lunes, 29 de noviembre de 2021

Ardores de agosto. Andrea Camilleri.

Tengo un poquito abandonada la #YincanaCriminal2021, y me da rabia, porque estaba casi segura que la iba a completar sin problemas, y lo más importante, que iba a hacerla con libros que tenía en mis estanterías esperando turno. Está muy avanzado el año, y no sé si llegaré a completar la yincana, porque eso sí, me apunto a todas las lecturas conjuntas que organizan en #SoyYincanera, y eso quita tiempo para elegir otros libros, pero espero poder rellenar alguna que otra casilla, y animar así a las organizadoras a que la vuelvan a convocar en otros años.

Centrándonos en el apartado que se desarrolla en Europa, y tratando de leer algunos de mis pendientes, me he encontrado con Andrea Camilleri, autor al que hacía tiempo no leía, y un título que creo recordar compré de segunda mano, por aquello de conseguir novela negra que sé que me gusta a buen precio.

Sin más, vamos con los datos técnicos del libro:

Título: Ardores de agosto
Título original: La vampa d'agosto
Autor: Andrea Camilleri
Traducción del italiano de María Antonia Menini Pagès
Editorial: Ediciones Salamandra, S. A.
Formato: Rústica con solapas
ISBN: 978-84-9838-214-3
1ª edición, marzo de 2009
2ª edición, mayo de 2009
256 páginas.

Sinopsis (tomada del propio libro)

Un calor asfixiante arrasa Sicilia como una llamarada; durante el día el aire se vuelve irrespirable, las piedras queman y ni siquiera un baño en el mar ofrece algo más que alivio momentáneo. Con la ciudad sumida en un letargo incandescente, Salvo aguarda la llegada de Livia, que viene con unos amigos a pasar las vacaciones en una solitaria casita frente a la playa. Pero el idílico plan se tuerce cuando, oculto en los sótanos de la casa, aparece un baúl con un cadáver dentro. El macabro hallazgo desata los instintos investigadores del comisario, que muy pronto se ve envuelto en una maraña criminal de múltiples facetas que involucra a políticos, banqueros y empresarios, todos bajo la omnipresente tutela de la mafia. Y como si la canícula no fuera suficiente para causar estragos en el comportamiento de los personajes, la presencia casi mágica de una bellísima veinteañera hace flaquear la proverbial lucidez del propio Montalbano, hasta el punto de tentarlo a dar ese paso trascendental que había evitado hasta el momento.
Décima aventura de Salvo Montalbano, en la que el inimitable comisario sigue haciendo gala de ese vitalismo socarrón y melancólico mientras se asoma a los abismos más profundos del ánima humana.

Datos sobre el autor

Andrea Camilleri nació en Porto Empedocle, Sicilia, el 6 de septiembre de 1925. Acabó sus estudios de bachiller en 1943, y al año siguiente se inscribió en la Facultad de Letras sin finalizar sus estudios, ya que en esa época se dedicó a publicar cuentos y poesías, ganando el Premio St. Vicent. Posteriormente, estudió Dirección en la Academia de Arte Dramático Silvio d'Amico, y trabajó como director y libretista. En 1957 se casó con Roseta Dello Siesto, con la que tuvo tres hijas. Un año después ejerce de profesor en el Centro Experimental de Cinematografía de Roma.
©Fotografía: Basso Cannarsa
Si bien dedicó más de cuarenta años al guion y a la dirección teatral y televisiva, debutó como novelista en 1978 con El curso de las cosas, la primera de un conjunto de novelas históricas ambientadas en la Sicilia del siglo XIX, pero no alcanzó notoriedad en su país hasta la publicación de una serie de libros de género policíaco centrados en su personaje Salvo Montalbano (nombre otorgado en homenaje al escritor Manuel Vázquez Montalbán, con quien ha sido comparado como autor en múltiples ocasiones) con el primer libro de la serie llamado La forma del agua (1994), notoriedad que se vio acrecentada gracias a su adaptación televisiva. Anteriormente consiguió éxito con su novela La temporada de caza, publicada en 1992.
Camilleri muestra en sus obras policíacas un intenso retrato de la sociedad siciliana mediante el uso de un léxico vivo plagado a la vez de dialectalismos y referencias enigmáticas, estilo que le sirve para oscilar entre lo cómico y lo grotesco, lo ridículo y lo trágico.
Aunque no finalizó sus estudios, obtuvo un título honorífico de la Universidad de Pisa en 1978. Fue ganador del Premio Internacional de Novela Negra RBA del 2008 con su novela La muerte de Amalia Sacerdote.
Falleció el 17 de julio de 2019, en el hospital romano del Santo Spirito, a los 93 años.
Ficha del autor sacada de la página de LECTURALIA.

