jueves, 17 de junio de 2021

Pastores del mal. Félix García Hernán.

Continuamos con las lecturas simultáneas en #SoyYincanera. La #YincanaCriminal2021 en la que estamos participando facilita que estemos leyendo mucha novela negra, y con eso en el grupo disfrutamos sin duda. Hoy vengo con la reseña de la segunda novela publicada por Félix García Hernán con la editorial Alrevés, y como he dicho varias veces en este blog, solemos disfrutar mucho con las novelas que publica esta editorial, porque son sinónimo de buena novela negra, y además, le tenía ganas a esta nueva historia ideada por Félix García Hernán.

Sin más, vamos con los datos técnicos del libro:

Título: Pastores del mal
Autor: Félix García Hernán
Editorial: Alrevés, S. L.
Formato: Rústica con solapas
ISBN: 978-84-17847-61-6
Primera edición: mayo del 2021
390 páginas


Sinopsis (trasera del libro):

Cuando el padre Damián Isún cambió de postura para acomodarse en su cama, el corazón le dio un vuelco al palpar, bajo la colcha, el cuerpo desnudo y sin vida de uno de sus pupilos. ¿Cómo había llegado allí? El pánico se apoderó de él y acudió a su antiguo discípulo, mosén Estanis, en busca de ayuda y refugio.
El mosén no dudó en contactar con el comisario Javier Gallardo, que aunque se había retirado hacía poco del servicio, nunca podría olvidar que le debía su vida al religioso. Así, junto al ahora inspector jefe Raúl Olaya, Gallardo intentará demostrar la inocencia del padre Damián.
Juntos descubrirán una poderosa organización internacional cuya voracidad desmedida destroza y utiliza a cientos de niños y entre cuyos dirigentes se hallan destacados miembros de la banca, la política, las finanzas o la Iglesia.
Con una prosa arrolladora, directa y sin artificios, pero absolutamente adictiva, Félix García Hernán maneja, con la precisión de un relojero, o mejor, de un cirujano, una trama que nos llevará, sin un respiro, de Barcelona a Roma, Nueva York, París o Wisconsin, y lo confirma como un narrador especialmente dotado para novelas donde lo social y la denuncia conviven con la acción más vertiginosa.

Datos sobre el autor (tomados del propio libro)

Félix García Hernán (Madrid, 1955). Hotelero de profesión, ha dirigido en Madrid establecimientos como el hotel Urban, el Villa Real o el Only You.
Pastores del mal es la segunda novela que publica con Editorial Alrevés. La anterior, Cava dos fosas (2020), recibió una entusiasta acogida por parte de público y crítica y resultó finalista al premio Negra y Mortal a la mejor novela negra en español por ser «uno de esos libros donde la mano del autor hace que sea muy fácil de leer, pero difícil de olvidar». Atresmedia ha comprado los derechos de esa novela para la producción de un film que será dirigido por el laureado David Pérez Sañudo.
En el 2020, Félix García Hernán obtuvo el premio Estandarte.com al autor revelación del año por su «espectacular potencia narrativa, que brinda una trama adictiva donde las páginas parecen fotogramas y los capítulos secuencias». El jurado también destacó que Javier Gallardo, el comisario protagonista de sus obras, es «un personaje cuidadosamente construido, complejo, de múltiples aristas, con un singular magnetismo que nos hace recordar otros comisarios de éxito del panorama literario».
Los derechos audiovisuales de Pastores del mal han sido adquiridos por Atlantia Media para una próxima producción cinematográfica.

Impresiones sobre el libro

Ha sido un auténtico placer encontrar de nuevo al comisario Javier Gallardo protagonizando un nuevo título ideado por su creador, Félix García Hernán. Conocimos al comisario Javier Gallardo hace poco más de un año, como protagonista principal del libro "Cava dos fosas", que resultó ser un grato descubrimiento en el panorama de la novela negra actual. Disfruté lo que no está escrito con ese primer libro del autor, porque aunque trataba temas muy duros y pudimos como lectores acompañar al comisario protagonista en los momentos de sufrimiento a los que se vio sometido, quedamos con ganas de retomar sus aventuras, y cuando nos quedó claro que el autor estaba manos a la obra con la segunda novela protagonizada por el comisario, contábamos los días para tenerla en nuestras manos, así que, cuando desde #SoyYincanera propusieron la lectura conjunta de Pastores del mal, creo que sólo nos faltó dar un brinco de alegría. Teníamos ganas de saber más de Javier Gallardo, ese comisario ahora retirado del servicio pero que va a aportar toda su tenacidad y contactos para enfrentarse a un tema escabroso donde los haya, la pederastia y las redes que se lucran con ella, sin importar las víctimas ni las consecuencias que conlleva su práctica.

