jueves, 25 de abril de 2019

Lo que callan los muertos. Ana Lena Rivera.

Siguiendo con la iniciativa de #SoyYincanera, nueva reseña en el blog, esta vez de la mano de una novela de intriga con la que os adelanto he disfrutado.

Sin más, vamos con los datos técnicos del libro:
Título: Lo que callan los muertos
Autora: Ana Lena Rivera 
Editorial: Maeva Ediciones
Sello Maeva Noir
ISBN: 978-84-17108-77-9
Edición: Rústica con solapas
Año publicación: 2019
P.V.P.: 19€
312 páginas.
Novela galardonada con el Premio Torrente Ballester, compartido ex aequo con "El ángulo de la Bruma", de Fátima Martín Rodríguez.

Sinopsis del libro
(tomada de la página de la editorial)


Una novela de misterio ambientada en Oviedo protagonizada por una investigadora de fraudes que despertará la empatía de los lectores.

Gracia San Sebastián ha renunciado a una exitosa carrera laboral en Nueva York y ha regresado junto a su marido Jorge a su Oviedo natal para ejercer de investigadora de fraudes a la Seguridad Social. Su nuevo caso está relacionado con el cobro de la pensión de un militar franquista que sobrepasa los ciento doce años, cifra a todas luces sospechosa.
Mientras su vida personal avanza por sendas imprevistas, Gracia se encontrará con ramificaciones del caso que la llevarán a investigar el suicidio de una vecina de su madre. De vez en cuando pide consejo a una buena amiga de la familia, la monja dominica sor Florencia.

Datos sobre la autora

Ana Lena Rivera nació en Oviedo en 1972. Estudió Derecho y Administración de Empresas en ICADE, en Madrid. Después de veinte años como directiva en una gran multinacional, cambió los negocios por su gran pasión coincidiendo con el nacimiento de su hijo Alejandro. Junto a él nació también Gracia San Sebastián, la investigadora protagonista de su serie de intriga. 
La primera entrega, Lo que callan los muertos, ha recibido el Premio Torrente Ballester.

Impresiones sobre el libro

"Lo que callan los muertos" supone la primera aparición de una nueva investigadora, Gracia San Sebastián, que ha llegado para quedarse, como bien dice José María Guelbenzu en la trasera del libro. No estamos ante una novela negra típica, es más bien una historia costumbrista que destapa un secreto del pasado y juega con las relaciones de la protagonista con el entorno que la rodea, porque si algo tiene este libro es que no solo Gracia va a destacar como personaje, sino que en ocasiones los secundarios que la acompañan adquieren gran protagonismo y llegan a superarla, especialmente su madre, Adela, todo un personaje en su forma de comportarse, y cuyos contactos con vecinos y conocidos del barrio, así como su gran espontaneidad, ayudarán a Gracia en su labor para destapar el fraude a la Seguridad Social que tiene como protagonista a un anciano de más de cien años, don Marcelo Pravia, algo a todas luces complicado, teniendo en cuenta que desde hace más de treinta años nada se sabe de él ni en centros de salud ni en consultas médicas; todo apunta a que alguien se está haciendo pasar por él para seguir cobrando una jugosa paga de militar franquista muy bien remunerada, y la labor de la protagonista será destapar el fraude. Con esta excusa, la autora nos presenta a un personaje fuerte, con sus luces y sombras, sus miedos y sus incertidumbres, que guarda algún que otro secreto de su vida privada que no ha quedado lo suficientemente aclarado en este título, pero que estoy segura que será ampliamente tratado en una nueva entrega, que ha decidido abandonar un trabajo muy bien remunerado en Estados Unidos para volver a su Oviedo natal e investigar fraudes desde un punto de vista civil, porque aunque en este libro aparezcan policías, forenses y se hable de una investigación judicial, la protagonista no forma parte de este mundo, y serán sus relaciones y las de su familia las que la lleven a descubrir aquello que investiga, en parte fruto un poco de la casualidad, en parte por su buen hacer como comunicadora entre sus allegados y conocidos.

