Retomamos la actividad del blog, que se ha visto reducida en los últimos meses, con una nueva reseña, fruto de la ya conocida iniciativa de #SoyYincanera. Ha sido todo un placer conocer a Attax y descubrir la prosa del autor que le ha dado vida.
Sin más, vamos con los datos técnicos del libro:
Autor: José Zoilo Hernández
Formato: Tapa dura con sobrecubierta.
Primera edición: abril de 2019
Primera reimpresión: diciembre de 2019
© 2016, José Zoilo Hernández
© 2019, Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U. (Ediciones B)
ISBN: 978-84-666-6569-8
544 páginas.
544 páginas.
PVP.: 20,90 €
Sinopsis (tomada del propio libro)
La apasionante historia de Attax, un bárbaro en el ocaso de la Hispania romana.
Hispalis, año 438 d.C. Ante la alarmante aparición de una horda sueva dispuesta a asolar sus tierras, Attax, un bárbaro alano, decide unirse al ejército de un viejo amigo para luchar por la defensa de su gente. La gloria que él espera desaparece al caer prisionero y ser vendido como esclavo.
Tras once años de servidumbre, Attax debe emprender una nueva vida tras el asesinato de su amo, acompañado por el hijo de este, Marco. Attax se sumergirá en un intenso viaje por la moribunda Hispania, que le llevará a comprender el valor de la amistad y el amor, así como el precio de perder ambos. Un recorrido hacia la madurez que despreció en su juventud.
Suevos, vándalos y alanos cobran vida en el escenario de una Hispania convulsa y decadente, abandonada a su suerte por un imperio romano que se desvanece.
Datos sobre el autor
José Zoilo Hernández (Tenerife, 1977) es biólogo de profesión y trabaja en el ámbito de la agricultura y el desarrollo rural. Aunque su labor profesional ha discurrido por el campo de las ciencias, es un auténtico apasionado de la historia desde muy temprana edad. El alano es su séptima novela y con ella inicia la épica trilogía Las Cenizas de Hispania, una apasionante recreación de la Hispania tardorromana.
Con El alano, el autor se ha alzado con el I Premio de Novela Histórica "Escritores con la Historia" de Pozuelo de Alarcón, en enero de 2020.
Impresiones sobre el libro
Como ya he dicho en las primeras líneas de esta entrada, reanudo las reseñas para #SoyYincanera en el blog, con el comentario sobre "El alano", primer título de la trilogía "Las cenizas de Hispania", escrita por José Zoilo Hernández y formada por "El alano", "Niebla y acero" y "El dux del fin del mundo". Espero tener oportunidad de continuar con la lectura de la saga, porque ha sido un grato descubrimiento acercarme a la prosa del autor, recorrer la provincia romana de Hispania en sus momentos más convulsos ante la inminente caída del Imperio, y conocer al personaje de Attax, un fortachón rubio y desaliñado, a veces tosco, pero de gran corazón, que se mueve por amistad y que mantiene un deseo de venganza contra los suevos, culpables de las desgracias de su pueblo y de las muertes de su familia y amigos.
Me gusta la Historia, desde bien pequeña, y además tuve la suerte de cursar esos estudios en mi etapa universitaria. He devorado mucha novela histórica a lo largo de mi dilatada vida como lectora voraz, especialmente en aquellos años de carrera, pero en los últimos años he dejado algo de lado este tipo de lectura, y me he centrado en la novela negra y de intriga, que suponen la mayoría de reseñas que he redactado en mi blog. No es que dejara radicalmente de leer novela histórica para cambiarla por novela negra, pero ha disminuido la proporción de lo leído. Disfruto con la Edad Media, especialmente con la etapa que se inicia con la invasión musulmana de la Península Ibérica, pero debo reconocer que las aventuras de Attax me han hecho retomar un período histórico que apenas se refería a lo largo de nuestra etapa estudiantil (dudo que hoy se nombre siquiera) más allá de comentar en qué zonas se establecieron unos pueblos y otros antes de la caída del venidero estado visigodo. El siglo V fue un siglo convulso, complicado, y el autor ha sabido introducirnos en estos problemas con la historia de un alano muy ducho en las armas y que sin duda nos ha dejado huella. Toda esta introducción personal es para decir que Attax y José Zoilo me han reconciliado con el género, que me he sentido muy agradecida por viajar con el personaje y sus compañeros de andanzas por los diferentes escenarios que jalonan la trama y gracias a sus recuerdos, disfrutar de lo acontecido años antes, vivencias de las que como lectora me he sentido partícipe; ha sido como una clase de Historia bien contada, y eso se lo debemos a la gracia que ha tenido el autor al crear el personaje y acercarnos a las distintas fases por las que pasa a lo largo de su vida, trabajando a las órdenes de un terrateniente, combatiendo como el más fiero de los guerreros, pasando por la esclavitud y de nuevo dispuesto al combate. Las andanzas de Attax y los retazos de hechos históricos que jalonan la trama me han dado ganas de continuar con las aventuras de este personaje que nos ha ganado el corazón pese a su rudeza.