El padre Damián Isún encuentra en su cama el cuerpo sin vida de Oriol Recasens, uno de sus pupilos. Sin saber cómo había llegado allí el cadáver desnudo de ese niño, entra en pánico y acude a su antiguo discípulo y gran amigo, mosén Estanis, para que lo ayude a solucionar este difícil problema al que no sabe cómo enfrentarse. La aparición del cuerpo sin vida de un niño en su cama lo hace, casi sin lugar a dudas, culpable del asesinato del menor, y su primer pensamiento es huir y pedir la ayuda de mosén Estanis, que no dudará de su inocencia en ningún momento. Mosén Estanis es un viejo conocido de aquellos que disfrutamos con la anterior novela del autor, Cava dos fosas, porque fue un personaje que tuvo un papel relevante en la trama anterior, ayudando al personaje principal.

Estamos ante una historia conclusiva, aunque como siempre se recomienda leer la anterior; si os decidierais a hacerlo no os iba a quitar mucho tiempo, porque Cava dos fosas es una novela que se devora, y resulta muy visual, tanto que va a acabar en versión cinematográfica. Pero si no tenéis acceso a la novela anterior, empezar por este libro no debe preocupar, porque estamos también ante una novela ágil y muy visual, y pronto os haréis con los personajes y con su forma de actuar. Si en la novela anterior el protagonismo indiscutible recaía en el comisario Javier Gallardo, en esta trama parece que coge más fuerza el inspector jefe Raúl Olaya. Han pasado meses desde el desarrollo de la historia anterior y Javier Gallardo no está en activo, se ha retirado y dedica su vida a escribir un libro; Raúl Olaya, buen amigo y fiel compañero del que era comisario sigue en activo, y se verá obligado a dar explicaciones a sus superiores por inmiscuirse en una investigación por su cuenta y riesgo, guiado por el instinto y la confianza que Javier Gallardo deposita en aquellos que han aportado algo a su vida. Cuando Javier recibe la llamada de mosén Estanis pidiendo ayuda para el que fuera su mentor, el padre Damián Isún, no duda en trasladarse a tierras catalanas para devolver la ayuda que el mosén le proporcionó en su momento. Mosén Estanis confía plenamente en la inocencia del padre Damián, y está convencido de que la aparición del cadáver del niño en su cama no ha sido más que una trampa en la que alguien quiere hacerle caer. El padre Damián no pasaba por su mejor momento, incluso parecía que estaba sufriendo una crisis de fe, pero sería incapaz de asesinar a un niño, y esa confianza es la que mueve a mosén Estanis a pedir la ayuda del comisario Gallardo y del inspector Olaya.

«Antes no estaba solo, tenía como aliada una fe sin fisuras, de la que ahora carecía. Sentía que el Dios al que había dedicado su vida ya no estaba a su lado, guiándolo y protegiéndolo. Sus fuerzas estaban al límite, y no conseguía dar con ellas para poder salir de la abominación que estaba viviendo».

Javier Gallardo, agradecido como está a mosén Estanis por la gran ayuda en un duro episodio de su vida (os recomiendo en este punto que si podéis, leáis el libro anterior, no os defraudará), y confiando en el buen criterio del sacerdote, se prestará a buscar pruebas que confirmen la inocencia del cura a todas luces culpable de asesinato, con la condición de que se entregue a la justicia mientras ellos investigan el caso por su cuenta. Contando con la ayuda inestimable de Javier Olaya, que como ya se ha indicado tendrá un papel importante en la trama, no dudará en viajar de un lado a otro del territorio español, así como a Roma, París y al estado de Wisconsin y la ciudad de Nueva York en los Estados Unidos de América. Casi podemos hablar de que estamos ante una road movie por los diferentes escenarios en los que se desarrolla la trama, distintos escenarios que aportan agilidad a la trama y consiguen que los capítulos vuelen entre nuestras manos. El cambio de escenarios por los que pasan los protagonistas principales viene determinado por la investigación que Javier y Raúl llevan a cabo buscando probar la inocencia del padre Damián, viéndose obligados para ello a enfrentarse a toda una red de pederastia a escala mundial cuyos máximos dirigentes no dudan en matar o hacer cualquier barbaridad que facilite sus planes y que siga funcionando el entramado que tienen montado.

«A lo largo de su carrera policial no sería este, desde luego, el primer caso en que tendría que enfrentarse a elementos muy bien situados en las esferas de poder y que se habían aprovechado de su situación en ellas...»

