de como los vicios pueden arruinar la imagen de las personas ante la sociedad, de sobornos, de la prostitución como medio para salir de la pobreza, de la especulación inmobiliaria y de los pocos escrúpulos de algunos empresarios por llevar a cabo sus obras sin importar las consecuencias ni a quien se lleven por delante, y asistimos también al desprecio por el arte y la cultura, prevaleciendo sobre este último aspecto el ansia de algunos por ganar dinero a toda costa. Como puede apreciarse, son muchos los temas que encontramos en esta historia en la que cada detalle está perfectamente ligado, convergiendo las historias de cada uno de los personajes que aparecen en la trama, de forma que el lector puede ir comprendiendo cómo se desarrollaron los diferentes hechos, encontrando motivos para sospechar de unos y otros, y temiendo por la vida de algunos de los personajes que desfilan por la historia, y no únicamente por la vida de los secuestrados, que parecen vivir una cuenta atrás a priori imposible de parar. Los secuestrados están aislados, y no sabrán muy bien el motivo de su secuestro, pero a medida que avanzamos en la trama vamos a ir conociendo detalles de la vida de los mismos y vamos a poder seguir el hilo que los une.

Aunque puede parecer que estoy contando demasiado de la historia, todo esto que comento se desarrolla muy al principio del libro. El autor ha sabido tejer una trama que no deja nada al azar, los personajes que van apareciendo guardan secretos que van a ir saliendo a la luz a medida que avanzan las páginas, de forma que como lector vas dudando en cada momento de qué es lo que ha pasado realmente en la vida de los protagonistas, dudas de quién es culpable y de qué lo es, porque en las vidas de los protagonistas que ha creado Santiago Díaz hay luces y sombras: los secuestrados guardan secretos, los malhechores con los que se cruza la policía en las investigaciones que van llevando a cabo intentan salvarse por todos los medios, y la propia policía, empezando por la inspectora y también su equipo se presentan como gente de a pie, con numerosos defectos y problemas. Entre el equipo policial destacamos al subinspector Iván Moreno, que mantiene una tensa relación laboral con la inspectora Indira Ramos, a la que no perdona que delatara a un buen amigo, haciendo todo lo posible por no facilitar la relación de la inspectora con el resto del grupo, aunque en este tira y afloja vamos a asistir a acercamientos entre los dos motivados por el propio trabajo que desempeñan, que van a tambalear los sentimientos y los prejuicios de la inspectora con respecto a los que la rodean.

Toda la historia ideada por Santiago Díaz es muy cinéfila, se nota su oficio de guionista de series de televisión. Aunque la historia está dividida en cinco bloques, son ochenta y nueve los capítulos que la componen. Estamos ante capítulos cortos, que dan agilidad a la trama, con giros continuos de guion y sorpresas que va encontrando el lector a medida que avanza en la lectura. El acto que lleva a cabo "el buen padre" tratando de salvar a su hijo es desesperado. El autor nos plantea un dilema moral en esta historia, ya que uno de los protagonistas toma medidas desesperadas para tratar de salvar a su hijo, en cuya inocencia cree totalmente, aunque para ello deba sacrificar la vida de tres personas, que tendrán sus defectos (que iremos conociendo a medida que avancemos en la lectura), pero que quizá no merezcan morir sin saber el motivo de su secuestro ni quién se beneficia de su posible muerte. Sus hechos son censurables, no hay duda, pero cabe preguntarse qué haríamos nosotros ante esta situación. ¿Qué no haríamos por salvar a un hijo o allegado de cuya inocencia estuviéramos totalmente convencidos si creyéramos que la justicia no ha actuado bien en su causa? ¿Llegaríamos a secuestrar y amenazaríamos con matar a los que consideráramos responsables? Es un dilema complicado, casi seguro que a priori contestaríamos que no, pero para eso está la ficción, para plantearnos en ocasiones dilemas y hacernos disfrutar con los problemas de otros protagonistas. El autor ha sabido tejer tan bien los hilos de la historia que apenas nos da tiempo a plantearnos qué hubiéramos hecho en el lugar del buen padre. Las páginas del libro se van sucediendo de manera magistral, las distintas escenas se van ligando entre sí, los personajes están más relacionados de lo que puede parecer en un principio, y todo acaba conformando un puzle perfecto en el que no queda ninguna pieza al azar. 