Attax es el encargado de contar su historia, excepto el prólogo, que es narrado por un joven que le está cuidando mientras sana de sus heridas; este prólogo, de apenas cuatro páginas, pronto dará paso a la trama principal, donde ya Attax pondrá al lector en antecedentes sobre sus andanzas como joven guerrero que se ve obligado a vivir una vida sedentaria, cultivando el campo o haciéndose cargo de la cría de caballos, sus vivencias como esclavo a las órdenes de terratenientes hispanos y su labor como jefe militar, al frente de improvisados "ejércitos" que deben hacer frente a las hordas de suevos, dispuestos a acabar con el orden establecido arrasando campos y acabando con las vidas del que encuentren a su paso en busca de botín o la expansión de sus dominios, especialmente en la zona sur de Hispania. De la mano de Attax recorremos la Bética, donde el protagonista lleva una vida más o menos tranquila en la ciudad de Hispalis, combinando peleas y amoríos, aunque siempre dispuesto a vengar el honor de su pueblo, que se vio desplazado por los suevos, y por ende de su propia familia. Los periplos a los que se enfrenta nuestro protagonista lo llevarán, con diferentes aliados, a visitar Conimbriga, y también Lucus Augusti, ya en el norte de Hispania. Son estas tres ciudades en las que discurre la vida del protagonista las que titulan los tres libros en los que está dividido el relato: Hispalis (438), Conimbriga (438) y Lucus Augusti (450), a lo largo de veintitrés capítulos que no se hacen para nada largos y que nos ayudan a conocer mejor el personaje de Attax y acercarnos a ese período no demasiado conocido de nuestra historia.
Aunque en el norte del territorio hispano conviven más o menos pacíficamente suevos e hispanos, la amenaza latente de sublevación ante la debilidad de Roma hace que salten chispas, y nuestro protagonista será testigo de estos problemas. Las charlas que mantiene con los distintos compañeros con los que comparte escenario de batalla servirán al lector para acercarse a un período de la historia de España no demasiado conocido para el público en general, la situación de Hispania abandonada a su suerte ante la inminente caída del ya maltrecho Imperio Romano de Occidente, que los historiadores sitúan sobre el año 476 d.C. La acción que jalona toda la historia y los diálogos que mantienen los distintos personajes narrando sus propias vivencias a lo largo de la trama, algunos de cuyos hechos se remontan a años anteriores, resultan amenos al lector, que además de disfrutar con la historia puede hacerse con una mirada global de lo que iba aconteciendo en los distintos territorios romanos a medida que iba desmembrándose el imperio. Una lección de historia bastante amena, de eso no hay duda, y lo que hayamos recordado o aprendido siguiendo la trama es algo con lo que nos quedamos como lectores; del resto de personajes inventados por el autor, aunque sea Attax el principal protagonista, nos seguiremos acordando sin duda.
¿Recomiendo la lectura? Por supuesto. Creo que he dejado claro que me ha reconciliado con la novela histórica, especialmente con las novelas ambientadas en época romana y más allá de la caída del imperio, novela que me ha servido para conocer muchos más detalles de lo que aconteció en ese período por el que se suele pasar de puntillas por falta de tiempo o por dejadez en los planes escolares. De una forma amena el autor nos va narrando los distintos hechos que acontecen en la vida del protagonista y sus amigos. Las descripciones de las que está plagada el libro no dificultan para nada la lectura, sino que la enriquecen: te ayudan a meterte en la historia, haciendo que casi formes parte de la batalla, de las heridas infligidas a los combatientes. De la mano de José Zoilo Hernández asistimos a momentos de amistad y complicidad entre los distintos personajes, donde prima la lealtad hacia aquellos que han significado algo en la vida de Attax y los suyos. La lucha por la vida queda bien reflejada en la trama, en momentos de paz, en medio de la batalla luchando por la supervivencia de uno mismo y de los que te acompañan con sus armas, en momentos de libertad y esclavitud... Los personajes pasan por distintas etapas, y gracias a eso tenemos un mejor conocimiento de cómo pudo ser la vida de la época. A pesar de la extensión, es una novela que se devora. Sentimos todas y cada una de las vicisitudes por las que pasa Attax por el periplo personal que la novela describe; se avanza con el alma en un puño en los momentos de más acción, y se disfruta con los momentos más tranquilos. Se aprende en definitiva, y se disfruta con lo aprendido. Personalmente he quedado con ganas de más, y eso siempre es un punto a favor. Deseando continuar con la lectura de la trilogía, seguro que numerosas historias esperan a quien tenga oportunidad de adentrarse en la continuación de la historia.