Impresiones sobre el libro

Camilleri falleció, y reconozco que era uno de mis pendientes. Hace mucho tiempo leí el primer título protagonizado por Salvo Montalbano, La forma del agua, y recuerdo que me gustó. Lo compré en una edición en bolsillo que sacaron de sus obras, y mi intención era continuar con la compra y con la lectura de los títulos en orden, pero por circunstancias que se dan en la vida, otros libros y otras compras se inmiscuyeron en esta idea, y creo que leí un par de títulos más, pero sin seguir ningún orden. Hace tiempo que compro libros de segunda mano, y trato de hacerme con aquellos títulos de autores que sé que me gustaron en su momento, con idea de completar las series que en su día empecé, y de las que suelo tener algunos ejemplares aislados por casa. Retomando la idea de completar la yincana criminal a la que me apunté hace ya varios meses, con libros de mi propiedad, que han alcanzado el título de eternos pendientes, revisé las estanterías y encontré el libro que hoy os traigo, Ardores de agosto, sin saber muy bien qué iba a encontrar entre sus páginas. Casualmente yo no leí la sinopsis, preferí entrar de lleno en la historia. El libro estaba escrito por un escritor italiano, sabía que era novela negra, y seguro que había algún muerto. No se podía pedir nada más.

El libro está dividido en diecinueve capítulos y tiene mucho diálogo, con lo que se avanza rápidamente en su lectura, y lo más interesante es que, a pesar de los temas duros que trata, encuentras notas de humor en los inicios de la trama, en las conversaciones que Salvo mantiene con Livia, su pareja, sobre la búsqueda de una casa para que su amiga Laura, su marido y su hijo pequeño pasen unas vacaciones cerca del mar y de la propia Livia, ya que Salvo Montalbano no podrá abandonar Vigàta por circunstancias laborales. Esta búsqueda precipitada de alojamiento y el propio alojamiento encontrado supondrán una pincelada de humor que como lectora he agradecido.
Laura era la amiga del alma de Livia, aquella a quien le confiaba los misterios gozosos y también los menos gozosos de su vida.
一¿Vienen aquí?
一Sí. ¿Te molesta?
一Para nada, ya sabes que Laura y su marido me caen muy bien, pero...
一Explicame ese pero.
¡Bueno, ya empezaban!
一Yo pensaba que por fin podríamos pasar un poco más de tiempo solos y...
一¡Ajajá!
Estilo bruja de Blancanieves y los siete enanitos.
一¿Por qué te ríes?
一Porque sabes muy bien que la que va a quedarse sola seré yo, yo, ¿comprendes?, mientras que tú te pasarás todo el día y puede que también toda la noche en la comisaría con el asesinado de turno.
一No, Livia, pero qué dices, aquí en agosto, con el calor que hace, hasta los asesinos esperan a que llegue el otoño.
一¿Eso qué es, un chiste? ¿Tengo que reírme?

