lunes, 29 de noviembre de 2021

Ardores de agosto. Andrea Camilleri.

Tengo un poquito abandonada la #YincanaCriminal2021, y me da rabia, porque estaba casi segura que la iba a completar sin problemas, y lo más importante, que iba a hacerla con libros que tenía en mis estanterías esperando turno. Está muy avanzado el año, y no sé si llegaré a completar la yincana, porque eso sí, me apunto a todas las lecturas conjuntas que organizan en #SoyYincanera, y eso quita tiempo para elegir otros libros, pero espero poder rellenar alguna que otra casilla, y animar así a las organizadoras a que la vuelvan a convocar en otros años.

Centrándonos en el apartado que se desarrolla en Europa, y tratando de leer algunos de mis pendientes, me he encontrado con Andrea Camilleri, autor al que hacía tiempo no leía, y un título que creo recordar compré de segunda mano, por aquello de conseguir novela negra que sé que me gusta a buen precio.

Sin más, vamos con los datos técnicos del libro:

Título: Ardores de agosto
Título original: La vampa d'agosto
Autor: Andrea Camilleri
Traducción del italiano de María Antonia Menini Pagès
Editorial: Ediciones Salamandra, S. A.
Formato: Rústica con solapas
ISBN: 978-84-9838-214-3
1ª edición, marzo de 2009
2ª edición, mayo de 2009
256 páginas.

Sinopsis (tomada del propio libro)

Un calor asfixiante arrasa Sicilia como una llamarada; durante el día el aire se vuelve irrespirable, las piedras queman y ni siquiera un baño en el mar ofrece algo más que alivio momentáneo. Con la ciudad sumida en un letargo incandescente, Salvo aguarda la llegada de Livia, que viene con unos amigos a pasar las vacaciones en una solitaria casita frente a la playa. Pero el idílico plan se tuerce cuando, oculto en los sótanos de la casa, aparece un baúl con un cadáver dentro. El macabro hallazgo desata los instintos investigadores del comisario, que muy pronto se ve envuelto en una maraña criminal de múltiples facetas que involucra a políticos, banqueros y empresarios, todos bajo la omnipresente tutela de la mafia. Y como si la canícula no fuera suficiente para causar estragos en el comportamiento de los personajes, la presencia casi mágica de una bellísima veinteañera hace flaquear la proverbial lucidez del propio Montalbano, hasta el punto de tentarlo a dar ese paso trascendental que había evitado hasta el momento.
Décima aventura de Salvo Montalbano, en la que el inimitable comisario sigue haciendo gala de ese vitalismo socarrón y melancólico mientras se asoma a los abismos más profundos del ánima humana.

Datos sobre el autor

Andrea Camilleri nació en Porto Empedocle, Sicilia, el 6 de septiembre de 1925. Acabó sus estudios de bachiller en 1943, y al año siguiente se inscribió en la Facultad de Letras sin finalizar sus estudios, ya que en esa época se dedicó a publicar cuentos y poesías, ganando el Premio St. Vicent. Posteriormente, estudió Dirección en la Academia de Arte Dramático Silvio d'Amico, y trabajó como director y libretista. En 1957 se casó con Roseta Dello Siesto, con la que tuvo tres hijas. Un año después ejerce de profesor en el Centro Experimental de Cinematografía de Roma.
©Fotografía: Basso Cannarsa
Si bien dedicó más de cuarenta años al guion y a la dirección teatral y televisiva, debutó como novelista en 1978 con El curso de las cosas, la primera de un conjunto de novelas históricas ambientadas en la Sicilia del siglo XIX, pero no alcanzó notoriedad en su país hasta la publicación de una serie de libros de género policíaco centrados en su personaje Salvo Montalbano (nombre otorgado en homenaje al escritor Manuel Vázquez Montalbán, con quien ha sido comparado como autor en múltiples ocasiones) con el primer libro de la serie llamado La forma del agua (1994), notoriedad que se vio acrecentada gracias a su adaptación televisiva. Anteriormente consiguió éxito con su novela La temporada de caza, publicada en 1992.
Camilleri muestra en sus obras policíacas un intenso retrato de la sociedad siciliana mediante el uso de un léxico vivo plagado a la vez de dialectalismos y referencias enigmáticas, estilo que le sirve para oscilar entre lo cómico y lo grotesco, lo ridículo y lo trágico.
Aunque no finalizó sus estudios, obtuvo un título honorífico de la Universidad de Pisa en 1978. Fue ganador del Premio Internacional de Novela Negra RBA del 2008 con su novela La muerte de Amalia Sacerdote.
Falleció el 17 de julio de 2019, en el hospital romano del Santo Spirito, a los 93 años.
Ficha del autor sacada de la página de LECTURALIA.