Me gusta la Historia, desde bien pequeña, y además tuve la suerte de cursar esos estudios en mi etapa universitaria. He devorado mucha novela histórica a lo largo de mi dilatada vida como lectora voraz, especialmente en aquellos años de carrera, pero en los últimos años he dejado algo de lado este tipo de lectura, y me he centrado en la novela negra y de intriga, que suponen la mayoría de reseñas que he redactado en mi blog. No es que dejara radicalmente de leer novela histórica para cambiarla por novela negra, pero ha disminuido la proporción de lo leído. Disfruto con la Edad Media, especialmente con la etapa que se inicia con la invasión musulmana de la Península Ibérica, pero debo reconocer que las aventuras de Attax me han hecho retomar un período histórico que apenas se refería a lo largo de nuestra etapa estudiantil (dudo que hoy se nombre siquiera) más allá de comentar en qué zonas se establecieron unos pueblos y otros antes de la caída del venidero estado visigodo. El siglo V fue un siglo convulso, complicado, y el autor ha sabido introducirnos en estos problemas con la historia de un alano muy ducho en las armas y que sin duda nos ha dejado huella. Toda esta introducción personal es para decir que Attax y José Zoilo me han reconciliado con el género, que me he sentido muy agradecida por viajar con el personaje y sus compañeros de andanzas por los diferentes escenarios que jalonan la trama y gracias a sus recuerdos, disfrutar de lo acontecido años antes, vivencias de las que como lectora me he sentido partícipe; ha sido como una clase de Historia bien contada, y eso se lo debemos a la gracia que ha tenido el autor al crear el personaje y acercarnos a las distintas fases por las que pasa a lo largo de su vida, trabajando a las órdenes de un terrateniente, combatiendo como el más fiero de los guerreros, pasando por la esclavitud y de nuevo dispuesto al combate. Las andanzas de Attax y los retazos de hechos históricos que jalonan la trama me han dado ganas de continuar con las aventuras de este personaje que nos ha ganado el corazón pese a su rudeza.
Attax es el encargado de contar su historia, excepto el prólogo, que es narrado por un joven que le está cuidando mientras sana de sus heridas; este prólogo, de apenas cuatro páginas, pronto dará paso a la trama principal, donde ya Attax pondrá al lector en antecedentes sobre sus andanzas como joven guerrero que se ve obligado a vivir una vida sedentaria, cultivando el campo o haciéndose cargo de la cría de caballos, sus vivencias como esclavo a las órdenes de terratenientes hispanos y su labor como jefe militar, al frente de improvisados "ejércitos" que deben hacer frente a las hordas de suevos, dispuestos a acabar con el orden establecido arrasando campos y acabando con las vidas del que encuentren a su paso en busca de botín o la expansión de sus dominios, especialmente en la zona sur de Hispania. De la mano de Attax recorremos la Bética, donde el protagonista lleva una vida más o menos tranquila en la ciudad de Hispalis, combinando peleas y amoríos, aunque siempre dispuesto a vengar el honor de su pueblo, que se vio desplazado por los suevos, y por ende de su propia familia. Los periplos a los que se enfrenta nuestro protagonista lo llevarán, con diferentes aliados, a visitar Conimbriga, y también Lucus Augusti, ya en el norte de Hispania. Son estas tres ciudades en las que discurre la vida del protagonista las que titulan los tres libros en los que está dividido el relato: Hispalis (438), Conimbriga (438) y Lucus Augusti (450), a lo largo de veintitrés capítulos que no se hacen para nada largos y que nos ayudan a conocer mejor el personaje de Attax y acercarnos a ese período no demasiado conocido de nuestra historia.
Aunque en el norte del territorio hispano conviven más o menos pacíficamente suevos e hispanos, la amenaza latente de sublevación ante la debilidad de Roma hace que salten chispas, y nuestro protagonista será testigo de estos problemas. Las charlas que mantiene con los distintos compañeros con los que comparte escenario de batalla servirán al lector para acercarse a un período de la historia de España no demasiado conocido para el público en general, la situación de Hispania abandonada a su suerte ante la inminente caída del ya maltrecho Imperio Romano de Occidente, que los historiadores sitúan sobre el año 476 d.C. La acción que jalona toda la historia y los diálogos que mantienen los distintos personajes narrando sus propias vivencias a lo largo de la trama, algunos de cuyos hechos se remontan a años anteriores, resultan amenos al lector, que además de disfrutar con la historia puede hacerse con una mirada global de lo que iba aconteciendo en los distintos territorios romanos a medida que iba desmembrándose el imperio. Una lección de historia bastante amena, de eso no hay duda, y lo que hayamos recordado o aprendido siguiendo la trama es algo con lo que nos quedamos como lectores; del resto de personajes inventados por el autor, aunque sea Attax el principal protagonista, nos seguiremos acordando sin duda.
