sábado, 19 de octubre de 2013

Memento mori. César Pérez Gellida.


Tenía que ponerme a hacer esta entrada sí o sí, porque durante este mes de octubre he participado en la lectura simultánea que organizada por Laky, del blog Libros que hay que leer, ha tenido lugar en Twitter, con el hastag #leemosjuntos.
Aprovechando que tenía el libro gracias a la colección de novela negra que este verano se ha podido conseguir junto al diario El País, y a un precio de 1'95€, que mejor excusa que la de la lectura simultánea para acercarme a un ejemplo de la tan buena novela negra que últimamente se está disfrutando en nuestro país, evitando así que quedara esperando turno, junto a otros libros, en la estantería. Además, reseñar el libro tiene un aliciente más, la posibilidad de conseguir su continuación en un sorteo organizado por la propia Laky.

Datos del libro

Edición publicada por El País
© 2013, César Pérez Gellida
© 2013, Santillana Ediciones Generales, S.L.
© 2013, El País, S.L.
ISBN: 978-84-663-2761-9
584 páginas

Título: Memento mori
Autor: César Pérez Gellida


Argumento: La investigación del asesinato de una joven ecuatoriana a la que le han mutilado los párpados y en cuyo cuerpo han encontrado unos versos amenazantes, ocupa las primeras páginas de esta novela negra narrada con un dinámico y atrevido lenguaje cinematográfico. El autor nos arrastra por un camino inesperado al describir los hechos desde la perspectiva del propio asesino, un sociópata narcisista influenciado por la música más actual y por las grandes obras de la literatura universal.


Memento mori, expresión latina que se traduce al castellano como "Recuerda que morirás", hace referencia a lo efímero de la vida y da título al libro. Un magnífico prólogo, escrito por Michael Robinson, que nos anima a iniciar la lectura, y una relación de los personajes que encontraremos en el mismo, dan paso a los treinta capítulos que componen la historia, cuyos títulos están sacados de letras de canciones de Enrique Bunbury.

La acción se desarrolla principalmente en la ciudad de Valladolid, desde septiembre de 2010, ¿acabando? en Trieste (Italia), en marzo de 2011.


La aparición del cadáver mutilado de una joven ecuatoriana será el inicio de una investigación que correrá a cargo del Grupo de Homicidios de Valladolid, a cuyo frente está el inspector Ramiro Sancho, divorciado, de 39 años y que no pasa desapercibido (rapado, barba pelirroja, ojos claros y 1'87 m. de altura). De su mano asistiremos a la búsqueda de un asesino en serie por las calles de Valladolid, con la peculiaridad de que nosotros, los lectores, sí conoceremos de antemano su identidad, puesto que el libro está escrito desde el punto de vista del propio asesino, del que sabremos desde el primer momento cómo actúa y cuáles son los motivos que le mueven. Así desde las primeras páginas ya conoceremos al asesino, Augusto Ledesma, y sus distintas personalidades a lo largo de la novela. Millonario, sociópata narcisista, experto informático, enamorado de la música más actual que disfruta en el Zero Café, su garito preferido, y de las grandes obras de la literatura universal (para sus diferentes personalidades toma personajes de La metamorfosis, de F. Kafka y el Ulises, de Joyce) y de la poesía (Poeta en Nueva York, de Lorca y Elegía a Ramón Sijé, de Miguel Hernández acompañan sus actos).

Conocer de antemano los pensamientos del asesino y asistir a sus actos hace que vayamos un paso por delante de la investigación policial, pero eso no perjudica para nada la historia, puesto que lejos de restarle intriga a la novela, le añade tensión, ya que conocemos cual será el siguiente paso del asesino, sin que podamos hacer nada por evitarlo. Además, a medida que se avanza en la lectura conocemos que Augusto Ledesma cuenta con un "cómplice" que parece ayudarle desde dentro, lo que hace que sus pasos estén todavía más adelantados que los de sus perseguidores. Intentar conocer la personalidad oculta de ese "cómplice" se convierte en un juego que el lector trata de averiguar a lo largo de la lectura, y es otra de las bazas del libro.

Al tándem formado por el inspector Ramiro Sancho y el asesino Augusto Ledesma se une Armando Lopategui, un prestigioso psicólogo criminalista, conocido como Carapocha por culpa de una viruela que padeció en su infancia, ex agente de la KGB y de la Stasi, experto en asesinos en serie. Precisamente leyendo algunas de las conversaciones que Carapocha mantiene con Ramiro Sancho podemos creer que estamos asistiendo al visionado de un episodio de la serie "Mentes criminales". Una buena relación de camaradería se establecerá en el bando de los buenos, de la mano del criminalista y el inspector, ayudados por Martina Corvo, doctora en Psicolingüística, que tendrá un papel relevante en la historia.

Aunque son tres los personajes principales, hay numerosos secundarios que ayudan a formar la historia, y las sospechas que se ciernen sobre ellos ayudan a enriquecer la trama. El lector se siente a sí mismo como un investigador que trata de descubrir quién se esconde bajo la personalidad de Pílades, la persona que colabora con Orestes (el alter ego de Augusto Ledesma).