Impresiones sobre el libro

Camilleri falleció, y reconozco que era uno de mis pendientes. Hace mucho tiempo leí el primer título protagonizado por Salvo Montalbano, La forma del agua, y recuerdo que me gustó. Lo compré en una edición en bolsillo que sacaron de sus obras, y mi intención era continuar con la compra y con la lectura de los títulos en orden, pero por circunstancias que se dan en la vida, otros libros y otras compras se inmiscuyeron en esta idea, y creo que leí un par de títulos más, pero sin seguir ningún orden. Hace tiempo que compro libros de segunda mano, y trato de hacerme con aquellos títulos de autores que sé que me gustaron en su momento, con idea de completar las series que en su día empecé, y de las que suelo tener algunos ejemplares aislados por casa. Retomando la idea de completar la yincana criminal a la que me apunté hace ya varios meses, con libros de mi propiedad, que han alcanzado el título de eternos pendientes, revisé las estanterías y encontré el libro que hoy os traigo, Ardores de agosto, sin saber muy bien qué iba a encontrar entre sus páginas. Casualmente yo no leí la sinopsis, preferí entrar de lleno en la historia. El libro estaba escrito por un escritor italiano, sabía que era novela negra, y seguro que había algún muerto. No se podía pedir nada más.

El libro está dividido en diecinueve capítulos y tiene mucho diálogo, con lo que se avanza rápidamente en su lectura, y lo más interesante es que, a pesar de los temas duros que trata, encuentras notas de humor en los inicios de la trama, en las conversaciones que Salvo mantiene con Livia, su pareja, sobre la búsqueda de una casa para que su amiga Laura, su marido y su hijo pequeño pasen unas vacaciones cerca del mar y de la propia Livia, ya que Salvo Montalbano no podrá abandonar Vigàta por circunstancias laborales. Esta búsqueda precipitada de alojamiento y el propio alojamiento encontrado supondrán una pincelada de humor que como lectora he agradecido.
Laura era la amiga del alma de Livia, aquella a quien le confiaba los misterios gozosos y también los menos gozosos de su vida.
一¿Vienen aquí?
一Sí. ¿Te molesta?
一Para nada, ya sabes que Laura y su marido me caen muy bien, pero...
一Explicame ese pero.
¡Bueno, ya empezaban!
一Yo pensaba que por fin podríamos pasar un poco más de tiempo solos y...
一¡Ajajá!
Estilo bruja de Blancanieves y los siete enanitos.
一¿Por qué te ríes?
一Porque sabes muy bien que la que va a quedarse sola seré yo, yo, ¿comprendes?, mientras que tú te pasarás todo el día y puede que también toda la noche en la comisaría con el asesinado de turno.
一No, Livia, pero qué dices, aquí en agosto, con el calor que hace, hasta los asesinos esperan a que llegue el otoño.
一¿Eso qué es, un chiste? ¿Tengo que reírme?

Pero nosotros como lectores sí vamos a reírnos, o al menos se nos va a escapar una media sonrisa a medida que nos adentramos en la lectura, porque el chalet alquilado por Salvo guarda sorpresas, que fui descubriendo a medida que avanzaba en la lectura, con invasión de escarabajos, ratones y arañas en días distintos, y la desaparición del pequeño Bruno, que al parecer había caído por una grieta de la casa. Y esto solo en el primer capítulo del libro. La casa alquilada guarda un secreto y ese secreto va a ser investigado por Salvo y sus compañeros de comisaría, aunque la investigación le lleve a remover hechos del pasado y a enfrentarse a empresarios sin escrúpulos, arquitectos que tienen mucho que esconder y jefes de obra a los que no importa para nada la vida humana.

En esta novela encontramos al calor del mes de agosto como un protagonista más, aunque el título no solo hace referencia a las temperaturas, más bien al ardor sexual. Montalbano se nos presenta como una persona cercana, con sus dudas y defectos, como cualquier mortal. La relación con Livia no parece pasar por su mejor momento, y la investigación a la que el comisario debe enfrentarse con la aparición del cadáver de una joven va a despertar sus instintos más humanos. Se va a sentir atraído por la hermana de la víctima y en su pensamiento se verá correspondido, aunque las incertidumbres a las que debe enfrentarse harán que descuide un tanto su faceta profesional.