Será Gracia la encargada de narrar en primera persona la historia de su investigación y de todo lo concerniente a sus relaciones profesionales y familiares, a lo largo de diecisiete capítulos, y a través de ella conoceremos a su marido Jorge, con el que no está atravesando el mejor momento en su relación como pareja (como lectores sabremos por la propia Gracia que arrastran un pesar por la muerte de un hijo, aunque no se den muchos detalles de qué pasó exactamente), a su hermana Bárbara, brillante cardióloga que ayudará a Gracia en sus investigaciones y que se embarcará en una aventura personal muy prometedora, contando con el apoyo de su hermana; a Sarah, farmacéutica, amiga de Gracia, y pilar fundamental en los avances en su investigación, por la ayuda profesional y personal que le aporta. El toque de humor en la historia lo pondrán Adela, la madre de Gracia, una viuda muy activa que se ve involucrada en la investigación de su hija por el supuesto suicidio de la Impugnada, una vecina a la que apreciaba mucho y cuya muerte va a acabar relacionándose con el caso que investiga Gracia, y sor Florencia, una monja dominica amiga de la familia y que está al tanto, al igual que la madre de Gracia, de todo lo que se cuece en el barrio, y que será de gran ayuda a la protagonista a la hora de avanzar en el caso.
"Mi madre era una mezcla entre Phileas Fogg y señora de provincias anticuada. Tan pronto bajaba en abrigo de piel y tacones a comprar al Mercadona como se apuntaba a cualquier aventura que le resultara emocionante. Su único miedo era que le sucediera algo malo a nuestra familia. Según ella, llega una edad en la que no se teme nada más."
"Desde lo más antiguo de los tiempos, sor Florencia empleaba las palabras zorrona y zorrón para referirse a la gente joven a la que apreciaba y, para sor Florencia, era joven todo aquel que no hubiera llegado a la jubilación. Nunca nadie le había querido explicar lo que significaba la palabra en lenguaje coloquial."
Es fácil que esta novela me hubiera pasado inadvertida, porque es mucho lo que se publica en este momento, también en novela negra, que es uno de mis géneros preferidos, pero la falta de tiempo en muchas ocasiones y de dinero en otras tantas hace que no siempre pueda acercarme a muchos de los títulos que publican las editoriales. Afortunadamente, contamos con esta iniciativa que tantos buenos ratos nos está dando para acercarnos a autores y obras que de otro modo hubieran pasado ante nuestros ojos sin pena ni gloria. Y además, si hay algo claro es que en muchos casos, y con este título se cumple la expectativa, los libros sirven para acercarnos a lugares que de otra manera difícilmente podríamos conocer, y no quiero decir con esto que "Lo que callan los muertos" sea una guía de viaje, ni mucho menos, sino que la autora ha sabido combinar muy bien una historia amena y ágil, y crear unos personajes cercanos, de la mano de los cuales vamos a conocer la ciudad de Oviedo, donde está ambientada la novela, haciendo que el lector pasee por sus calles, entre en sus locales de ocio, disfrute de sus restaurantes... en definitiva, un viaje por una ciudad para muchos desconocida, como es mi caso, que guarda un secreto entre sus calles, que tratará de desentrañar la protagonista. Y del mismo modo, también asistiremos a un compendio de gastronomía local, porque la autora ha creado unos personajes cercanos, que bien podrían identificarse con cualquier persona de las que nos rodeamos en nuestro día a día, y en el caso de Adela, la madre de Gracia, ha creado un personaje completo, que lo mismo sirve para apoyar a su familia, vecinos o allegados en momentos difíciles, como que es capaz de disfrutar como la que más de una partida con amigas, una sesión para contactar con almas que no terminan de descansar, o preparar todo un banquete gastronómico con el fin de agasajar a cualquiera que necesite ser cuidado, o buscando una información que ayude a su hija en su investigación. Estamos ante personajes cercanos, con problemas, que mantienen una actitud luchadora ante la vida, con un peso importante para la familia, pilar fundamental de la trama, circunstancia esta que va a reflejarse tanto en el entorno de la protagonista como de la familia de la vecina suicida, y mucho más en las actitudes que llevan a algunos de los participantes en la trama a actuar de la manera que lo hacen a lo largo de la historia.
"Igual esto no suena muy moderno en los tiempos que corren, pero todos necesitamos raíces y, aunque la familia no sea perfecta, es la familia, para lo bueno y para lo malo. A veces, nos decepcionan y, a veces, nos ayudan. Lo importante es estar ahí siempre para ellos y ellos para nosotros, e intentar hacerlo lo mejor que podamos".
En general, estamos ante una primera entrega de una saga que ha entrado con buen pie en nuestro ánimo lector, tanto es así que personalmente estoy deseando saber qué nuevos retos esperan a la protagonista, en su afán por descubrir los posibles fraudes que se le puedan presentar; quedo con ganas de saber cómo evolucionará su matrimonio, que pasa por dificultades, de descubrir en qué circunstancias perdieron a su hijo, cómo llevan este tema los distintos miembros de la familia, qué actitud tendrán ante algunas alegrías que la historia deja entrever para un futuro... Tengo la seguridad de que la autora sabrá contestar a todos estos interrogantes en una futura entrega, que me consta ya está en manos de la editorial y que personalmente estoy deseando leer. Estamos ante una serie de intriga, que se lee muy bien, porque está narrada en presente, en primera persona, de manera que vamos viendo cómo avanza la trama de la mano de la protagonista, y sintiendo junto a ella su evolución, encontramos a viejos conocidos de la infancia, como una amiga cotilla casada con un comisario, pieza fundamental en esta historia y que seguro dará juego en un futuro, rememoramos temas complicados de la sociedad actual, como la soledad y cómo afecta esta a las personas mayores, que en ocasiones no tienen más remedio que acabar sus días en un asilo. Estamos ante un buen reflejo del día a día que nos rodea, y lo que más me ha gustado, y me ha hecho recordar la obra de Teresa Solano, "Negras tormentas", es que el libro que hemos disfrutado nos presenta a una familia peculiar, de la que particularmente quiero saber más, así como conocer más datos sobre amigos y conocidos de estas dos grandes protagonistas, Gracia y Adela, Adela y Gracia, porque me han hecho reír, y he disfrutado con sus conversaciones, con sus pensamientos, con su forma de actuar... El humor que se respira a lo largo de la lectura hace que los temas tratados, duros en ocasiones, sean tratados de forma más distendida, y eso se agradece.