Pero nosotros como lectores sí vamos a reírnos, o al menos se nos va a escapar una media sonrisa a medida que nos adentramos en la lectura, porque el chalet alquilado por Salvo guarda sorpresas, que fui descubriendo a medida que avanzaba en la lectura, con invasión de escarabajos, ratones y arañas en días distintos, y la desaparición del pequeño Bruno, que al parecer había caído por una grieta de la casa. Y esto solo en el primer capítulo del libro. La casa alquilada guarda un secreto y ese secreto va a ser investigado por Salvo y sus compañeros de comisaría, aunque la investigación le lleve a remover hechos del pasado y a enfrentarse a empresarios sin escrúpulos, arquitectos que tienen mucho que esconder y jefes de obra a los que no importa para nada la vida humana.

En esta novela encontramos al calor del mes de agosto como un protagonista más, aunque el título no solo hace referencia a las temperaturas, más bien al ardor sexual. Montalbano se nos presenta como una persona cercana, con sus dudas y defectos, como cualquier mortal. La relación con Livia no parece pasar por su mejor momento, y la investigación a la que el comisario debe enfrentarse con la aparición del cadáver de una joven va a despertar sus instintos más humanos. Se va a sentir atraído por la hermana de la víctima y en su pensamiento se verá correspondido, aunque las incertidumbres a las que debe enfrentarse harán que descuide un tanto su faceta profesional.

Si en este libro encontramos a una víctima cuyo asesinato hay que investigar, también encontramos denuncia social, con casos de corrupción, arquitectos a los que no importa defraudar porque siguen la máxima de que todo el mundo lo hace, jefes de obra y empresarios que ponen por delante el ansia por ganar dinero a la propia vida de los que trabajan para ellos, casos en los que se demuestra que los que ostentan el poder abusan, si pueden, de los que dependen de ellos. Estos son algunos de los temas que vamos a encontrar en este libro para nada extenso, que se lee con facilidad, porque no hay demasiadas descripciones, y las investigaciones, a medida que avanzan, son narradas por los propios protagonistas a raíz de las conversaciones que mantienen entre ellos mismos. No te pierdes en la trama, que resulta ser bastante ágil y eso se agradece. Hay asesinato, investigación, denuncia social y hasta venganza. No se le puede pedir más a un libro ágil, con diálogos fluidos y un toque de humor que hace que disfrutemos de la lectura, toques humorísticos que encontramos al principio del libro, pero que nos animan a seguir leyendo. Y por si fuera poco, a los que conocéis a Salvo Montalbano, bien por los libros, bien por la serie de televisión, aquí se nos presenta como alguien muy cercano, como un hombre de lo más corriente, con sus dudas y defectos, capaz de caer en las garras de un mal entendido enamoramiento, con las consecuencias que ello puede acarrear en su forma de actuar.

Hay bastantes personajes en la trama, pero el autor no incide en ellos apenas. Al igual que no hay apenas descripciones de los lugares, no se incide en las descripciones de los compañeros de comisaría de Salvo Montalbano ni en los personajes con los que se cruzan. Lo que importa se cuenta a través de los diálogos que abundan en el libro, diálogos que sirven para que el lector no se pierda en las investigaciones que se llevan a cabo.

Estamos ante un libro ligero y fácil de leer, que presenta una faceta más humana del personaje protagonista, y que pone en jaque la relación que parece mantener con Livia. Tengo entendido que esta relación en un poco un tira y afloja a lo largo de la serie protagonizada por el comisario. Por eso me gusta leer los libros en orden, porque los personajes evolucionan, y también su relación con los otros protagonistas, pero en esta caso he leído pocos títulos y salteados, así que voy un poco perdida con esta relación de pareja.

¿Recomiendo el libro? Sí, es entretenido y se lee bien. Podría ser un libro para el verano, por el título, pero también viene bien ahora para subir la temperatura de estas tardes gélidas que nos esperan. De todas formas, si queréis seguir mi consejo, lo ideal será leer estos títulos en orden, porque los personajes evolucionan, y leyendo la serie sin seguir ese orden se pierden muchos matices. Por mi parte he conseguido un par de los objetivos que me había planteado, a pesar de no haber respetado ese orden: leer un título que esperaba su turno desde hace bastante tiempo en una de mis estanterías, y completar una de las casillas de la Yincana Criminal 2021 a la que me había apuntado.

