De nuevo volvemos a las reseñas del blog, de la mano de la última lectura conjunta que hemos llevado a cabo a través de Twitter las participantes de #SoyYincanera.
Vamos con los datos técnicos del libro:
Impresiones sobre el libro
Ha sido un verdadero placer reencontrarme de nuevo con la prosa de Men Marías. Ya la pudimos disfrutar en su anterior libro, "La última paloma", que sin duda nos dejó huella, y además, algunas integrantes del grupo #SoyYincanera pudimos asistir a las VIII Jornadas de Novela Negra, en el Cartagena Negra, del que la autora resultó premiada con el VI Premio de Novela Cartagena Negra 2022, con este título, y tuvimos oportunidad de felicitarla en persona. Men Marías es sin duda alguien cercano, que disfruta con lo que cuenta y que ha demostrado que tiene un gran manejo de la lengua y mucha imaginación. Los que disfrutamos con su anterior novela estábamos deseando leer algo nuevo de ella, así que cuando la oportunidad se presentó para #SoyYincanera, no dudé en apuntarme, y no me arrepiento en absoluto.
Si su anterior novela podía calificarse de thriller, por mantener un ritmo constante, "Lo que arrastra la lluvia" es una novela mucho más pausada, tanto, que aunque puede enmarcarse dentro de la llamada novela negra por sus continuos guiños de crítica social, creo que podemos estar de acuerdo en que es una novela de personajes, sobre los que la autora ha volcado los problemas que asolaban (y aún se vislumbran) a la mal llamada clase media española (el hecho de tener un trabajo que te permitiera sobrevivir era sinónimo de vivir bien, frente a otros que no contaban con recursos).
La autora sitúa la trama en Granada, en el año 2008, en plena crisis económica. Dos son las protagonistas principales de la historia: Marina Pastrana y Carmen Salvaterria. Conoceremos a Marina en la peor situación posible, viviendo en un parque, sin trabajo, sin dinero, sin un hogar en el que poder refugiarse, puesto que había sido desahuciada unos días antes. Si esta situación ya es de por sí complicada, pronto sabremos que unos meses antes perdió a su marido y a su hija en un accidente de coche, accidente del que muchos la culpan, y que fue sometida a acoso por parte de periodistas y familiares que le dieron la espalda, culpándola de la muerte de los suyos, aunque la justicia no la hubiera condenado. Son muchas las reflexiones que la autora pone en boca de Marina, lamentándose de no tener nada, y de la poca importancia que se le da al dinero cuando este no falta, cuando no nos preocupamos por pagar por caprichos que no necesitamos, o preferimos desembolsar más por un mismo producto solo por el prestigio de ser cliente de un determinado establecimiento. También reflexiona Marina sobre la muerte de los suyos, y el concepto de castigo, y lo que resulta curioso al lector es que realmente no parece apenada por esas muertes. ¿Será cierto que tuvo algo que ver? Esta intriga se va a mantener a lo largo de toda la trama, como lectores hacemos una especie de investigación paralela para ver qué sucedió con el marido de Marina, y su hija adolescente, y cómo influyó todo ello en la vida de una de las protagonistas.
Estamos ante una novela que nos hace pensar; muchas veces vamos a ponernos en esa situación narrada, y como lectores vamos a reflexionar sobre nuestra propia actitud ante los diferentes temas que se plantean. El ritmo de la novela es pausado, pero no entorpece la lectura ni el disfrute de la misma. Vamos conociendo el personaje de Marina a medida que avanza la trama, y nos vamos a poner en su lugar, porque es una mujer que ha perdido su empleo como profesora de latín en una academia a consecuencia de la crisis, y que ha perdido además a su marido y a su hija, y a la que han despojado de su casa, y que se ve en la necesidad de vivir en la calle pese a que lo tenía todo. Marina es el ejemplo también de muchas personas que se dejaron engañar por el tema de las preferentes, confiando en los responsables de sucursales bancarias a los que conocían desde siempre, confianza que les hizo, como a la protagonista, perder los ahorros y no poder afrontar la hipoteca, pasando la casa a manos del banco sin que se extinga la deuda, perdiendo así todo lo que tenían. Al principio, y tal y como se va planteando la situación de Marina y lo que se ve obligada a hacer para conseguir comida, sentimos lástima, o más bien empatía, por el personaje, porque en este mundo dominado por las dificultades económicas que marca la crisis mundial, nadie parece estar a salvo, y cualquiera puede acabar en esta situación, con lo que ello conlleva, si se cae en la mendicidad, porque está claro que lo que resulta raro o diferente nos da miedo, y la sociedad no acaba de aceptarla, porque creo que nadie quiere formar parte de este mundo de miseria y prefieren obviarlo, creer que no existe.
Si al principio Marina nos da pena, con el avance de la lectura vamos a cambiar nuestros sentimientos hacia ella, y ello va a venir de la mano de la aparición de Carmen, la otra protagonista indiscutible de la trama, una mujer educada, con una buena situación económica y posición social, y que no duda en ayudar al prójimo siempre que lo necesite, bien económicamente, bien hablando con conocidos para que la mala situación que alguien pueda estar pasando se arregle lo antes posible. Carmen está felizmente casada con Arturo y tiene una hija adolescente, Julia, a la que iremos conociendo gracias a las entradas de un blog que publica, en el que va contando su día a día, centrándose en sus dudas con respecto al amor. Carmen, Arturo y Julia forman una familia feliz, que lo tiene todo, pero que no duda, especialmente Carmen, en compartir con el que no tiene. Quizá demasiada perfección abruma, y no es oro todo lo que reluce, y alguien puede querer aquello que tienen.