Si queréis disfrutar de una novela ágil, que mantiene dos intrigas paralelas que acaban convergiendo, disfrutando de un paseo por las calles de Oviedo, de la mano de unas protagonistas que en ocasiones van a levantaros alguna que otra sonrisa, esta es sin duda vuestra novela. Personalmente la he disfrutado, y he quedado con ganas de más. Se lee fácilmente, porque la historia va avanzando a medida que lo hacen las investigaciones de la protagonista, y al estar narrada en primera persona vamos asimilando la trama a la misma vez que ella, siendo partícipes de la misma. Como la autora no ha creado a un personaje extraordinario, sino que lo ha dotado de luces y sombras, y miedos, resulta creíble, porque podemos vernos reflejados en ella, y los toques de humor con los que ha acompañado la trama resultan de lo más acertados para disfrutar de la misma. En definitiva, una lectura recomendable y unos personajes a los que como lectora me han dejado ganas de seguir la pista. Y vosotros, ¿os animáis a conocer a Gracia y a su entorno? Seguro que no os arrepentiréis.

¡Nos leemos!

miércoles, 10 de abril de 2019

Los miércoles salvajes. Susana Hernández.

Nueva reseña en el blog, siguiendo con la iniciativa de #SoyYincanera.

Datos técnicos del libro


Título: Los miércoles salvajes
Autora: Susana Hernández Marcet
Editorial: MilenioPublicaciones, S. L.
Formato: Rústica con solapas
ISBN: 978-84-9743-856-8
Primera edición: enero de 2019
A la venta en febrero de 2019
216 páginas.