¡Nos leemos!

Esta reseña participa en la #YincanaCriminal2021 en el apartado Ocurrió en Europa, para completar la casilla "Una novela de una escritor/a italiano o que transcurra en Italia". 


jueves, 11 de noviembre de 2021

La hija de las mareas. Pilar Sánchez Vicente.

Nueva entrada en el blog, de nuevo bajo la iniciativa #SoyYincanera. Esta vez el último libro de una autora a la que ya habíamos tenido el placer de disfrutar con una novela anterior, cuya lectura conjunta nos dejó un buen sabor en el grupo. Ese libro era "Mujeres errantes".

Pero hoy vengo a hablaros de "La hija de las mareas", un libro con el que también hemos disfrutado mucho con la lectura conjunta que hemos llevado a cabo el grupo de #SoyYincanera por Twitter.

Sin más, vamos con los datos técnicos del libro:

Título: La hija de las mareas
Autora: Pilar Sánchez Vicente
Editorial: Roca Editorial de Libros, S. L.
Formato: Tapa dura con sobrecubierta
ISBN: 978-84-18557-28-6
Primera edición: octubre de 2021
416 páginas
PVP.: 19,90€

Sinopsis (tomada del propio libro)

En el año 1820 Andrea Carbayo de Jovellanos escribe sus memorias para dejar constancia de las aventuras y desventuras que la llevaron al lugar donde se halla, perseguida por la intransigencia del inquisidor Valdés.
Reviviremos su infancia en Obiedo y viajaremos con ella a Oxford, donde, disfrazada de hombre, asistirá a la presentación de importantes descubrimientos para la medicina actual. En París vivirá de cerca la Revolución con su inseparable Olympe de Gouges, volcándose en la lucha por los derechos de las mujeres y en su trabajo en la imprenta. Un oficio, el de impresora, que ejercerá también en Gixón a su regreso. Será entonces cuando conozca a su padre y disfruten ambos de fructíferos paseos por el arenal. Directora de una escuela para niñas desfavorecidas, fundará un periódico que desempeñará un papel clave durante la guerra de la Independencia. Este conflicto bélico, que asolará la región convirtiéndola en un escenario dantesco, conducirá a Jovellanos a la muerte, facilitando que Valdés culmine su venganza sobre ella.
Ilustrada, intelectual, tertuliana, escritora, traductora, maestra... Andrea fue una precursora en muchos aspectos, sin que ello impidiera que fuera borrada de la Historia, como otras tantas mujeres en toda época y lugar.
En 2021, cuando se cumplen 210 años de la muerte del ministro y prócer gijonés Gaspar Melchor de Jovellanos, la publicación de este manuscrito y la extraordinaria revelación de una hija secreta agrandan la leyenda sobre tan ilustre personaje.

Datos sobre la autora

Pilar Sánchez Vicente es historiadora, documentalista y escritora. Ha sido guionista y presentadora de varios programas de TVE. Actualmente trabaja como archivera del Tribunal Superior de Justicia de Asturias. Fue nombrada Comadre de Oro y ha recibido los premios Timón y 8 de Marzo en reconocimiento a su trayectoria personal y literaria. Entre sus numerosas obras destacan La diosa contra Roma, Mujeres errantes y La muerte es mía, todas ellas publicadas en el sello editorial Roca.
© Fotografía de la autora: Beatriz Montes Photographer
(Datos sobre la autora tomados del propio libro).

