De nuevo vuelvo con una reseña para intentar completar la #YincanaCriminal2017, esta vez de la mano de un escritor castellonense y con la tercera entrega de la serie protagonizada por el inspector Monfort.
Datos del libro
Título: Ojalá estuvieras aquí
Autor: Julio César Cano
Editorial: Maeva
Formato: Rústica con solapas
1ª edición: 2017
ISBN: 978-84-16690-44-2
400 páginas
Sinopsis (trasera del libro):
Pasado y presente confluyen en una nueva y apasionante novela de la serie ambientada en Castellón.
El Mercado Central de Castellón es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, y también el escenario de un crimen. Un hombre aparece degollado junto al cuarto donde se guardan los enseres de limpieza. Se trata del empresario Pedro Casas, que se dedicaba a comprar baratijas en China para luego venderlas en tiendas de bajo coste. El comisario Romerales vuelve, una vez más, a solicitar los servicios del carismático inspector Monfort, que está viviendo una etapa difícil, pues su madre se debate entre la vida y la muerte en el Hospital de Sant Pau de Barcelona.
En una trama paralela que sucede en el pasado, una joven pareja con una vida complicada decide abandonarlo todo y huir a un lugar donde nadie los conozca. A él le gusta boxear. A ella le gustan otro tipo de actividades mucho menos recomendables.
La vida de estos dos jóvenes será la clave para la resolución del caso, en el que el inspector Monfort, la agente Silvia Redó, los agentes Terreros y García y el siempre preocupado comisario Romerales, trabajarán sin tregua.
Datos sobre el autor
Julio César Cano (1965, Capellades, Barcelona) trabajó en el negocio familiar hasta que el mundo de la música llamó a su puerta. Durante varios años ejerció como músico y mánager de grupos. Actualmente se dedica a la publicidad, actividad que compagina con la escritura. Como autor, es conocido tanto por sus ensayos y artículos sobre gastronomía y viajes, como por sus novelas y relatos.
Ojalá estuvieras aquí es la tercera investigación del inspector Monfort, que sigue a Mañana, si Dios y el diablo quieren y Asesinato en la plaza de la Farola. Reside junto a su familia en La Pobla Tornesa, provincia de Castellón, donde transcurre la serie del inspector Monfort.
Ojalá estuvieras aquí ha recibido el galardón Letras del Mediterráneo 2017 que otorga la Diputación de Castellón, en la categoría de novela negra.
Impresiones sobre el libro
"Ojalá estuvieras aquí" es una novela policíaca que parece aunar pasado y presente. Protagonizada por el inspector Bartolomé Monfort, la acción de la misma se desarrolla principalmente en Castellón. Desde las primeras páginas te atrapa la trama. Comienza con un prólogo de un par de hojas escrito en letra cursiva que habla de un combate ilegal de boxeo donde llueven las apuestas y que parece tener un duro final. Está claro que el boxeo y las apuestas ilegales tendrán un peso importante en la historia, pero no iremos descubriendo esa relación hasta que avancemos en la lectura.
El libro que hoy presentamos es el tercero de una saga protagonizada por el inspector Monfort (los dos primeros ya están esperando su turno en mi estantería), y hay que decir que empieza fuerte. Además del combate ilegal del prólogo, en pocas páginas conocemos al inspector, que está pasando por un momento complicado de su vida, ya que su madre se debate entre la vida y la muerte en un hospital de Barcelona (bien cuidada por el doctor Senent, amigo del inspector), mientras la cabeza de su padre va y viene. Bartolomé Monfort intenta estar todo el tiempo posible al lado de sus padres, y teme una llamada que le informe del fatal desenlace que se puede producir en cualquier momento. Destinado en Barcelona, el comisario Romerales reclama sus servicios cuando se descubre el cadáver de un hombre asesinado en el Mercado Central de Castellón. Por lo visto no es la primera vez que se produce esta colaboración entre comisarías, y Monfort se va a ver obligado a dar explicaciones a unos y otros de cómo avanza el caso.