Sinopsis (tomada del propio libro)


Samanta y Hugo, amigos desde la infancia en las duras calles de Ciudad Meridiana, en el extrarradio barcelonés, trabajan juntos en la empresa de seguridad propiedad de Hugo. Sam necesita dinero, mucho más dinero del que gana como escolta privada, para procurarle un tratamiento a su novio que padece una grave lesión medular desde hace doce años. Su amigo y jefe le propone un trabajo ilegal y muy bien pagado que los arrastrará a ambos al oscuro mundo del tráfico de medicamentos en un espiral de violencia y traiciones. "Los miércoles salvajes nos lleva desde las chabolas de Accra, en Ghana, donde Sirhan y Lewa luchan por conseguir medicinas que traten la diabetes tipo 1 que aqueja a su madre, a los entresijos del tráfico ilegal de medicinas comandado por María y Joao, dos hermanos portugueses, y al frío y hermético universo de la industria farmacéutica.


Datos sobre la autora

Susana Hernández (Barcelona) ha estudiado Imagen y Sonido, Integración Social, Investigación Privada y Psicología. Ha colaborado en diversos medios de comunicación ejerciendo como crítico musical, redactora de deportes, y locutora de radio. Ha publicado las novelas: La casa roja, La puta que leía a Jack Kerouac, Curvas peligrosas, Contra las cuerdas, Cuentas pendientes (ganadora del premio a la mejor novela negra en el Festival Cubelles Noir 2016), Males decisions (Premio Cubelles Noir a la mejor novela negra en catalán 2018) y La reina del punk. Ha participado en las antologías: Elles també maten, Fundido en negro, Diez negritos, nuevas voces del género negro, Obscena, Lecciones de asesinos expertos, Hnegra y Barcelona, viatge a la perifèria criminal. Es autora de diversas piezas de teatro breve. En su haber cuenta con diversos premios de relato, novela y poesía. Imparte talleres literarios desde 2011.


Impresiones sobre el libro

Ha sido un verdadero placer acercarse a un nuevo libro de Susana Hernández, autora a la que tenía un poco olvidada, y no será porque algunos de sus anteriores libros no me están esperando en el kindle (el señor Cronos no deja tregua y las lecturas se acumulan, qué le vamos a hacer).

En "Los miércoles salvajes" la autora nos acerca a un mundo para nada desconocido, aunque quizá ya forme parte de nuestro día a día y por ello no le demos tanta importancia. Con un lenguaje claro, sencillo y cercano, plagado de diálogos, toma como referencia el mercado negro de medicamentos, para que como lectores nos adentremos en temas no menos importantes que el tráfico de los mismos, que ha sustituido en muchos casos al más perseguido tráfico de drogas, entre ellos la locura de los laboratorios por conseguir un fármaco antes que cualquier otra empresa de la competencia, el robo de patentes, la dependencia que de esos milagros farmacéuticos tiene la especie humana en su lucha contra las enfermedades...

Estamos ante un libro no demasiado extenso, que apenas supera las doscientas páginas, pero en el que la autora ha sabido plasmar una serie de problemas sociales que en realidad nos afectan a todos, aunque en ocasiones queramos desviar nuestra vida hacia otros temas y no preocuparnos de esa realidad que nos envuelve. El negocio de la salud ha alcanzado cotas importantes en la sociedad de hoy día y ha traído consigo "buitres" que intentan aprovecharse de esa problemática que en mayor o menor medida nos afectará a todos a lo largo de nuestra vida, y esa es una realidad que la autora ha querido plasmar en el libro, tomando como referencia unos personajes creíbles, con sus luces y sus sombras, que a pesar del escaso número de páginas con el que cuenta el libro, han calado hondo en nuestro espíritu lector. La autora ha dividido el libro en tres partes, tituladas "Ambición", "Traición" y "Venganza" respectivamente, divididas en capítulos cortos, a modo de track, como si de un disco se tratara, con sus caras A y B, protagonizadas por los distintos personajes, tanto los de mayor peso como los secundarios, que despiertan al lector ante una realidad que parece demasiado asumida en la actualidad, para desgracia de todos.