¿Recomiendo la lectura? Por supuesto. Creo que he dejado claro que me ha reconciliado con la novela histórica, especialmente con las novelas ambientadas en época romana y más allá de la caída del imperio, novela que me ha servido para conocer muchos más detalles de lo que aconteció en ese período por el que se suele pasar de puntillas por falta de tiempo o por dejadez en los planes escolares. De una forma amena el autor nos va narrando los distintos hechos que acontecen en la vida del protagonista y sus amigos. Las descripciones de las que está plagada el libro no dificultan para nada la lectura, sino que la enriquecen: te ayudan a meterte en la historia, haciendo que casi formes parte de la batalla, de las heridas infligidas a los combatientes. De la mano de José Zoilo Hernández asistimos a momentos de amistad y complicidad entre los distintos personajes, donde prima la lealtad hacia aquellos que han significado algo en la vida de Attax y los suyos. La lucha por la vida queda bien reflejada en la trama, en momentos de paz, en medio de la batalla luchando por la supervivencia de uno mismo y de los que te acompañan con sus armas, en momentos de libertad y esclavitud... Los personajes pasan por distintas etapas, y gracias a eso tenemos un mejor conocimiento de cómo pudo ser la vida de la época. A pesar de la extensión, es una novela que se devora. Sentimos todas y cada una de las vicisitudes por las que pasa Attax por el periplo personal que la novela describe; se avanza con el alma en un puño en los momentos de más acción, y se disfruta con los momentos más tranquilos. Se aprende en definitiva, y se disfruta con lo aprendido. Personalmente he quedado con ganas de más, y eso siempre es un punto a favor. Deseando continuar con la lectura de la trilogía, seguro que numerosas historias esperan a quien tenga oportunidad de adentrarse en la continuación de la historia.
Como viene siendo costumbre, dejo algunas de las frases que me han llamado la atención, entre las muchas que podrían destacarse:
"(...) Hay que tener paciencia y no perder la concentración. Lo que diferencia a los que viven después de una batalla de los que se quedan en el campo es saber aprovechar el momento y nunca, escuchadme bien, nunca querer acabar el combate antes de tiempo."
"Y de nuevo tuve la impresión de que los dioses se divierten enmarañando nuestros destinos, pues al final la mayoría de los caminos importantes de la vida se recorren acompañados de extraños camaradas. Un viejo bárbaro cansado, un muchacho llegado desde el otro lado del mar, el hijo de un acomodado hacendado caído en desgracia y su antiguo siervo, con nuestros odios comunes y nuestras deudas pendientes. Extraños compañeros une el destino."
"(...) Pero yo era Attax, el alano con alma de guerrero, orgulloso de pertenecer a un pueblo que desprecia conseguir con la azada lo que puede tomar por las armas, y debía buscar en mi interior la fuerza necesaria para continuar mi camino."
Qué alegría que las aventuras de Attax te hayan reconciliado con la novela histórica. Me ha encantado la reseña, ¡muchísimas gracias!
ResponderEliminarJosé Zoilo
La verdad es que esta novela, entre otras muchas grandezas, tiene el que es capaz de hacer que aquellos a los que no les atrae este género, sin dudas la leerían encantados a nada que lo intenten. Lástima de prejuicios, que daño hacen. Porque Attax, junto con el resto del elenco, son capaces de hacerte revivir un periodo del que apenas contábamos con datos y el talento de José Zoilo Hernández es innegable al hacer que todo parezca tan fácil.
ResponderEliminarUn beso.
Totalmente de acuerdo, una clase de historia muy bien contada, que engancha de una forma brutal. Deseando seguir con los siguientes libros de la trilogía.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues tiene muy buena pinta. Apuntadísima queda. Me ha encantado tu blog, me quedo de seguidora y te invito a que te pases por el mío si te apetece (es Relatos y Más, es que aparecen dos en el perfil).
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola!
ResponderEliminara mi también me ha servido para darle una nueva oportunidad a las novelas históricas porque me han parecido sosas y aburridas hasta que ha llegado esta :D
Besos!
Hola. Yo la historia no le llevo muy bien, pero eso no ha impedido que disfrutará mucho con la lectura. Es muy entretenida y atractiva para invitar a cualquier lector que se zambulla en las aventuras de Attax. Estupenda reseña. Un saludo.
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