jueves, 12 de febrero de 2015

La puerta del destino. Agatha Christie.

Siguiendo con el homenaje a Agatha Christie que se está llevando a cabo en la blogosfera hasta el 15 de febrero, hoy os traigo la reseña de "La puerta del destino", protagonizada por el matrimonio Beresford, Thomas y Tuppence.


Título: La puerta del destino
Autora: Agatha Christie
Título original: Postern of fate
Publicado en 1973
Traductor: Ramón Margalef Lambrich
Volumen 7 Obras Completas, Editorial Orbis
Páginas totales del volumen: 512, de las cuales 180 corresponden a "La puerta del destino"
ISBN: 84-7530-253-8 (Volumen 7)


Sinopsis
El matrimonio Beresford, detectives creados por la autora, fueron protagonistas de cinco libros; los conocimos en "El misterioso señor Brown", siendo aún solteros, e involucrados en temas de espionaje. En el último título que protagonizan, precisamente el que hoy traemos a reseñar, están viejos y retirados, pero la casa a la que deciden mudarse abriga un misterio que la pareja se siente en la obligación de resolver.




Argumento e impresiones sobre el libro

Thomas Beresford, antiguo miembro del Servicio de Seguridad inglés, ya retirado (o casi) y su mujer, Tuppence Beresford, ya mayores, llevan a cabo su sueño de adquirir en una zona costera de Inglaterra su vivienda soñada, una antigua mansión conocida como "Los Laureles" (antes Long Scofield), que había tenido distintos propietarios a lo largo de su historia. La casa iba a ser un refugio para la vejez del matrimonio, acompañados de su devoto sirviente Albert y su fiel Hannibal, el perro del matrimonio que tendrá un papel destacado en la trama. Al adquirir la casa, los Beresford se quedan también con algunos muebles y con cajas de viejos libros que activarán los recuerdos de infancia de Tuppence y serán el punto de partida para una historia que acabará relacionada con el peligroso mundo del espionaje.

La pasión que Tuppence siente hacia la literatura en general hace que preste bastante atención a los viejos volúmenes que guarda la casa que han adquirido, muchos de ellos de temática infantil y juvenil. El intento de ordenar los numerosos volúmenes que ellos mismos tenían y los que adquieren tras la compra de la casa hace que Tuppence relea algunos títulos con los que disfrutó en su infancia y juventud. Precisamente la relectura de "La flecha negra", uno de los primeros libros que leyó de Robert Louis Stevenson, propiedad al parecer de un tal Alexander Parkinson (este nombre aparece en el libro escrito con caligrafía infantil), hace que descubra una serie de letras subrayadas con tinta roja a lo largo del texto, que disparan la imaginación de Tuppence. Según ella, es un mensaje cifrado del que alguien, quizá el propio Alexander Parkinson, quiso que quedara constancia. Reuniendo todas las letras subrayadas, Tuppence se encontrará frente a un enigmático mensaje, que no sabe si es real o producto de la imaginación de un joven con ganas de notoriedad:
"Mary Jordan no murió de muerte natural. Fue uno de nosotros. Yo creo saber quién."
La imaginación y las ganas de retomar sus dotes detectivescas hacen que Tuppence se involucre en una investigación, a la que arrastra a su marido, buscando entre los habitantes más mayores de la zona datos biográficos del tal Alexander Parkinson, e información sobre si alguien recordaba a una tal "Mary Jordan". Para que el supuesto mensaje dejado en el libro fuera fiable había que descubrir si tiempo atrás habían estado por la zona algunos personajes que respondieran a esos nombres, y eso solo se podía descubrir si se preguntaba a los más ancianos del lugar. Una visita inesperada al cementerio del pueblo hace que Thomas, con la ayuda de Hannibal, dé con la tumba de Alexander Parkinson, que murió con catorce años. Sabiendo que el dueño del libro había vivido en el pueblo, seguramente en la casa, era preciso buscar información sobre la supuesta víctima. Buceando entre los recuerdos de los mayores del lugar y del viejo jardinero que trabajaba en la casa de los Beresford, Isaac, que parecía saber de todo, descubren que Mary Jordan existió, y que murió accidentalmente durante una comida, por haber ingerido unas hojas venenosas en lugar de verduras de la huerta. Querer sacar a la luz incidentes del pasado, que se remontan a la primera guerra mundial traerá sus consecuencias, tanto para los Beresford como para algunos de los que les rodean.


En estos tres títulos que he elegido para homenajear a Agatha Christie se habla de un acontecimiento del pasado que se descubre casi de manera casual y que tiene consecuencias para los protagonistas en la actualidad. En este caso encontramos un "supuesto asesinato" y un crimen más reciente que tendrá lugar como consecuencia de haber removido hechos que ya perecían olvidados. Estamos ante un libro extenso, dividido a su vez en tres libros, con ocho, seis y diecisiete capítulos respectivamente, longitud que se ve acrecentada en la versión que he leído de la editorial Orbis, que se caracteriza por una letra demasiado pequeña. A pesar de la extensión, no me ha resultado un libro pesado; tenía bastante olvidada la lectura de este matrimonio de detectives y me ha gustado encontrármelos a pesar de que lo he hecho en la última aventura que protagonizaron de la mano de su autora.

