El mes de agosto ha hecho que adelante lecturas, aunque no así las reseñas, de las que tengo algunas, yo diría demasiadas, pendientes. Estoy intentando leer libros no demasiado extensos, con la idea principal de ir avanzando en alguno de los retos a los que me anoté a principios de año y que tengo un poco abandonados. De todas formas, a pesar de los diferentes géneros y títulos a los que me estoy acercando, agosto ha servido básicamente para disfrutar con títulos cogidos de la biblioteca que frecuento y especialmente para echar un vistazo a títulos que tenía aparcados en mis estanterías desde hace mucho tiempo y que al fin han encontrado un hueco para salir, y debo reconocer que con algunos títulos me estoy llevando gratas sorpresas. No me ha decepcionado en absoluto el libro que hoy traigo, a pesar de que no soy adicta ni mucho menos a los libros románticos. Debo reconocer que hoy reseño un libro que ni recordaba que tenía por casa. Sin más, vamos con los datos del libro:
Título original: A Secret Affair
Título: Un amor secreto
Autora: Barbara Taylor Bradford
Traductora: Anna Plata
Editorial: Planeta
Formato: Tapa dura con sobrecubierta
ISBN: 978-84-08-03219-9
184 páginas
© Barbara Taylor Bradford, 1996
© por la traducción, Anna Plata, 1999
© Editorial Planeta, S. A., 1999
1ª edición: octubre de 1999
Sinopsis: Dos ciudadanos norteamericanos se encuentran en Venecia e inician una apasionada relación que se ven obligados a mantener en secreto.
Datos sobre la autora
Barbara Taylor Bradford nació en Leeds, Inglaterra, en 1933. A los dieciséis años fue reportera del Yorkshire Evening Post y a los veinte ya era redactora y columnista en Londres. Escribió su primera novela, "Toda una mujer" en 1976, y desde entonces ha cosechado gran éxito de crítica y público con todas sus obras. De sus libros se han vendido más de cincuenta y cinco millones de ejemplares en más de ochenta y ocho países, y se han traducido a treinta y ocho idiomas. Son muchos los títulos publicados por esta autora, así que dejo el enlace a su ficha en Lecturalia por si alguien está interesado en ampliar la información. Casada con el productor de cine Robert Bradford desde 1963, su vida transcurre entre Nueva York y Connecticut.
(Las dos fotos que presento son de la misma persona: la de la izquierda, la que aparece en la parte trasera del libro que hoy reseñamos; la de la derecha, una imagen de la autora tomada de internet, asistiendo a un acto benéfico).
Impresiones sobre el libro
La historia se desarrolla en apenas unos meses, entre agosto de 1995 y abril de 1996, teniendo como escenario Sarajevo, Nueva York, Southampton, y la romántica ciudad de Venecia.
Bill Fitzgerald, el corresponsal más prestigioso en el extranjero de la CNS, cadena informativa de televisión por cable norteamericana, llevaba casi tres años cubriendo de forma intermitente la guerra de los Balcanes, sin entender la postura de su país, aunque como buen corresponsal de guerra su labor era transmitir las noticias sin dejarse guiar por la emoción. Con treinta y tres años era viudo y padre de una niña de seis años, Helena, que quedaba en Nueva York bajo el cuidado de su madre, Drucilla, mientras llevaba a cabo su trabajo como corresponsal de guerra. Cuando Bill no se encontraba en los frentes de batalla intentaba estar con sus "chicas preferidas" (su hija y su madre), pero procuraba guardar una semana para sí mismo, en la ciudad de Venecia, a modo de descanso personal, que le ayudaba a recuperar fuerzas.