Si en este libro encontramos a una víctima cuyo asesinato hay que investigar, también encontramos denuncia social, con casos de corrupción, arquitectos a los que no importa defraudar porque siguen la máxima de que todo el mundo lo hace, jefes de obra y empresarios que ponen por delante el ansia por ganar dinero a la propia vida de los que trabajan para ellos, casos en los que se demuestra que los que ostentan el poder abusan, si pueden, de los que dependen de ellos. Estos son algunos de los temas que vamos a encontrar en este libro para nada extenso, que se lee con facilidad, porque no hay demasiadas descripciones, y las investigaciones, a medida que avanzan, son narradas por los propios protagonistas a raíz de las conversaciones que mantienen entre ellos mismos. No te pierdes en la trama, que resulta ser bastante ágil y eso se agradece. Hay asesinato, investigación, denuncia social y hasta venganza. No se le puede pedir más a un libro ágil, con diálogos fluidos y un toque de humor que hace que disfrutemos de la lectura, toques humorísticos que encontramos al principio del libro, pero que nos animan a seguir leyendo. Y por si fuera poco, a los que conocéis a Salvo Montalbano, bien por los libros, bien por la serie de televisión, aquí se nos presenta como alguien muy cercano, como un hombre de lo más corriente, con sus dudas y defectos, capaz de caer en las garras de un mal entendido enamoramiento, con las consecuencias que ello puede acarrear en su forma de actuar.

Hay bastantes personajes en la trama, pero el autor no incide en ellos apenas. Al igual que no hay apenas descripciones de los lugares, no se incide en las descripciones de los compañeros de comisaría de Salvo Montalbano ni en los personajes con los que se cruzan. Lo que importa se cuenta a través de los diálogos que abundan en el libro, diálogos que sirven para que el lector no se pierda en las investigaciones que se llevan a cabo.

Estamos ante un libro ligero y fácil de leer, que presenta una faceta más humana del personaje protagonista, y que pone en jaque la relación que parece mantener con Livia. Tengo entendido que esta relación en un poco un tira y afloja a lo largo de la serie protagonizada por el comisario. Por eso me gusta leer los libros en orden, porque los personajes evolucionan, y también su relación con los otros protagonistas, pero en esta caso he leído pocos títulos y salteados, así que voy un poco perdida con esta relación de pareja.

¿Recomiendo el libro? Sí, es entretenido y se lee bien. Podría ser un libro para el verano, por el título, pero también viene bien ahora para subir la temperatura de estas tardes gélidas que nos esperan. De todas formas, si queréis seguir mi consejo, lo ideal será leer estos títulos en orden, porque los personajes evolucionan, y leyendo la serie sin seguir ese orden se pierden muchos matices. Por mi parte he conseguido un par de los objetivos que me había planteado, a pesar de no haber respetado ese orden: leer un título que esperaba su turno desde hace bastante tiempo en una de mis estanterías, y completar una de las casillas de la Yincana Criminal 2021 a la que me había apuntado.

¡Nos leemos!

Esta reseña participa en la #YincanaCriminal2021 en el apartado Ocurrió en Europa, para completar la casilla "Una novela de una escritor/a italiano o que transcurra en Italia". 


6 comentarios:

  1. Ay, mi querido Montalbano. He leído muchas de sus entregas y siempre lo disfruto. Este lo recuerdo precisamente porque esos ardores aparecen, jejeje. Una buena opción para este casillero.
    Besos

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    1. Montalbano es una buena opción, sin duda. Lástima que Camilleri nos haya dejado, pero el personaje que creó seguirá con nosotros mucho tiempo. Con ganas de leer más libros suyos como protagonista.
      Besos.

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  2. Vi la serie con inspector Montalvano. Así que me llevo anotado el libro para leerlo y ver que tal. Gracias por la reseña. Te mando un beso.
    Enamorada de las letras

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    1. Pues fíjate que a mí con la serie me ha pasado como con los libros. He visto algún episodio aislado, y no en orden. Tengo ganas de que vendan tiempo para completar todos los planes que se plantean. También me gustaría poder visualizar la serie en orden. Gracias por pasarte, y un beso para ti también.

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  3. Conocía a este autor pero no he leído nada suyo. Me apunto eso de que es mejor leerlos en orden.
    ¡Besos!

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  4. Mi problema con Camilleri es que le he leído poco y no por orden. Quizás sea el momento de hacerte caso y empezar por el principio. En cuanto a la reseña, es estupenda.

    Un beso.

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