Estamos ante una lectura trepidante, adictiva, que se devora, con una historia bien hilada, y muy bien descrita, con capítulos cortos que favorecen la lectura, mucha dosis de intriga y acción, con numerosos personajes que aportan mucho a la trama porque a medida que avanzas vas notando la relación que tenían unos y otros y las alianzas que se van forjando entre ellos. Nada queda al azar, todo encaja a la perfección y como lector vas sintiendo diferentes sensaciones. Aunque la inspectora protagonista es un poco peculiar en su forma de actuar, acabas conociendo los motivos de su comportamiento, y la acabas entendiendo, y quieres saber más de ella, quedas con ganas de que al autor se le ocurran nuevas aventuras protagonizadas por ella, y más teniendo en cuenta lo que se relata en el último capítulo del libro. Quedas con ganas de ver esta historia en pantalla, porque tiene ritmo, porque vas visualizando todo lo que se va narrando con mucha facilidad, y porque la historia tiene gancho. Creo que se nota que la he disfrutado, y no me he arrepentido para nada de leerla. Los capítulos cortos ayudan a que la historia avance, y como he dicho, tiene mucho ritmo y es una novela muy visual. Si a eso le sumamos que hay asesinatos, secuestros, el día a día de una prisión y varias investigaciones policiales, tenemos un conjunto apetecible que a pesar de que se puede leer casi de tirón, se disfruta.

A mí no me importaría encontrar de nuevo a la inspectora Indira Ramos y a todo su equipo al frente de nuevas investigaciones ideadas por Santiago Díaz, y si alguien se anima a hacer una adaptación como serie de televisión o película, bienvenida sea. Creo que se va a hacer una serie basada en Talión, la anterior novela del autor, así que espero leerla antes de que esto ocurra. Si queréis un consejo, corred a leer "El buen padre" antes de que acabe en pantalla grande, porque la historia y los personajes creados por el autor lo merecen. En #SoyYincanera hemos disfrutado mucho con el libro, creo que va a ser la tónica unánime de todas las reseñas.

Como siempre, agradecer a #SoyYincanera el haberse fijado en este libro para una lectura conjunta y que hayan hecho posible que me haya llegado un ejemplar, al autor por escribirlo y a la editorial Reservoir Books por facilitarnos los ejemplares para la lectura conjunta. Ha sido todo un placer que espero se pueda repetir en un futuro no muy lejano.

¡Nos leemos!


Esta reseña participa en la #YincanaCriminal2021, en el apartado Made in Spain. La acción transcurre en Barcelona o Madrid.
(Aunque tengo cubierta la casilla con Barcelona, ahora incluyo Madrid por si de aquí a que acabara el año me diera tiempo a duplicar las reseñas para la yincana).  ¡Optimista que es una!

#SeguiremosBailando

jueves, 8 de abril de 2021

Los muertos no saben nadar. Ana Lena Rivera.

Tercera entrega protagonizada por la investigadora de fraudes fiscales, Gracia San Sebastián, tras "Lo que callan los muertos" y "Un asesino en tu sombra", ambos títulos reseñados en el blog, y que he podido disfrutar de nuevo gracias a la iniciativa de #SoyYincanera.

Sin más, vamos con los datos técnicos del libro:

Título: Los muertos no saben nadar
Autora: Ana Lena Rivera
Editorial: Maeva Ediciones
Formato: Rústica con solapas
ISBN: 978-84-18184-24-6
472 páginas
PVP.: 21 €

Sinopsis (tomada de la página de la editorial)

La tercera novela de la autora de Lo que callan los muertos, ambientada entre Oviedo y Gijón. Una nueva investigación de Gracia San Sebastián, que ahora colabora con la policía.

En pleno mes de diciembre, en la playa de San Lorenzo de Gijón un niño encuentra el brazo amputado de un hombre en el agujero del muro donde guarda sus secretos.
El brazo pertenece a Alfredo Santamaría, que estaba siendo investigado en la comisaría central de Oviedo por una presunta estafa piramidal. El jefe de la Policía del Principado asigna el caso al comisario Rafael Miralles. Gracia San Sebastián, investigadora de fraudes contratada por la policía para indagar en las finanzas de la víctima, tiene que desentrañar un complejo entramado de blanqueo de dinero en el que interviene un poderoso grupo de mafiosos rumanos sin escrúpulos. En su vida personal, la relación con Rodrigo sigue viento en popa para disgusto de su exmarido, Jorge, que viene de visita desde Estados Unidos para gestionar un ambicioso proyecto empresarial.

