lunes, 19 de octubre de 2020

El nombre de Dios. José Zoilo.

Volvemos a la carga con las reseñas para #SoyYincanera, con la lectura de un libro de cuyo autor ya pudimos disfrutar hace unos meses y que de nuevo nos ha confirmado que no nos equivocamos con la impresión que su primer libro nos dio. 

Sin más, vamos con los datos técnicos del libro:

Título: El nombre de Dios
Autor: José Zoilo Hernández
Editorial: Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. U. (Ediciones B)
Formato: Tapa dura con sobrecubierta
ISBN: 978-84-666-6845-3
Primera edición: septiembre de 2020
P.V.P.: 20'90 €
640 páginas

Sinopsis (tomada del propio libro)

¿PUEDE UNA RELIQUIA LEGENDARIA SALVAR UN REINO EN SUS HORAS MÁS OSCURAS?

Cuenta la leyenda que el rey Salomón mandó construir un objeto en el que dejaría escrito todo el conocimiento del mundo: una mesa plagada de oro y joyas capaz de colmar con su poder la ambición de quien la poseyera.

Año 711 d.C.: las tropas musulmanas desembarcan por primera vez en el sur de la península Ibérica con un afán imparable de conquista que hasta el momento no ha conocido rival. Sorprendido mientras luchaba en el norte de su territorio, el rey visigodo Roderico debe partir para defender la provincia más meridional de un reino que se enfrenta ahora a demasiados enemigos.

A la vez que los ejércitos se preparan para la lucha y las viejas rencillas comienzan a aflorar entre los nobles godos, un religioso escoltado por una pequeña partida se dirige hacia el campo de batalla portando una reliquia que podría cambiar el curso de la contienda. Es el momento de comprobar si su poder sagrado será suficiente para hacerse con la victoria, o sí, por el contrario, terminará convirtiéndose en la perdición del reino.

Tras la trilogía de «Las cenizas de Hispania», José Zoilo despliega el apasionante escenario bélico de la batalla de Guadalete, uno de los episodios cruciales de la historia de España.


Datos sobre el autor (tomados del propio libro).

JOSÉ ZOILO HERNÁNDEZ (Tenerife, 1977) es un biólogo de profesión que trabaja en el ámbito de la agricultura y el desarrollo rural. Aunque su labor profesional ha discurrido por el campo de las ciencias, es un auténtico apasionado de la Historia desde muy temprana edad. Su primera novela, El alano, fue galardonada con el I Premio de Novela Histórica de Pozuelo de Alarcón y alabada por la crítica y los lectores. Con ella inició la trilogía épica «Las cenizas de Hispania», una apasionante recreación de la Hispania tardorromana que continuó con Niebla y acero y concluyó con El dux del fin del mundo. Esta trilogía lo ha consagrado como una de las nuevas voces más importantes del panorama de la novela histórica nacional.

Impresiones sobre el libro

No sé si seré capaz de resumir en unas líneas lo que me ha parecido el libro, si conseguiré hacerle justicia, porque debo reconocer que he disfrutado mucho con esta lectura. Parto con ventaja, es cierto, porque la trama se desarrolla en pleno siglo VIII, con la llegada de las tropas musulmanas a la Península Ibérica y la posterior invasión, y reconozco que es un período con el que disfruto (he tenido oportunidad de estudiar durante la carrera diferentes datos sobre los casi ocho siglos que estuvieron en la península y la huella que dejaron hasta la caída final de Granada en 1492), así que leer una historia novelada de cómo pudo ser aquel desembarco, cómo llegaron a la península y qué pudo haber sido de algunos de los protagonistas reales de la historia es algo que agradezco. Pero esta premisa no debe asustar a ningún lector que decida acercarse a esta trama ideada por el autor. No estamos ante una lección de historia ni ante una sucesión de datos históricos que puedan resultar aburridos a aquellos que no disfrutaban con esta asignatura en su época de estudiantes. 