Entre los personajes principales destaca María, la portuguesa, una mujer cruel, fría como el hielo, despiadada, que ha sufrido en su vida pero que ha volcado todo su odio en los que le rodean, a la que no le tiembla la mano a la hora de tomar drásticas decisiones, aunque ellas afecten a la vida de sus colaboradores. Personaje de gran fuerza, al que no le coges cariño en ningún momento, pero que es parte importante de la trama, porque junto a su hermano Joao regenta un negocio de tráfico ilegal de medicamentos, aunque la relación entre los dos hermanos no es precisamente idílica, y es algo que queda bien reflejado en el texto, porque las decisiones tomadas por María no siempre son del agrado de su hermano, que guarda un odio no disimulado hacia ella y que va a repercutir en sus acciones a lo largo de la trama, para mayor deleite en el lector. Hay que reconocer el mérito que ha tenido Susana a la hora de crear unos personajes fuertes que mantienen la tensión a lo largo de toda la lectura, a lo que ayudan también los capítulos cortos y la aparición de otras subtramas dentro de este mundo del tráfico ilegal de medicamentos al que nos acerca la autora. La historia no sería la misma sin la aparición de Sam y Hugo, amigos desde niños, criados en un barrio marginal de Barcelona, Ciudad Meridiana, del que consiguieron escapar, al menos a priori, porque las circunstancias actuales de su vida les llevarán a ambos a embarcarse en una aventura para nada lícita, Hugo buscando conseguir dinero rápido con el que hacer frente a los gastos médicos de su novio, postrado en una cama desde hace muchos años a consecuencia de una paliza, y del que Sam se siente responsable en el fondo.
"Hubo muchos hombres por el camino durante aquellos doce años. Ninguno se quedó. Sam no tenía espacio en su vida. El omnipresente Néstor era un obstáculo insalvable, un palo en las ruedas de cualquier relación incipiente. Ni el amante más comprensivo del mundo toleraría que lo visitara a diario, que pasara los fines de semana empujando la silla por los jardines de la residencia, que ahorrase cada céntimo para costear sus cuidados y que cada dos por tres viajara a la otra punta del planeta a consultar con un especialista, conocer una clínica experimental o un tratamiento revolucionario del que había leído en un foro de internet."
 A Samanta no le importará dejar de lado su trabajo como escolta personal de alguna que otra celebridad para embarcarse en un negocio peligroso, ofrecido por el propio Hugo, que tiene que ver con el mundo farmacéutico, y el robo de la patente de un supuesto medicamento revolucionario que acabará con una enfermedad, o hará más fácil la vida de los pacientes, aunque este compuesto pueda ser clonado por algún indeseable con mayor o menor fortuna, porque si algo se presenta en este libro es una voraz crítica social hacia lo desaprensivos que pueden resultar los laboratorios farmacéuticos en general y los indeseables que trafican con el dolor ajeno. Este es un punto a favor de la novela, que, gracias a una trama ágil, narrada con un lenguaje exquisito y cercano, pone al lector ante una problemática que nos rodea y que no está suficientemente perseguida en ocasiones.
"(...) mueven auténticas fortunas. Mucho más que los traficantes de drogas. Piensa que solamente un porcentaje de la población se droga de manera más o menos asidua, en cambio todo el mundo, sin excepción, se medica en algún momento de su vida. Los clientes potenciales son infinitos. Esos malnacidos se forran a costa de la salud de las personas."
"(...) la industria farmacéutica se nutre de la enfermedad. Siempre ha sido así y siempre lo será. Hay muchas enfermedades que podrían estar curadas y no lo están porque la buena salud no es rentable."
Si el tema de las farmacéuticas más preocupadas por ganar dinero que por solucionar verdaderamente los problemas de salud de la gente está bien plasmado en el libro en lo que al primer mundo se refiere, no hay que dejar de lado la crítica que Susana Hernández hace a la situación que se vive en los países menos favorecidos, trasladando la acción a Ghana, donde dos hermanos, Sirhan y Lewa luchan por conseguir tanto legalmente como de forma ilegal un medicamento para luchar contra la diabetes tipo 1 que sufre su madre, y para ello se matarán a trabajar intentando vender el pescado que tanto le cuesta conseguir a Sirhan, o vendiendo parte de su integridad en el caso de su hermana Lewa, y todo por cuidar de la salud de su madre, de lo que se aprovechan los desaprensivos a los que no importa abusar de su situación de superioridad, o aquellos a los que no importa vender un medicamento que para nada responde a la necesidad de los pacientes, a sabiendas de que están vendiendo humo.
"Entre los mayoristas que negociaban los precios de los medicamentos en buen estado y de procedencia legal, los traficantes campaban a sus anchas, colocaban la mercancía adulterada con harina, triza o almidón a precios de saldo y se marchaban a las fronteras con Togo y Burkina Faso, a por nuevos cargamentos que llegarían en barco desde Mumbai, La India, destino a Ghana o Nigeria prestos a inundar las calles de Accra y de otras ciudades africanas con total impunidad otro día más. La gente de María vendió sin mayores problemas todo el excedente de medicamentos caducados o en mal estado que llevaban consigo."
"El negocio de los medicamentos falsificados funcionaba como un reloj y resultaba bastante menos arriesgado que el tráfico de estupefacientes, muchísimo más lucrativo y en el peor de los casos, las penas de cárcel, gracias a la laxitud de las leyes y las lagunas jurídicas existentes en la mayoría de países, menos severas."