Estabilizado en parte el conflicto bélico del que estaba informando en los últimos tiempos, y antes de regresar de nuevo a Nueva York para disfrutar de su familia, Bill se toma unos días de descanso en Venecia, acompañado de un buen amigo, Francis Peterson, corresponsal de guerra de la revista Time, y allí conocen a Vanessa Stewart, una joven norteamericana, diseñadora de objetos de cristal, con la que celebran el Día de Acción de Gracias, con la excusa de ser los únicos estadounidenses que estaban por allí. Tanto para Vanessa como para Bill, Venecia es algo más que una ciudad, es una manera de vivir; los dos encuentran allí paz, y el flechazo inicial que sienten se convertirá en un proyecto de futuro, aunque tengan que hacer frente a grandes dificultades. Aunque Bill perdió a su mujer al dar a luz a su hija, Vanessa está casada con el abogado Peter Smart, y aunque apenas se ven, y viven un matrimonio monótono, más bien una farsa, ella no quiere hacerle daño, y propone a Bill vivir un amor secreto hasta que todo se solucione en su vida. Venecia será el lugar de encuentro donde disfrutar esta relación, aunque cuando uno de los dos no acuda a la cita, el lector sabrá con claridad qué es lo que habrá ocurrido. La idea de Bill será trasladarse como corresponsal a la zona de Oriente Medio (Israel o Líbano) tras montar un reportaje sobre terrorismo, y no volver de nuevo a Bosnia; Vanessa por su parte quiere acabar con la farsa de su matrimonio y poder disfrutar de la felicidad ahora encontrada.
Asistimos en el libro al nacimiento y desarrollo de una bonita historia de amor entre dos personajes que parecen tenerlo todo a favor para conseguir su fin. Los diálogos del libro son fluidos, y ayudan al avance de la trama. No se limita el libro a la mera historia romántica, sino que gracias a él paseamos por varios escenarios: Sarajevo durante la guerra, el estudio de Vanessa en pleno Soho cuyas vistas unían pasado y presente (delante edificios del siglo XIX y detrás las torres gemelas del World Trade Center), y la propia Venecia, como una protagonista más.
He disfrutado con el libro porque no solo es una historia romántica sin más; tiene como telón de fondo conflictos internacionales y la barbarie de la guerra y el terrorismo, temas por desgracia tan candentes hoy día. Aunque el libro tiene alguna que otra escena erótica, no es un libro de amor que se haga empalagoso; muy al contrario, la variedad de tramas que trata en sus páginas y el lenguaje sencillo usado por la autora hacen que el libro se disfrute. Si hay que ponerle un "pero", quizá es que te imaginas pronto cómo va a acabar, pero aún así, su lectura me ha resultado amena y he conseguido disfrutar con él.
No había leído nada de esta autora, ni recordaba que tenía este libro en mis estanterías, pero me ha gustado acercarme a él y ni la trama ni el estilo de la autora me han defraudado. Se lee casi de tirón, y como he comentado, no resulta empalagoso. Si hay algo que me ha quedado claro es que hay que dar oportunidad a esos títulos que por lo que sea han quedado estancados en un rincón, esperando su turno para ser leídos, porque en ocasiones te llevas gratas sorpresas, y no siempre te quitan demasiado tiempo. Estos "retos genéricos" que pululan por la red están haciendo en ocasiones que nos acerquemos a títulos que por algún motivo quedaron relegados por otras novedades más atrayentes. En resumen, lectura recomendable para pasar unas horas recordando hechos del pasado y rememorando algunos escenarios que ya no nos acompañan.
Bill Fitzgerald, el corresponsal más prestigioso en el extranjero de la CNS, cadena informativa de televisión por cable norteamericana, llevaba casi tres años cubriendo de forma intermitente la guerra de los Balcanes, sin entender la postura de su país, aunque como buen corresponsal de guerra su labor era transmitir las noticias sin dejarse guiar por la emoción. Con treinta y tres años era viudo y padre de una niña de seis años, Helena, que quedaba en Nueva York bajo el cuidado de su madre, Drucilla, mientras llevaba a cabo su trabajo como corresponsal de guerra. Cuando Bill no se encontraba en los frentes de batalla intentaba estar con sus "chicas preferidas" (su hija y su madre), pero procuraba guardar una semana para sí mismo, en la ciudad de Venecia, a modo de descanso personal, que le ayudaba a recuperar fuerzas.