Decir que el libro arranca fuerte es quedarse corto. Los hechos narrados en el prólogo, que bien pueden haberse dado en un momento del pasado, sin que tengamos claro ni cuándo ni dónde, un inspector que pasa por momentos familiares difíciles, una agente de policía, Silvia Redó, que recientemente ha roto su relación y que ocupa la habitación de hotel reservada por Monfort en Castellón mientras él visita Barcelona, son ingredientes que en pocas páginas animan a seguir leyendo, pero si hay algo que impacta de verdad y que da el pistoletazo de salida a la historia es un asesinato en el Mercado Central de Castellón, al que casi asistimos como lectores:
"... El hombre se apresuró a secarse las manos con papel higiénico. Abrió la puerta y salió deprisa, tropezando con un joven que llevaba un delantal de pescadero. El joven lo miró de arriba abajo y el hombre giró la cara para no ser visto. Caminaba rápido entre la muchedumbre de clientes que abarrotaba el mercado, buscó la salida más cercana y salió a la plaza. Entonces se detuvo un instante para tomar aire, como si en el interior del local no quedara oxígeno. Rozó con la punta de sus dedos la bolsa con los guantes manchados que ocultaba en el bolsillo. Levantó la solapa del cuello del chaquetón. Hacía frío. Enero era el mes en el que las temperaturas descendían de forma más acusada en toda la provincia. Un viento que pinchaba como pequeños alfileres campaba a sus anchas por la plaza de Santa Clara. Se relajó a medida que se alejaba, pero no tanto como para no oír el grito desgarrador que provenía del interior del Mercado Central." (Pág. 16)A medida que se avanza en la lectura, y a modo de pequeñas pinceladas, vamos conociendo la vida tan complicada que lleva el inspector Monfort. A la delicada salud de sus padres se unen los difíciles recuerdos con los que debe vivir, centrados en la muerte de su esposa Violeta en un accidente de tráfico del que ella no fue responsable. El recuerdo de su difunta esposa queda patente en su casa de la Rambla de Cataluña, donde Monfort acude de vez en cuando para escuchar buena música y recordar. Tanto él como Silvia Redó no pertenecen a la comisaría de Castellón, pero son reclutados como refuerzo para investigar el caso.
La persona asesinada en el Mercado Central de Castellón resulta ser Pedro Casas, un empresario que se dedica a comprar baratijas para luego venderlas a las tiendas de chinos. Según pueden comprobar los policías encargados de la investigación, Pedro Casas estaba separado y tenía una hija, Alba, que trabajaba en una pequeña editorial de Barcelona, traduciendo rarezas literarias, y casualmente su editorial, Libros del Crepúsculo, había traducido un libro sobre Toro Salvaje, escrito por Jake La Mota, un boxeador conflictivo. La aparición de este detalle en escena y el hecho de que en los pasajes escritos en cursiva se hable de combates de boxeo y apuestas ilegales parecen relacionar los hechos de pasado y presente. Está claro que el boxeo es pieza importante en la historia, pero saber esto no quita aliciente a la trama, más bien la agiliza, y el lector se encuentra ávido de saber cómo se relacionan unos hechos que parecen desarrollarse en un pasado no demasiado lejano con el asesinato ocurrido en la actualidad, asesinato que traerá consigo consecuencias.
Investigando los negocios y la vida privada del empresario asesinado, el equipo policial llega a la conclusión de que escondía secretos tanto a su familia como en lo profesional; los supuestos viajes que el empresario hacía a China para comprar mercancía realmente no tuvieron lugar, y la duda que se plantea a los investigadores es saber a qué dedicaba ese tiempo y dónde se escondía. A lo largo del libro se van planteando hipótesis que incluso ponen en el punto de mira de los investigadores a la propia familia del empresario como responsable de su muerte, pero lo que está claro es que la trama paralela que va desarrollándose en el libro tiene una importancia vital en la historia, y a medida que avanzamos en la lectura queremos saber, aunque ya lo vamos intuyendo, qué pasó y cuáles fueron las consecuencias de esos hechos.
La trama paralela que se desarrolla en el libro, protagonizada por Luis y Carmen, dan un punto de intriga a la historia, y acabará convirtiéndose en el motor principal de la narración. Luis y Carmen son dos personas que han sufrido mucho desde su más temprana juventud, y las malas decisiones tomadas en algún momento de su vida tendrán repercusión en un futuro que afectará a los protagonistas de la historia actual.