Impresiones sobre el libro

Los que nos seguís por twitter y conocéis algo del grupo #SoyYincanera sabéis que estamos llevando a cabo una #YincanaCriminal2021, básicamente porque en este grupo lo que más nos gusta son los crímenes y las novelas que giran en torno a ellos y las investigaciones que se proponen en los libros. Aunque nos encanta la novela negra, de intriga, misterio o como queramos llamarla, no le hacemos ascos a adentrarnos en otro tipo de historias, y también disfrutamos, y mucho, con la novela histórica, y mucho más todavía si ya habíamos tenido el placer de disfrutar de alguna novela anterior del autor. Este ha sido el caso de La hija de las mareas, la novela de la que voy a intentar contaros mis impresiones. Conocí a Pilar Sánchez Vicente con una anterior novela suya, Mujeres errantes, de la que también hicimos una lectura conjunta en el grupo, y la experiencia fue altamente gratificante. Por ese motivo, cuando desde #SoyYincanera se propuso la lectura conjunta de #LaHijaDeLasMareas, no dudé un momento en apuntarme, porque recordaba lo bien que escribe Pilar Sánchez Vicente y sabía que esta novela la iba a disfrutar sí o sí, como finalmente ha sido. 

Ya nos gana la autora en la dedicatoria, nada más empezar la lectura del libro:

A todas las mujeres protagonistas de sus vidas cuyo nombre ha sido borrado de la historia.
 Su anonimato no les resta grandeza y nuestro brillo no alcanza ni a su sombra.
Rescatar su memoria es vencer al tiempo y al olvido. Va por ellas. Va por todas.

Andrea Carbayo de Jovellanos será la encargada de hacernos llegar su historia y la de su familia, centrándose en las figuras de su abuela, Carola, y su madre, Gloria, dos mujeres fuertes que tuvieron que luchar en un mundo de hombres sometidas a las injustas leyes que las rodeaban y al papel importante de la Iglesia y de aquellos que defendían su forma de actuar. Las Carbayo eran conocidas como "las Encantadoras". Carola atesoraba conocimientos sobre el poder de las plantas como método de curación, y era capaz de asegurar, sin apenas equivocarse, qué mal aquejaba a las personas que pasaban por su "botiquina", un lugar escondido de los ojos de aquellos que trataban de brujería el que una mujer tuviera conocimientos de botánica y medicina y que pudiera poner los mismos al alcance de aquellos que acudían a ella en busca de alivio para sus males. Las mujeres Carbayo tenían ascendencia vikinga, y si había un rasgo que las identificaba era su melena roja y que daban a luz niñas. Carola ya lo pasó mal durante su infancia, pues su madre, que también era conocedora de remedios para sanar fue acusada de brujería y condenada a la hoguera, y Carola compartió cárcel con ella. Su hija Gloria, que también heredaría los conocimientos para sanar, fue fruto de la relación de Carola con Andrés, su primer marido, un ballenero que la aceptaba tal y como era pero que falleció luchando en el mar justo antes del nacimiento de Gloria. El fallecimiento de Andrés puso en dificultades a Carola, que tuvo que entrar a trabajar como ama de cría para una familia pudiente de Asturias, los Jovellanos, lo que hizo que Gloria pudiera criarse rodeada de conocimiento, aprendiendo de los profesores que acudían a enseñar a los hijos de esta familia, porque no había tanta diferencia de edad entre los niños de la familia Jovellanos y la propia Gloria, con lo que la niña pudo afianzar conocimientos y ayudar aún más a su madre en el futuro incierto que se les presentaba debido a su condición social.

La vida de Carola y Gloria transcurre en dos enclaves del norte de España principalmente, Obiedo y Gixón, en pleno siglo XVIII, y dos serán las familias aristocráticas con más importancia en este momento de la historia: la familia Jovellanos y la familia Valdés. La primera, abierta a las nuevas ideas que trae consigo la Ilustración; la segunda, más identificada con las ideas de la Iglesia y defensores a ultranza de las mismas. De ahí radicará la persecución que los Valdés van a infringir a la familia de las Carbayo, a las que considerarán responsables de una muerte que acontece en el seno de una de las familias, y a las que tachan de brujas y curanderas, obligando a estas mujeres a huir buscando una vida mejor, donde poder desarrollar sus capacidades curativas, sin hacer daño a nadie, más bien al contrario.