Estamos ante una novela muy bien narrada, que coge como punto de partida el final del reino visigodo que gobernaba en territorio hispano a causa de las rencillas y traiciones que parece favorecieron la llegada de tropas bereberes y musulmanas a la península, con idea de sustituir al rey Rodrigo (Roderico en la novela) por otro, con más derecho a ocupar el trono según algunas facciones. Lo que al parecer iba a ser una mera incursión en busca de botín facilitada por algunos grupos contrarios al rey, y una posterior vuelta a sus territorios, se convertiría en una expansión por toda la península.

«... muchos miraban las naves arder con una mezcla de desconcierto y esperanza en el rostro. Tariq había demostrado con este gesto que su intención, más allá del saqueo, era la de hacerse con cuanto territorio fueran capaces de ocupar. Destruidas las naves, la única opción que les quedaba era la de avanzar, venciendo cualquier oposición que se encontraran. La suerte estaba echada.»

Gracias a la imaginación del autor seguimos a los personajes, algunos reales y otros ficticios, que son los que dan el verdadero cuerpo a la historia, a lo largo de diez años de periplo por territorio hispano y franco, hasta alcanzar la ciudad de Roma y volver de nuevo a la península después de una serie de avatares que son narrados como si de una novela de aventuras se tratara. Y esto es lo grandioso del libro. A pesar de sus más de seiscientas páginas, el ritmo de la trama no decae en ningún momento, y eso se agradece; en mi caso particular, he devorado el libro porque quería saber qué pasaba con los personajes, y en qué momento iba a cortar la historia el autor, aunque la trama bien daría para una continuación.

Para ayudarnos a seguir la historia, el autor ofrece diversas ayudas que facilitan la lectura, aunque es cierto que la novela está tan bien escrita que apenas hace falta echar mano de ellos, pero ahí están para el que quiera consultar. Un mapa en el interior de las tapas hará que sigamos mucho mejor el periplo de nuestros personajes a lo largo de su historia, porque hemos de tener en cuenta que los territorios del siglo VIII distaban bastante de lo que conocemos hoy día.

El libro está estructurado en un prólogo, libro I y libro II y un epilogo. Al final del mismo podemos disfrutar con una nota histórica que particularmente he agradecido, porque me ha devuelto a mi etapa de estudiante, así como una relación de los topónimos que hacen alusión a los escenarios por los que deambulan los personajes, de los que también aparece una relación en unas hojas al final del libro, destacando con un asterisco aquellos personajes reales que aparecen o de los que se habla en la trama, y aquellos que han salido de su imaginación, y que ayudan a que esta obra sea redonda y queden ganas de saber qué les depara el incierto futuro al que parecen destinados, aunque quizá, no sé, el autor quiera sorprendernos con alguna continuación, que seguro resultaría tan amena como la historia que aquí nos trae, porque mira que hay episodios bélicos e historias dignas de ser contadas a lo largo de los casi ocho siglos que duró la expansión musulmana por la península. Estoy convencida de que si el autor decidiera retomar los personajes o la trama en el punto en el que la ha dejado, nosotros como lectores seguiríamos disfrutando, porque está claro que José Zoilo tiene oficio, se nota que disfruta con lo que escribe y sabe narrar como nadie las batallas (ya pudimos comprobarlo en El alano, la anterior novela del autor que disfrutamos en #SoyYincanera). No pasa de puntillas por ellas, no enaltece al vencedor, nos transmite el miedo, la dureza y la cruda realidad de lo que allí pudo acontecer, con todos los matices.

«... aprendería que la batalla, antes que gloriosa, resulta nauseabunda, dolorosa, atroz. Los hombres se despedazan como bestias, gritando, llorando, sangrando, defecando. Los sentidos se embotan y todo apesta. Incluso cuando se resulta vencedor, la lengua arde como si estuviera hecha de rugoso esparto y el contenido del estómago pugna por salir.»

Para crear esta historia, que si no está quedando claro puedo reiterar de nuevo que he disfrutado gratamente, el autor se apoya como he comentado más arriba, en un elenco de personajes que aportan su personalidad a la trama desde los ya citados personajes reales (Tariq y Musa en un primer momento como responsables de la invasión, y Roderico que tratará de combatirla, entre otros muchos) y personajes ficticios entre los que encontramos todos los matices, algunos buenos muy buenos y otros muy malos, y aún así estos personajes tan extremos también van evolucionando a lo largo de la novela, y asistiremos como lectores a esa evolución que se va viendo en ellos, en algunos de forma muy marcada. Entre los personajes malos muy malos destaca por encima de todos Ragnarico, protagonista a lo largo de toda la novela y al que no coges especial cariño por la forma que tiene de comportarse, aunque podamos llegar a entender qué le mueve para actuar así.