Estabilizado en parte el conflicto bélico del que estaba informando en los últimos tiempos, y antes de regresar de nuevo a Nueva York para disfrutar de su familia, Bill se toma unos días de descanso en Venecia, acompañado de un buen amigo, Francis Peterson, corresponsal de guerra de la revista Time, y allí conocen a Vanessa Stewart, una joven norteamericana, diseñadora de objetos de cristal, con la que celebran el Día de Acción de Gracias, con la excusa de ser los únicos estadounidenses que estaban por allí. Tanto para Vanessa como para Bill, Venecia es algo más que una ciudad, es una manera de vivir; los dos encuentran allí paz, y el flechazo inicial que sienten se convertirá en un proyecto de futuro, aunque tengan que hacer frente a grandes dificultades. Aunque Bill perdió a su mujer al dar a luz a su hija, Vanessa está casada con el abogado Peter Smart, y aunque apenas se ven, y viven un matrimonio monótono, más bien una farsa, ella no quiere hacerle daño, y propone a Bill vivir un amor secreto hasta que todo se solucione en su vida. Venecia será el lugar de encuentro donde disfrutar esta relación, aunque cuando uno de los dos no acuda a la cita, el lector sabrá con claridad qué es lo que habrá ocurrido. La idea de Bill será trasladarse como corresponsal a la zona de Oriente Medio (Israel o Líbano) tras montar un reportaje sobre terrorismo, y no volver de nuevo a Bosnia; Vanessa por su parte quiere acabar con la farsa de su matrimonio y poder disfrutar de la felicidad ahora encontrada.
Asistimos en el libro al nacimiento y desarrollo de una bonita historia de amor entre dos personajes que parecen tenerlo todo a favor para conseguir su fin. Los diálogos del libro son fluidos, y ayudan al avance de la trama. No se limita el libro a la mera historia romántica, sino que gracias a él paseamos por varios escenarios: Sarajevo durante la guerra, el estudio de Vanessa en pleno Soho cuyas vistas unían pasado y presente (delante edificios del siglo XIX y detrás las torres gemelas del World Trade Center), y la propia Venecia, como una protagonista más.
He disfrutado con el libro porque no solo es una historia romántica sin más; tiene como telón de fondo conflictos internacionales y la barbarie de la guerra y el terrorismo, temas por desgracia tan candentes hoy día. Aunque el libro tiene alguna que otra escena erótica, no es un libro de amor que se haga empalagoso; muy al contrario, la variedad de tramas que trata en sus páginas y el lenguaje sencillo usado por la autora hacen que el libro se disfrute. Si hay que ponerle un "pero", quizá es que te imaginas pronto cómo va a acabar, pero aún así, su lectura me ha resultado amena y he conseguido disfrutar con él.
No había leído nada de esta autora, ni recordaba que tenía este libro en mis estanterías, pero me ha gustado acercarme a él y ni la trama ni el estilo de la autora me han defraudado. Se lee casi de tirón, y como he comentado, no resulta empalagoso. Si hay algo que me ha quedado claro es que hay que dar oportunidad a esos títulos que por lo que sea han quedado estancados en un rincón, esperando su turno para ser leídos, porque en ocasiones te llevas gratas sorpresas, y no siempre te quitan demasiado tiempo. Estos "retos genéricos" que pululan por la red están haciendo en ocasiones que nos acerquemos a títulos que por algún motivo quedaron relegados por otras novedades más atrayentes. En resumen, lectura recomendable para pasar unas horas recordando hechos del pasado y rememorando algunos escenarios que ya no nos acompañan.
No lo conocía pero tiene buena pinta, no soy muy aficionada a las historias románticas pero de este tipo que tienen contexto histórico de fondo sí me gustan
ResponderEliminarBesos
No es un género en el que me profigue demasiado y no esta historia no me llama mucho.
ResponderEliminarTal cual,he encontrado entre mis libros este heredado de una vecina muy querida conocida en mi infancia..me ha sorprendido en la lectura ,fascinada por el contexto histórico y los avatares de la.vida de Los personajes..final inersperado..
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