"En casa de los Jovellanos siempre se vanagloriaron de ser amables, cultos y tolerantes; en la de los Valdés se preciaban de ser la mano de Dios en la tierra. Don Francisco pisaba la capilla para asistir al oficio dominical porque no le quedaba otro remedio, mientras que en los Valdés eran de comunión y misa diaria".

"Cualquier manual que incite el progreso termina en el Index librorum prohibitorum. Para los religiosos cualquier novedad es pecado, pretenden ignorar los avances de la ciencia y que la propia medicina evoluciona cada día. El nombre de Dios ha sido utilizado para condenar a las mentes racionales, por eso en este país la mayoría embisten en lugar de pensar". 

En este libro vamos a encontrar sobre todo lucha, de gente pobre por sobrevivir, de personas que quieren hacerse un hueco en la profesión que han elegido, pero especialmente, una lucha de las mujeres por ser consideradas como un igual con respecto a los hombres, algo muy difícil en la España de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Aunque la autora ha tenido la pericia de no desarrollar toda la historia en el norte de España, haciendo que la protagonista y narradora de la trama viaje a Oxford y acuda a unas importantes charlas disfrazada de hombre, y viva en su propia carne la Revolución Francesa como una ciudadana más afincada en París, los hechos narrados en la trama nos hacen ver que daba igual de dónde fueras o dónde estuvieras, porque la mujer no era considerada como un igual, y esa será la lucha que mantenga Andrea a lo largo de toda su historia: conseguir la igualdad de todos, hombres y mujeres, sin importar diferencias de sexo o raza. A diferencia de su madre y su abuela, que se habían adaptado a las normas establecidas, y procuraban llevar a cabo sus labores de sanación sin que se fijaran demasiado en ellas, cuando podían y donde podían, el caso de Andrea sería diferente. A ella no le interesaba tanto la medicina ni la sanación por las plantas, ella quería aprender, y hacer que otras muchas mujeres aprendieran, así que acabaría siendo maestra, dando clases a aquellos niños y especialmente niñas menos favorecidas, porque era partidaria de que la educación llegara a todos, y no solo a las clases privilegiadas; del mismo modo, acabaría escribiendo una obra teatral contra la esclavitud que tanta fuerza tenía en esa época, aunque no pudiera publicarla con su nombre, y extendería sus ideas de igualdad imprimiendo octavillas y panfletos, así como un periódico que serviría de propaganda a las ideas que trajo consigo la Revolución Francesa.

"(...) un país que quiera salir del atraso necesita que sus féminas sepan hacer algo más que bordar y, desde luego, han de ser capaces de pensar por sí mismas".

La autora ha sabido crear una historia de mujeres, pero no está solo recomendada a mujeres. Estamos ante un libro que debería leer todo el mundo, porque resume muy bien las situaciones de desigualdad que se vivían en España, bajo el poder de los borbones, reflejado en las figuras de Carlos IV y Fernando VII, y la llegada al poder de José Bonaparte, gracias a la entrada en España de Napoleón. Hombres y mujeres no eran considerados por igual en estas tierras, y las desigualdades también quedaban patentes entre el pueblo llano y las familias privilegiadas, cuyos hijos acabarían ocupando cargos de poder o puestos importantes dentro de la Iglesia; familias que contaban con personas encargadas de su educación y de que aprendieran a leer y escribir, mientras a las clases trabajadoras no se les daba la posibilidad de aprender, porque era algo que a los pudientes no les interesaba, y debían trabajar para sobrevivir, a veces en pésimas condiciones, y eran las primeras víctimas si la miseria, la escasez o las enfermedades les atacaban. Pero la autora nos ha llevado también de la mano a Oxford y a París, y aunque se nos ha vendido que París era la ciudad de la libertad, de las oportunidades, como se dice vulgarmente en todas partes cuecen habas, y gracias a la prosa de la autora hemos comprendido las dificultades a las que también allí se enfrentaban las mujeres para intentar ser consideradas en igualdad con los hombres, aunque leyendo el libro parece patente que solo había una cosa que realmente igualaba a los dos géneros: la guillotina.