Son muchos los pueblos y razas de los que se habla a lo largo de la novela, y nuestros protagonistas son ejemplo de los distintos grupos. El autor ha sabido describir a cada uno de los representantes de los diferentes pueblos que protagonizan la novela, desde bereberes, árabes y visigodos hasta miembros de nobleza y clero, que también aparecen a lo largo de la trama. Cada uno de los personajes deja un poso en el lector, especialmente aquellos cuyo viaje seguimos a lo largo de los diez años que relata la novela. Así, cogeremos especial cariño a algunos de los visigodos que se ven obligados a luchar ante la llegada de las tropas bereberes, y cuya misión, además de salvar su vida y la de los habitantes de sus tierras se verá aumentada por la necesidad de llevar una reliquia que todos parecen desear a territorio romano, para que acabe en buenas manos y cambie el devenir de los hechos. La posesión de la Mesa del Rey Salomón, leyenda de la que se habla desde la Edad Media, será punto de partida para que el autor aúne historia y leyenda y ejecute una trama muy bien trazada, que bien podría dar explicación a unos hechos de los que no tenemos noticias fidedignas. El autor explica en su nota histórica en qué hechos cree y cuáles utiliza y el porqué, y hay que reconocer que ha montado una historia amena, creíble e interesante.

Además de los personajes malos, quedará en mi retina Witerico, un guerrero enorme todo corazón que lucha a las órdenes de Ademar, el comes de Astigi, que se verá obligado a luchar en la contienda por salvar sus tierras, la vida de los suyos y su propio honor. Si tenemos que destacar a otro personaje habría que hablar de Hermigio, joven pastor cuya ilusión es entrar algún día en combate y cuya evolución veremos plasmada a lo largo de la novela, ya que sobre sus hombros recaerá una misión difícil de llevar a cabo. Y aunque destacan los personajes masculinos, también encontramos féminas en la trama, destacando la pelirroja Elvia, cuya vida acabará cruzándose con los protagonistas, demostrando auténtico coraje en sus actos.

Si los personajes destacan, la descripción de los escenarios por donde estos transitan también es digno de elogio. Gracias a la prosa del autor conoceremos enclaves fortificados, pequeños pueblos dedicados solo a cultivos y algo de ganadería, a la decadencia de la ciudad de Roma, a los territorios montañosos más inhóspitos. El autor nos mete en la novela con su prosa, con la abundancia de diálogos, con la historia que narra en definitiva. La trama no decae en ningún momento, ya sea en la antigua Hispania ya sea en territorio árabe. El autor toma como punto de partida la invasión de la península y no deja hilos sueltos, pues presenta a unos personajes y trata de contar al lector qué fue de ellos de una manera más o menos novelada, pero que como he indicado podría resultar creíble. Me ha gustado cómo ha llevado a cabo la trama, se nota que se ha documentado mucho para idear esta historia, y la forma de relatar hace que la hayamos disfrutado, de eso no hay duda.

¿Recomiendo la historia? De eso no hay duda, y no solo a aquellos que disfruten con la ficción histórica, sino a cualquier lector que disfrute con una buena lectura, en la que no falta la acción, y teniendo en cuenta que está muy bien narrada, y que encontramos leyendas, intrigas, venganzas y misiones, no deberíamos dejarla de lado. No nos deben asustar sus más de seiscientas páginas, porque los capítulos avanzan de forma muy rápida y la trama se devora. Si además te gusta esta etapa de la historia de España, como es mi caso, este es sin duda tu libro, no lo dejes escapar.

Particularmente, quedo a la espera de que José Zoilo nos vuelva a brindar otro libro ambientado en esta época histórica. Si no habéis leído nada del autor, os estáis perdiendo algo interesante. Este es el segundo libro que leo de él y creo que ha superado al anterior. Quedo a la espera de más, sin duda. 

¡Nos leemos!