Los capítulos en los que se divide el libro están datados; al principio de los mismos encontramos las fechas y localizaciones exactas en los que se desarrolla la acción, por lo que es posible recorrer los diferentes escenarios de Valladolid de la mano de los protagonistas. Ni conozco Valladolid ni tampoco Vizcaya (uno de los escenarios finales de la trama), pero me han quedado ganas de transitar por sus calles rememorando los escenarios, porque sobre todo Valladolid es un personaje más de la trama, y el autor ha hecho posible que así sea.

Si algo tiene este libro es banda sonora, ya que los capítulos vienen introducidos por letras de canciones y son a su vez las canciones las que rigen la vida del protagonista, del asesino, así que es fácil encontrar en el libro alusiones a temas musicales de la mano de Enrique Bunbury, Love of Lesbian, Nacho Vegas, Leonard Cohen, Placebo... letras que en ocasiones aparecen transcritas y ayudan a conocer el estado de ánimo del asesino protagonista. Que decir tiene que yo las he leído todas, no me he saltado las letras de las canciones, e incluso he buscado en youtube algún título para ver qué tal sonaban (reconozco que controlo algo más la música de los ochenta, esa que tanto odiaba el asesino).

El autor es licenciado en Geografía e Historia, como yo, y desde el título del libro hace referencia a frases en latín, de las que hace buen uso a lo largo de la historia. El empleo de estas frases no merma para nada el ritmo de la narración, puesto que son conocidas, y podemos encontrar su traducción a pie de página. A mí me han servido para tratar de recordar el significado antes de mirar la traducción. También son numerosos los refranes y frases hechas que aparecen en la historia, de la mano del criminalista y del inspector, pero a mí no me han molestado, más bien ayudan a conocer la personalidad de estos dos protagonistas tan peculiares.

En definitiva, una novela con la que se disfruta, que a pesar de estar narrada desde el punto de vista del asesino, adelantándose a la propia investigación policial, no deja nada al azar, y está llena de giros inesperados que ayudan a mantener la trama. Lo malo de conocer de antemano los pensamientos del asesino es que no podemos hacer nada por evitar sus actos, y querríamos que la investigación fuera más rápida de lo que en realidad va.

Novela escrita en tercera persona, en tiempo pasado, excepto el primer capítulo, que se desarrolla en tiempo presente, y que adelanta una trama que vamos a ver desarrollada con posterioridad en el libro, y el último, que está narrado en primera persona, aunque no voy a adelantar quién es el protagonista del mismo. Los diálogos y las descripciones se suceden de tal forma que la lectura resulta amena, y la intriga que el libro ofrece es un aliciente para que sus numerosas páginas se acaben en pocos días; es fácil retomar su lectura si en algún momento lo dejamos.


Memento mori es la primera parte de una trilogía: Versos, canciones y trocitos de carne. La segunda parte, Dies irae, acaba de publicarse, y yo estoy deseando hacerme con ella, puesto que he disfrutado mucho con la lectura de este libro, que pese al elevado número de páginas (y la letra tan pequeña de la edición publicada por El País), se devora. No resta puntos el conocer de antemano la personalidad del asesino, son varios los misterios que se nos van desvelando a lo largo de las páginas, y la novela no pierde ni un ápice de intriga ni de acción por este motivo. Yo la he disfrutado, y el hecho de haberla leído en conjunto con otra gente ha supuesto que la devorase. Os la recomiendo sinceramente; yo ya estoy con ganas de leer su continuación, sobre todo ahora que tengo fresca la historia y los personajes. Si cae en mis manos, seguro que le doy una oportunidad, porque es ir a tiro hecho; además, este libro parece como la introducción a una historia mayor, ha sido como una presentación de los personajes, y me consta que la continuación ya está teniendo buenas críticas en las redes sociales. No me importaría conseguirla.
¿Y a vosotros, os ha gustado?



Sobre el autor

César Pérez Gellida nació en Valladolid en 1974. Es licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Valladolid y máster en Dirección Comercial y Marketing por la Cámara de Comercio de Valladolid. Ha desarrollado su carrera profesional en distintos puestos de dirección comercial, marketing y comunicación en empresas vinculadas con el mundo de las telecomunicaciones y la industria audiovisual hasta que en 2011 decidió trasladarse con su familia a Madrid para dedicarse en exclusiva a su carrera de escritor.
Memento mori es la primera obra de una prometedora producción novelística, ganadora del premio Racimo de Oro de literatura 2012.
Ahora ha salido publicada su continuación, Dies irae

Para contactar con el autor en las distintas redes sociales:

6 comentarios:

  1. Tu opinión coincide con el resto de las que he leído, todas positivas hasta ahora. Yo lo tengo esperando en la estantería gracias también a la promoción de El País
    besos

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  2. Reseñas y más reseñas y todas positivas. Yo, sin embargo, por ahora no me animo, Loli. No tengo hueco para ella en mucho tiempo...
    Un abrazo y feliz domingo,

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    1. La lectura simultánea ha ayudado a que no quede pendiente en la estantería, aunque la verdad es que se lee bastante rápido. Si tienes oportunidad, hazle un hueco.
      Otro abrazo para ti, y feliz domingo.

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  3. Muchas gracias por la reseña¡¡ Muy completa. Espero que nos leamos pronto en Dies irae. Saludos¡

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    1. ¡Sería un verdadero placer, me quedo con ganas de saber qué les tienes preparado a los personajes!
      ¡Gracias por pasarte por el blog, César! Un saludo.

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