Datos sobre la autora (tomados del propio libro)

ANA LENA RIVERA nació en Oviedo en 1972. Estudió Derecho y Administración de Empresas en ICADE, en Madrid. Después de veinte años como directiva en una multinacional, cambió los negocios por su gran pasión coincidiendo con el nacimiento de su hijo, Alejandro. Junto a él nació también Gracia San Sebastián, la investigadora protagonista de su serie de intriga.
Anteriormente se han publicado Lo que callan los muertos, galardonada con el Premio Torrente Ballester, y Un asesino en tu sombra, ambas protagonizadas por Gracia San Sebastián.                 Foto de la autora: ©️ Aurelio Martínez

Impresiones sobre el libro

Sábado, 7 de diciembre de 2019. 10:00. Playa de San Lorenzo. Gijón.
-¡MIRA, PAPÁ! MIRA lo que he encontrado.
-¿Qué es eso, Isma? -preguntó el hombre extrañado al ver a su hijo acercarse con lo que parecía la mano de un maniquí viejo y sucio.
El horror que sintió cuando el pequeño le entregó su recién encontrado tesoro le persiguió durante varios días. Los momentos siguientes se fijaron de manera caótica en su memoria: cómo arrojó el brazo putrefacto de una patada lejos de su hijo, los ojos llorosos de este ante la reacción de su padre, la confusa llamada a emergencias, la carrera desenfrenada y torpe por la arena con el niño en brazos, la cara de los agentes cuando les explicó que había dejado un brazo humano en la playa, el traslado a comisaría para tomarles declaración después de examinar el brazo y de permitirles recoger su pelota abandonada.

Está claro que el libro arranca con fuerza. Ya desde el principio aparece un brazo desmembrado en el hueco de un muro. Es difícil creer que el brazo ha llegado ahí por sí solo. Y si aparecen los restos de una persona, es fácil pensar que hay un cadáver. ¡Y lo que nos gusta a los miembros de #SoyYincanera que aparezcan cadáveres! Eso es sinónimo de investigación, y a los que disfrutamos con los libros de intriga nos encantan las investigaciones, y más si estas vienen a cargo de personajes ya conocidos por nosotros, como es el caso de la protagonista de este libro, Gracia San Sebastián, una investigadora de fraudes fiscales a la que ya tuve el placer de disfrutar en sus dos aventuras anteriores.

Aunque las tres historias protagonizadas por Gracia se pueden leer de forma independiente, porque estamos ante historias autoconclusivas, recomiendo que si podéis acercaros a las dos anteriores antes de leer esta, lo hagáis sin dudarlo, para entender mejor la evolución personal de la protagonista y de aquellos que la rodean, especialmente familiares y amigos, que aunque son personajes secundarios en las tramas que protagoniza Gracia, son un gran aporte para las historias que se narran.

Estamos ante historias ágiles, de esas que vuelan en nuestras manos nada más iniciar su lectura, así que si os sentís en la necesidad de iniciar la lectura de la saga desde el principio no dudéis en buscar los libros previos, que están disponibles en formato bolsillo y que seguro podréis encontrar en las bibliotecas que frecuentáis, porque de hacerlo así, descubriréis más matices de la protagonista, que va cogiendo peso a medida que se van desarrollando las historias a las que se enfrenta. Y si leyendo en orden vais a descubrir cómo ha ido evolucionando el personaje, no vais a sentiros defraudados por el elenco que le acompaña, haciendo especial mención de su madre Adela, su amiga Sarah, su hermana Bárbara y su pareja Rodrigo, con el que parece afianzar una relación que ya se intuía en el libro anterior, sin dejar de lado la aparición de Jorge, aún marido de Gracia y del que se está separando; el entorno amistoso y familiar de Gracia se verá completado por sus relaciones profesionales, y al frente de ellas el comisario Rafael Miralles, amigo personal de Gracia y su jefe en este caso, porque aunque Gracia se nos presenta como investigadora de fraudes para la Seguridad Social (casos proporcionados por Rodrigo en las entregas anteriores), ahora trabaja para la policía investigando un presunto caso de estafa piramidal que tiene como principal sospechoso a Alfredo Santamaría, el dueño del brazo que aparece en escena nada más iniciar la lectura del libro.

Y si la protagonista ha evolucionado, también se nota la evolución de la autora a la hora de la construcción de tramas. Si el primer libro presentaba un caso más sencillo, a cuya resolución se llegaba gracias a las relaciones de Gracia con su familia y entorno, los dos casos siguientes son algo más complicados, especialmente este que aquí traemos, con el que más he disfrutado en cuanto a trama. La investigación llevada a cabo por Gracia sobre una posible estafa piramidal que tiene como epicentro la empresa InverOriental, al frente de la cual está Alfredo Santamaría, cuyo brazo desmembrado se encuentra en una playa de Gijón a principios de diciembre de 2019, conecta la empresa investigada con mafias de la Europa del este, con lo que ello conlleva de posibles delitos de extorsión, asesinatos por encargo, prostitución... Los acontecimientos que se narran en el libro, que tienen lugar durante los meses de diciembre y enero, en plenas fiestas navideñas, conectan con unos hechos acontecidos meses antes, el día de San Valentín de ese mismo año, con el atropello y muerte de una joven a pocos metros de llegar a su casa, sin que el responsable pagara por ese crimen. Como suele pasar en los libros de intriga, hechos del pasado y del presente van a compartir un nexo de unión, y nuestra labor como lectores va a centrarse en ver qué sentido tienen los acontecimientos, qué los provocan y cuál es la relación entre los distintos personajes que aparecen en la historia, así como tratar de desentrañar el crimen, que de esto último vamos servidos en esta historia.