Carmen conoce a Marina en la calle y no duda en invitarla a desayunar para ayudarla, pensando que pudiera ser una mujer maltratada como muchas a las que ella ayuda. Sin conocer apenas nada de su vida, no dudará en invitarla a vivir a su propia casa, tratándola como una más de la familia. A medida que avanza el trato entre Marina y Carmen vamos, al menos es lo que a mí me ha pasado, a ir cambiando nuestra forma de pensar sobre Marina, que lejos de estar agradecida, empieza a creer que Carmen es una persona mala, que no puede ser tan perfecta y que tiene algo que ocultar. La autora consigue que nosotros, como lectores, dudemos también de esa bondad infinita que irradia Carmen, e iremos descubriendo además detalles del pasado de Marina que ayudan a explicar su desconfianza y su recelo. Nosotros, como lectores, iremos sabiendo que hay un enigma a desentrañar en la trama, la muerte del marido y de la hija de Marina, y cuál es el motivo de que muchos creyeran que ella era la culpable de esa muerte. Conoceremos aspectos del tema por unos mails que se intercambian otras dos protagonistas de la trama, Leonor y Lola, esta última encargada de la investigación.
Aunque parezca que he contado mucho de la trama, no es el caso, porque a estas reflexiones se llega a medida que se avanza en la lectura, que como he comentado es pausada, porque la autora va dejando pistas sobre la vida de Marina y de aquellos que la conocían cuando disfrutaba de buena posición y no tenía los graves problemas a los que debe enfrentarse cuando la conocemos como lectores, pero hay mucho por desentrañar y muchas piezas por encajar, por lo que lo contado es solo una pequeña parte de lo que vamos a ir encontrando en la trama.
Me ha gustado mucho la forma en la que la autora ha partido de un hecho aislado, la aparición de una mendiga en la calle y de que alguien trate de ayudarla, para crear una trama que mantiene una intriga que se puede palpar a lo largo de toda la novela, no solo el esclarecimiento de dos muertes que se plantea desde un principio, sino como pueden estar entrelazadas las vidas de las personas de una forma tan palpable. La autora ha creado un fantástico puzle en este entramado y las piezas del mismo han encajado de manera perfecta. Tuve oportunidad de ver un fragmento de unas declaraciones de la autora en Instagram en la que mencionaba que Granada era una ciudad pequeña y que todos se conocían, que era más difícil aquí no cruzarte con alguien de tu entorno, y en esta novela se ve claramente. Hay muchos personajes, y todos guardan secretos, lo curioso es que sus vidas están más entrelazadas de lo que ellos suponen, y es raro que las intrigas que se plantean en el libro no se hubieran descubierto antes, aunque como lectora he disfrutado atando cabos y relacionando a los distintos personajes a medida que iban apareciendo en la historia.
Estamos ante una novela negra, pausada pero muy interesante, que trata diversos temas, y que nos hace reflexionar ante dualidades como la maldad y la bondad, sin dejar de lado la envidia, el deseo de querer lo que otro tiene, pensando que no lo merece; una novela que habla de la marginación que provoca la pobreza, y del desprecio con el que se mira a los mendigos, que nos hace reflexionar sobre la prostitución por necesidades económicas y por los que solo buscan placer y menosprecian a aquellos que la ejercen... Una novela que trata también sobre el amor: el amor incomprendido, los primeros amores, lo que uno es capaz de hacer por amor; nos acerca también al peligro de las drogas, los malos tratos en el seno de la familia, las infidelidades, las creencias religiosas, los programas de televisión basura... Hay donde elegir, sin duda, y todo ello está escrito de una forma magistral, que va encajando piezas y que va animando a seguir avanzando en la lectura, que si bien resulta pausada en un primer momento, va cogiendo ritmo hasta el desenlace final, en el que todo se cierra, y se aclara, pero estás tan a gusto disfrutando de lo que te ha ido planteando la trama que no hubieras querido que se terminase.
No sé si os he convencido de que esta historia me ha gustado, de que la he disfrutado. No se parece en nada al anterior libro de la autora, pero he disfrutado también mucho con esta historia. Una compañera de lectura comentó que es más del estilo de "Pukata, pescados y mariscos", pero no he tenido oportunidad de leerlo, así que no puedo comparar. Me he anotado el título del libro, por si tuviera suerte y cayera en mis manos en un futuro. De momento no puedo más que recomendaros la lectura de "Lo que arrastra la lluvia", porque Men Marías ha creado una potente historia de personajes y la intriga que ha ideado para que los conozcamos no se queda corta, y nos ha vuelto a deslumbrar con su prosa. Si no habéis tenido oportunidad de conocer a la autora, os recomiendo mucho que os acerquéis a sus libros, "Lo que arrastra la lluvia" no defrauda y "La última paloma" fue todo un descubrimiento.
Gracias a #SoyYincanera, a la autora y a la editorial, por el ejemplar, y quedamos a la espera de que la imaginación de Men Marías dé nuevos frutos en un futuro cercano.
¡Nos leemos!