Es increíble la ingente documentación que ha tenido que manejar la autora para ofrecernos este libro tan redondo. Desarrolla la historia en doce capítulos bastante extensos, en los que Andrea va narrando anécdotas de su vida y de la vida de sus antepasados, siguiendo un hilo temporal que hace que como lectores rememoremos parte de la historia de nuestro país y del país vecino por las que en ocasiones se ha pasado casi de puntillas en los planes de estudio a los que nos hemos ido enfrentando a lo largo de nuestra vida. Si hay algo claro en los libros de Pilar es que la autora se prepara, tiene mucho que contar y sabe cómo contarlo. Aunque no abundan los diálogos precisamente, y hay mucha narración, las anécdotas que van sucediéndose en el libro y la forma que tiene el personaje de Andrea de hacérnoslas llegar hace que toda la trama se disfrute. Es una historia de mujeres luchadoras, contada con mucho realismo por la autora. Ha sabido combinar la aparición de personajes ideados por ella con personajes reales, lo que dota a la trama de mucha verosimilitud, de tal forma que te adentras en las páginas del libro y no sabes distinguir qué es real de lo que no lo es, y eso es algo que se agradece. Por otra parte, esta historia ideada por Pilar podría ser real; muchos hijos de familias nobles tenían descendencia con criadas o mujeres pertenecientes a una clase social inferior a la que ellos pertenecían. El supuesto padre de Andrea en esta trama no es otro que Gaspar Melchor de Jovellanos, personaje que existió realmente. La relación de Andrea con su padre cuando regresó de nuevo a Asturias tras su huida de París ayudan a explicar los convulsos acontecimientos que se desarrollaron en España a principios del XIX. Los que disfrutamos con la Historia alabamos este tipo de libros, porque nos hacen darnos cuenta de que siempre se puede indagar más en algo que creemos sabido, siempre hay cosas nuevas que aprender sobre nuestro pasado.

Como me ocurrió con el anterior libro que leí de la autora, me encanta la forma que tiene de describir los distintos escenarios de la novela y la fuerza de los personajes por ella creados. De nuevo me han dado ganas de trasladarme al norte de España, zona que sigo sin conocer, aunque creo que gracias a la literatura, si algún día puedo viajar por allí, ni Gixón ni Obiedo (manteniendo la grafía del libro) me serán desconocidas.

Recomiendo al 100% la lectura de este libro, porque toca muchos puntos y nos hace reflexionar sobre todo a lo que han tenido que enfrentarse nuestros antepasados, especialmente las mujeres, para que ahora gocemos de privilegios de libertad y una supuesta igualdad entre todos los seres humanos, sin importar su género, aunque está claro que no hemos alcanzado la perfección en este sentido y la lucha continúa. La autora ha hecho un recorrido por la historia de dos ciudades del norte de España, iniciando el periplo, a modo de anécdota, en septiembre de 1395 en Gixón, con las tropas de Enrique III de Castilla sitiando la ciudad, para transportarnos luego a finales del convulso siglo XVIII en España y Francia, pasando por Óxford, dejando a la protagonista, Andrea Carbayo de Jovellanos, escribiendo sus memorias en la villa de Gixón, en 1820. Es una lectura muy recomendable, y si te gustan las muertes, muchas vas a encontrar en este libro, fruto de las guerras, traiciones, abusos de poder, miseria y enfermedades que pululan a lo largo de sus páginas, tanto, que este libro bien podría participar en la Yincana Criminal que estamos llevando a cabo. Si se cruza en tu camino, no dudes en darle una oportunidad, la historia lo merece y la trama está muy bien contada. Ha sido un acierto repetir con la autora. 

¡Nos leemos!