Estamos sin duda ante una buena novela negra, que ha sido capaz de mantener el ritmo a lo largo de sus páginas, que no deja respiro al lector, que nos acerca a temas de candente actualidad, aunque algunos de los mismos nos pasen desapercibidos porque no tenemos la sensación de que nos afecten, cuando el tema de la salud y su tratamiento debería ser prioritario y algo más controlado, porque como bien se dice en el libro todos somos susceptibles de tener que depender de los medicamentos en algún momento de nuestra vida. Y si el libro no da respiro, gracias a un ritmo ágil, unos personajes potentes, con sus tonos grises, los malos muy malos y los buenos con su lucha interior hacia lo que deben hacer y lo que quieren hacer para conseguir un fin que puede estar más o menos justificado, con unos diálogos ágiles, que hacen que la lectura avance de forma espectacular en nuestras manos, de forma que si no deseamos reflexionar sobre lo que la autora nos quiere contar y sobre la crítica que este libro nos plantea, podría durarnos poco más de una tarde, pero que se disfruta, y te hace reflexionar, y eso se agradece. Sin duda, estamos ante una lectura recomendable, que hace hincapié en el mundo del tráfico de drogas, la fabricación y distribución de medicamentos ilegales, sin importar las consecuencias, la avaricia de las empresas farmacéuticas preocupadas solo por ganar dinero y no tanto por acabar con las enfermedades, porque eso supondría el fin de sus negocios, la gente sin escrúpulos a la que no importan las consecuencias de sus actos... Todo esto y mucho más lo encontraremos en la lectura de "Los miércoles salvajes", sin duda muy recomendable, que a mí personalmente me ha dado ganas de retomar la obra de Susana Hernández, autora de la que he descubierto que va ganando en estilo, que sigue con su crítica incisiva, al menos aquí queda muy bien plasmada, y que acerca problemas sociales, muy bien tratados, consiguiendo que el lector se quede pensando en la realidad que le rodea, porque la lectura de este libro nos deja un pellizco en el alma en algunos momentos destacados. No sientes empatía por los personajes más malos, puedes llegar a comprender las actitudes de aquellos que se enfrentan a sus miedos y deseos, y sientes rabia y pena por otros muchos. En definitiva, estamos ante una novela que no deja a nadie indiferente, que se disfruta, que vuela entre nuestras manos y que es altamente recomendable. Personalmente, me he alegrado mucho de retomar la obra de Susana, y espero tener un hueco para volver a sus libros. Si no la conocéis, os estáis perdiendo una buena autora y una buena obra, os lo garantizo, al menos en #SoyYincanera sin duda la hemos disfrutado. Además, este libro no forma parte de ninguna serie, se puede leer de forma independiente, y sin duda se disfruta. Personalmente yo lo he hecho, y no puedo más que recomendarlo. Ya contaréis si os animáis con él, sin duda no os defraudará.