Javier y Raúl se enfrentan a la investigación de un caso que no puede hacerse oficial, porque de ser ciertas sus premisas estarían luchando contra una red de pederastia a gran escala en la que estarían involucrados políticos, directores de colegios religiosos, que no dudan en "becar" a algunos de los alumnos ofreciéndoles una vida mejor a ellos y a sus familias, empresarios y altas esferas del clero, todo ello a escala mundial, porque el asesinato de Oriol va a destapar un entramado internacional muy bien organizado, que hace que los altos dirigentes de esta red consigan ganancias con las que enriquecerse cada vez más y jóvenes a su disposición para acallar sus instintos. Y aunque todo pueda provocarnos repugnancia, el autor ha sabido tratar el tema sin centrarse en detalles escabrosos, presentando una trama policial muy bien desarrollada en la que se verán involucrados diferentes estratos sociales, desde los más ricos que sólo buscan saciar sus instintos, hasta familias necesitadas de las que se aprovechan los poderosos ofreciendo algo de lujo a cambio de la compañía de esos niños.

Está claro que la novela que hoy reseñamos y que ha salido de la imaginación de Félix García Hernán es ficción, pero por desgracia tiene muchas similitudes con la realidad, y no es extraño que encontremos en las noticias casos de pederastia en el seno de la Iglesia o casos de pornografía infantil. Estos temas que pueden resultar escabrosos están muy bien tratados en la novela, y aunque puedan hacer saltar todas nuestras alarmas, el autor no se regodea en detalles sórdidos y lo que cuenta tiene mucho que ver con el desarrollo de la trama. Como lectores estamos en tensión a lo largo de toda la novela, esperando que el desenlace sea favorable a los protagonistas y a la justicia, pero con su buen hacer el autor consigue hacernos sufrir a lo largo de las páginas, y eso es algo que como lectores de novela negra también agradecemos. Desde el primer momento sabemos quiénes son los buenos y quiénes son los malos, y el hecho de que haya una "empresa" dedicada a vender el cuerpo de niños inocentes a quien pueda pagar por ello hace que algo nos remueva por dentro. Encontramos por una parte padres dispuestos a ofrecer a sus hijos a cambio de dinero, aunque pueda disfrazarse diciendo que es consecuencia de intentar salir de la pobreza, y por otro lado encontramos gente sin escrúpulos dispuesta a pagar por liberar sus más oscuras pasiones. Entre el apartado de malos, que más de uno encontramos a lo largo de la trama, hay que hacer mención del obispo John Dawkins, director de la diócesis de Nueva York, lobo con piel de cordero, uno de los obispos más valorados dentro de la Iglesia, y comprometidos con numerosas obras sociales, pero no es oro todo lo que reluce, y de este personaje nos estaremos acordando durante un tiempo en #SoyYincanera.

«Si Dios existe, espero que tenga una buena excusa para el abandono en que tiene sumido al mundo».

No sé si os he conseguido convencer con mis explicaciones. Estamos ante una novela ágil, cuyos cuarenta y nueve capítulos y epílogo final se leen de manera muy rápida, porque la trama que en la novela se desarrolla está muy bien urdida, y los diferentes escenarios por los que pasan los protagonistas, y la acción a la que se ven expuestos ayuda a avanzar en la lectura. Trata un tema sórdido, como ya se ha indicado, la pederastia, en el que el autor involucra a altas esferas de lo más granado de la sociedad: empresarios, clero, políticos... al frente de cuya investigación el autor pone a dos protagonistas potentes, con los que ya tuvimos oportunidad de disfrutar en la entrega anterior. Pero a pesar de que el tema principal de la trama pueda resultar escabroso, el autor huye de los detalles sórdidos y centra la novela en la investigación, sin olvidar someter a los protagonistas a escenas complicadas que ponen en riesgo su vida. Con esta novela, el autor se ha consagrado como un auténtico genio a la hora de desarrollar novelas negras que atraen al lector. Ya me ganó con el título anterior, y tenía claro que quería leer algo nuevo pronto. Pastores del mal no me ha decepcionado en absoluto, y ahora me han quedado ganas de ver cómo quedará esta novela y la anterior plasmada en pantalla. A la espera de la adaptación cinematográfica de sus dos novelas, quedo más que satisfecha con la que he tratado de reseñar aquí, os recomiendo perdidamente que le deis una oportunidad a esta y a la anterior porque estoy segura de que no os defraudará, y pedirle al autor que se ponga manos a la obra para idear nuevas aventuras, protagonizadas por Javier Gallardo o por quien el autor quiera, porque si algo me ha quedado claro con la lectura de estas dos novelas suyas es que voy a seguir su pista y espero leer todo lo que publique en un futuro. 

Esta reseña participa en la #YincanaCriminal2021, en la sección "Todo es posible en América", en el apartado "La corrupción es el tema dominante".

¡Nos leemos!

#SeguiremosBailando