"Luis tenía catorce años cuando sucedieron los hechos que marcarían su destino.
En la escuela se reían de él, de sus proporciones deformes, de sus largos brazos, de sus piernas torpes y larguiruchas y de su cabezota apepinada. Se veía distinto a los otros niños, pero cuando preguntaba a sus padres por aquello que le hacía diferente, no obtenía ninguna respuesta. Pensó que lo normal hubiera sido que el maestro le hubiera defendido de los que se mofaban de sus defectos, pero él también se reía. Lo llamaba lerdo, corto, anormal; decía que estaba a medio hacer, y todos reían sus gracias. Le lanzaba pedazos de tiza desde la pizarra hasta el pupitre que ocupaba en la última fila. Nadie quería sentarse a su lado.
La niña de las trenzas que tanto le gustaba se llamaba Carmen, pero ella ni siquiera había reparado en él. La miraba embobado, le gustaba mucho. Por supuesto, no se atrevía a decirle nada. La seguía hasta su casa al salir de clase sin que ella se diera cuenta..." (Pág. 25)Como suele ser frecuente en estas historias de intriga, la combinación de hechos del pasado y presente es un buen aliciente para la trama, y en este caso concreto la investigación está muy bien llevada. Me ha gustado mucho conocer al inspector Monfort, que se vuelca en su trabajo a pesar de cargar sobre su espalda con una pesada carga familiar. Mientras disfrutaba de las andanzas de este particular inspector y de su equipo, recordé bastante los libros de Vázquez Montalbán, ya que al inspector Monfort le gusta disfrutar de una buena comida, un buen vino y de una buena música, características que parecen estar tomadas del propio autor, mánager musical y crítico gastronómico. Estas sensaciones gustativas y auditivas se ven completadas a lo largo del libro por un viaje por algunos de los pueblos del interior de Castellón, que son descritos de tal manera que parece que acompañas a los personajes en su periplo buscando información. El libro se convierte en una auténtica guía que anima a los lectores a visitar la zona y los lugares por los que discurren los hechos.
El lenguaje utilizado por el autor es claro, conciso y fácil de seguir. La utilización de pequeños párrafos que van alternando distintas situaciones a lo largo de la narración, protagonizadas por distintos personajes, facilita la lectura, y el hecho de narrar episodios pasados ayuda a avanzar también en la misma. La alternancia de la investigación con escenas que tienen que ver con la vida personal de algunos de los protagonistas, especialmente los párrafos que hablan del inspector Monfort y los problemas de salud de su familia, hacen del libro una lectura amena e interesante. Cuando terminé de leerlo, quedé con ganas de más, no porque la historia no quedara cerrada, que no es el caso, sino porque me ha quedado la intriga de saber cómo va a evolucionar la familia del inspector. Como siempre digo, conviene leer las sagas en orden, y aunque en este caso no he echado en falta nada de lo anterior, porque los protagonistas principales quedan bien retratados, y conocemos los problemas por los que pasan en lo personal, me han quedado ganas de saber qué le depara al inspector en su futuro, espero que no muy lejano, de la mano de Julio César Cano.
Aunque tengo claro que acabaré leyendo los dos títulos anteriores, que como he dicho están en mi poder en edición bolsillo, quedo a la espera de saber cómo va a continuar la trama, porque el autor no puede dejarnos sin que sepamos qué pasará con la familia del inspector. De todas formas, debo decir que ha resultado un agradable descubrimiento la lectura de este libro y el acercamiento a los personajes que lo habitan. Sin duda, una lectura muy recomendable, plagada de intriga y que sirve para descubrir a los que no la conocemos la ciudad de Castellón y sus alrededores.
Esta reseña participa en la #YincanaCriminal2017 en el apartado "Es una novela policíaca".
Pues no conocía este libro. Otro a apuntar, que pinta bien.
ResponderEliminarBesotes!!!
No conocía ni al autor ni al libro, apuntado queda.
ResponderEliminarBesos
Pinta muy bien y no lo conocía.
ResponderEliminarUn beso ;)
Le tengo echado el ojo desde hace tiempo, me lo recomendó mi prima y lo mismo asalto su biblioteca. Ese comisario creo que me gustaría.
ResponderEliminarBesos