En algunos momentos parece que estamos ante un libro de metaliteratura, puesto que la colección de libros que los protagonistas acumulan con la compra de la nueva casa y el amor de Tuppence por los libros hace que se nombren numerosas obras y autores de la literatura infantil y juvenil, alguno de los cuales formaron parte de nuestra propia infancia: El osito Winnie, Alicia a través del espejo, El prisionero de Zenda, La isla del tesoro, Robinson Crusoe, La flecha negra... son algunos de los títulos citados entre tantos otros, así como autores como Kipling, Oppenheim, Robert Louis Stevenson... Estamos ante un libro que guarda un misterio y la consiguiente investigación del mismo por parte de una pareja protagonista que han dedicado toda su vida a descifrar misterios y sienten la necesidad de seguir haciéndolo. "La puerta del destino" sirve a los lectores para refrescar la memoria de los hechos pasados de sus protagonistas; para intentar resolver el caso éstos no tendrán más remedio que echar mano de viejos conocidos (algunos en el mismo gobierno) que les pongan al tanto de los hechos que tuvieron lugar durante la guerra. También se habla en el libro de la familia de los protagonistas, una forma de cerrar el círculo para aquellos que conozcan el devenir personal de la pareja. Aunque no hay demasiados personajes en la obra, se hace difícil "acertar" con el responsable de los hechos investigados, puesto que para avanzar en la investigación los Beresford deben recopilar información entre los más ancianos del lugar, que son los que pueden recordar hechos sucedidos tanto tiempo atrás.

En esta historia se da mucha importancia a los escenarios, sobre todo a la casa y sus aledaños, especialmente a los jardines y a los que se ocupan de ellos; será en un almacén abandonado al final del sendero del jardín donde los protagonistas encuentren viejos juguetes y piezas de decoración que guardan en su interior parte del "secreto" que se oculta entre las páginas del libro.


En general "La puerta del destino" resulta una lectura agradable, que nos reconcilia con unos personajes menos conocidos (en mi caso sólo recuerdo haber leído "El misterioso señor Brown"), que a pesar de sus años no dudan en desentrañar cualquier misterio que se ponga ante ellos. Si hay que ponerle un "pero", quizá el tiempo pasado entre los hechos ocurridos y su descubrimiento hace que al lector se le haga difícil "adivinar" quién es el responsable de los mismos y el porqué de su manera de actuar. Es un libro en el que se recomienda dejarse llevar, sin tratar de descubrir nada, más bien es una lectura para disfrutar de los ambientes británicos, aprender de la psicología de los mayores y rememorar algunas de las historias que quizá cayeron en nuestras manos en nuestra juventud.

No estamos ante una novela negra, más bien es una novela de espionaje, aunque los hechos narrados tuvieran lugar ya pasado el tiempo. Como suele pasar en los libros de Agatha Christie, el hurgar en hechos del pasado traerá consecuencias en el presente, y aquí sí se puede jugar a descubrir al culpable, aunque personalmente me la he tomado como una novela con la que disfrutar, y en ese sentido, puedo decir que el objetivo se ha cumplido.

Si de algo está sirviendo este homenaje, al menos por mi parte, es para retomar de nuevo las obras de la autora, y no descarto que caiga alguna más a lo largo del año. ¡Un verdadero placer!

4 comentarios:

  1. A ver...a mí me ha gustado la atmósfera inquietante, los hechos del pasado que planean en el presente, los objetos cargados de historia que esconden algo en su interior...todo eso está muy bien. También me ha gustado el costumbrismo y el humor. Y lo que más me llamó la atenciión, en estos tiempos del Brexit, son las alusiones -a favor y en contra- que hacen los personajes a la reciente inclusión en 197¿? de gran Bretaña en el entonces llamado Mercado Común.
    Todo eso me ha gustado mucho pero me ha dejado un poco frío la ambigüedad de los fines que persiguen los "malos". Porque, ¿qué pretenden? ¿que no salgan a la luz los nombres de influyentes personas del pasado que den pistas sobre sus sucesores en la creación de un nuevo movimiento fascista?...La resolución del caso me ha parecido poco ambiciosa, la verdad, pero aún así he disfrutado mucho de las circunstancias en que se ha desenvuelto la investigación, aunque tampoco ha sido demasiado difícil para Tom y Tuppence.
    Me alegro de haber dado con tu blog.
    carlos

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  2. Anda! ¡No fastidies! Así que es usted la madre de Verónica Forqué?!! ¡Ostras, qué casualidad! Asombroso...yo he llegado aquí buscando algo sobre este libro y nunca habría imaginado que iría a parar al blog de la mamá de Verónica, que es una actriz a la que tengo mucha simpatía; como todo el mundo, claro.
    Además no puedo pasar por alto, que fuera esposa de ose MAría Forqué que es un director que me cae muy bien y que además es de mi tierra. Así que por todo esto, tríplemente encantado de haber caído por aquí.
    Un saludo muy afectuoso.
    carlos

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    Respuestas
    1. Hola, Carlos.
      No soy la madre de Verónica, evidentemente, siento decepcionarte. De ella es el libro cuya última reseña publiqué allá por julio, un libro de literatura juvenil titulado "Caramelos de menta".
      Me alegro que te haya gustado el libro de Agatha Christie, fue parte de un homenaje que se le hizo en la blogosfera.
      ¡Gracias por pasarte por mi modesto blog y por los comentarios!
      Saludos.

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    2. ¡Ay, qué ridículo! Perdona, perdona Loli...fue culpa de mi impetuosidad; leí por encima la última publicación y me pareció entender que era ella la autora.
      A ver si vuelvo con más calma a tu interesante blog literario.
      carlos

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