Se nota que la autora ha evolucionado, ha arriesgado haciendo algo más complicada la trama, de forma que no pierda ni un ápice de interés para el lector, que va recorriendo junto a los personajes las ciudades de Gijón y Oviedo, especialmente esta última, escenarios principales de la novela, aunque sin dejar de viajar al extranjero, en este caso a Rumania, donde conoceremos la maldad con la que se mueve algún que otro secundario y lo fácil que resulta para algunos acatar órdenes sin importar las consecuencias.

Estamos ante una novela mucho más negra, donde se notan las diferencias sociales entre los distintos personajes, sobre todo por el tema económico, primando el dinero y el prestigio para que algunos se consideren superiores a otros, como las familias ricas que aceptan que una mujer pobre cuide de sus hijos pero que no estarían dispuestos a emparentar con ella por cuestiones amorosas; se hace hincapié en lo poco que vale la vida humana para algunos, dispuestos a acabar con algunas personas sin ningún remordimiento a cambio de dinero; encontramos estafas, chanchullos empresariales, venganzas de la mafia rumana ante el asesinato de uno de los suyos, sin importar las consecuencias, hay algo de justicia poética porque se acaban pagando los delitos que habían quedado impunes... 

Son muchos los temas que encontramos en este entretenido libro que nos resulta complicado soltar una vez que hemos iniciado su lectura, porque la trama avanza rápidamente, con capítulos cortos y muchos diálogos que agilizan la lectura; además, como los temas que se plantean resultan interesantes y las intrigas no decaen en ningún momento, estamos deseando saber qué pasa finalmente con cada uno de los personajes y cómo se cierran los acontecimientos. Hay dos claros frentes abiertos: la resolución de un crimen del pasado que parece conectar con los hechos acaecidos en diciembre con los que se inicia la historia, todo ello bajo la investigación por fraude que lleva a cabo Gracia ayudando con ello a la policía, y por otro lado la propia vida personal de la protagonista y de aquellos que forman parte de su círculo más íntimo, que también aportan a la historia un toque especial que personalmente he disfrutado. Si Gracia se presenta como una persona muy segura en su trabajo, en su vida personal es mucho más frágil, y aunque en este libro está intentando llevar adelante una relación con Rodrigo, la aparición del que aún es su marido, Jorge, alterará un poco su vida, aunque venga dispuesto a firmar los papeles del divorcio y a finiquitar los bienes comunes. El tira y afloja al que vamos a asistir como lectores entre Rodrigo y Jorge hará que conozcamos más detalles de estos personajes que la propia protagonista, a la que a veces dan ganas de gritar para que se dé cuenta de cómo son en realidad uno y otro (vamos a encontrar matices de ellos que no acabarán de gustarnos, al menos eso es lo que a mí me ha pasado con estos dos personajes). La novela está narrada en tercera persona, excepto los pasajes contados por la propia Gracia, escritos en primera persona y que sirven de enlace entre las distintas historias. 

La autora se ha superado a sí misma, aunque espero que tenga en la recámara alguna historia más protagonizada por Gracia San Sebastián, y que no tarde en publicarla, porque personalmente quedo con ganas de saber cómo evolucionará la vida personal de la protagonista, y quiero saber más de esos personajes creados por ella que son ante todo personas cercanas y creíbles, que tienen luces y sombras, como cualquiera de nosotros y de los que nos rodean, y con los que no me importaría ir a pasear por las calles de un Oviedo que no tengo el placer de haber visitado, ni de tomar algo en su compañía en cualquiera de los establecimientos que se citan en la novela. Y si ya tuviera la oportunidad de conocer a alguien como Adela, la madre de la protagonista, sería genial. Todo esto despierta la novela, así que si tenéis oportunidad de acercaros a ella no lo dudéis, que Gracia es mucha Gracia, y las tramas en las que participa valen la pena. Deseando leer una próxima aventura.

Gracias a la editorial Maeva, a la autora y a la iniciativa #SoyYincanera por darnos la oportunidad de seguir disfrutando de esta protagonista a la que hemos cogido tanto cariño.


Con esta reseña participo en la #YincanaCriminal2021 en el apartado Made in Spain: La acción transcurre en cualquier ciudad española, excepto Barcelona o Madrid.

#SeguiremosBailando