domingo, 30 de enero de 2022

La voz. Arnaldur Indridason.

Nueva reseña para la #YincanaCriminal2021. Retomo las lecturas de un autor que ya había tenido oportunidad de disfrutar con anterioridad.

Vamos con los datos técnicos del libro:


Título:  La voz
Título original: Röddin
Autor: Arnaldur Indridason
Traductor: Enrique Bernárdez
Editorial: RBA Libros, S. A. 
Formato: Rústica con solapas
ISBN: 978-84-9867-699-0
Primera edición: enero de 2010
336 páginas

Sinopsis (tomada del propio libro)

Gulli, el viejo portero de uno de los más conocidos hoteles de Reykjavik, aparece desnudo y acuchillado hasta morir en su miserable habitación en el sótano. A Gulli nadie le conocía realmente bien, por lo que las pistas son pocas. Erlendur Sveinsson decide alojarse en el mismo hotel en busca del asesino, pese a que las vacaciones de Navidad están ya encima y el hotel completo. Pero al director solo le importa que el asesinato permanezca oculto y su reputación intacta. Erlendur, sin embargo, recibe la visita de su hija, que de nuevo se adentra entre las brumas de la droga y el alcohol, dejando al inspector al borde de la desesperación y la impotencia. Hasta que el hallazgo de una pista que conduce al pasado del viejo Gulli, junto a la insistencia de Sigurdur Óli y Elínborg, le sumergirá en la fascinante y emocionante historia de un niño con voz de ángel que alcanzó tan pronto la fama como el infierno.

Datos sobre el autor

Arnaldur Indridason (Reykjavik, 1961) es historiador, periodista, crítico literario y cinematográfico. Ha trabajado, durante veinte años, principalmente para Morgunbladid, el diario más importante de Islandia. Es autor de varias novelas policíacas, entre ellas Las marismas, que recibió La Llave de Cristal a la mejor novela policíaca nórdica del año 2002, y La mujer de verde, que obtuvo el Golden Dagger, el prestigioso premio concedido en Gran Bretaña de la Crime Writers Assocition y la consagración del autor islandés como un referente de la prestigiosa narrativa negra europea. Con La voz ganó el Martin Beck Award a la mejor novela negra traducida al sueco. Las tres están protagonizadas por el inspector Erlendur Sveinsson y su ayudante, Sigurdur Óli.


Impresiones sobre el libro

Ya he tenido ocasión de leer antes a Arnaldur Indridason y debo reconocer que sus libros me gustan. En este mismo blog he podido reseñar dos de sus títulos: La mujer de verde y Las marismas, y creo que con mis reseñas dejé patente que ambos me gustaron. Tenía pendiente en mi estantería el libro que hoy reseño, La voz, y creo que la #YincanaCriminal2021 ha resultado una excusa excelente para que encontrara su turno de lectura.

Siempre he comentado eso de que conviene leer los libros en orden, me refiero a aquellos que están protagonizados por los mismos personajes, porque está claro que los mismos van evolucionando, respecto a sí mismos y en su relación con aquellas personas con las que se rodean, ya sea tanto en su ámbito familiar como en el profesional. Estos aspectos quedan muy claros en la figura del inspector protagonista de estos libros, Erlendur Sveinsson. "Erlendur" significa en islandés forastero, y es así como él se siente en relación a su familia y a aquellos que le rodean. Este libro se desarrolla en vísperas de la Navidad, y aunque los compañeros de Erlendur se ofrecen a invitar al inspector a pasar estas fiestas con ellos, él prefiere alojarse en el hotel donde ha aparecido el cadáver de Gulli, con la excusa de que así estará más cerca de encontrar la solución al caso.

El cuerpo de Gudlaugur Egilsson, Gulli, es encontrado en una pequeña habitación en el sótano del hotel en el que trabajaba como portero, conserje, y un poco como hombre para todo. Apareció medio desnudo, aunque iba medio disfrazado con un traje de Papá Noel. Acuchillado en su habitación, hay indicios de que su muerte puede tener un componente sexual. Las primeras medidas del equipo encargado de la investigación, a cuyo frente se encuentra el inspector Erlendur Sveinsson, se centrarán en interrogar al personal que trabaja en el hotel, así como a los huéspedes del mismo, muy concurrido de cara a las cercanas fiestas de Navidad. Habiendo encontrado restos de saliva en el cuerpo del muerto, la investigación se va a centrar en recoger muestras entre todos los que estaban en el hotel en el momento del asesinato, y en reconstruir detalles de la vida del finado, que al parecer no eran demasiado conocidos para ninguno de los compañeros que trabajaban con él en el hotel. Las pesquisas de Erlendur y de su equipo van a reconstruir con algunas dificultades la vida de Gulli, descubriendo que en su niñez fue un niño prodigio del mundo de la música, cuya voz destacaba como cantor de coro, y que llegó a grabar dos discos, gracias a su voz angelical, aunque pronto se truncó su carrera, pasando al olvido. Un coleccionista de discos de niños prodigio, en concreto de aquellos que cantaban en coros, que casualmente se hospedaba en el hotel, pondrá a Erlendur y a su equipo en la línea correcta de investigación, y a partir de los datos encontrados el equipo descubrirá que aunque Gulli tenía familia, su relación con ellos era nula, y que su única familia residía en el hotel, aunque algunos estuvieran pensando en despedirlo, a pesar de que llevaba trabajando allí desde 1982, cuando contaba con 28 años de edad.

Paralelamente a la investigación de la muerte de Gulli, en el libro se nos va a hablar de un caso de malos tratos a un menor en el ámbito familiar, que está siendo juzgado en ese momento, caso en el que Elínborg, una de las compañeras de Erlendur está muy involucrada, porque le afecta que la víctima sea un niño y el posible responsable de sus heridas su padre, un importante empresario que intenta echar balones fuera acusando a los compañeros de colegio de su hijo de la paliza que llevó a este al hospital.

Estamos de nuevo ante una novela negra con crítica social, que echa por tierra esa sociedad idílica que nos han vendido de los países del norte. En el personaje de Gulli podemos encontrar el miedo al fracaso y la explotación infantil de los niños prodigio del mundo de la música (hechos de los que aquí en España tenemos ejemplos más que suficientes), y de cómo se les deja caer cuando ya han perdido su talento, de cuyo fruto se han aprovechado aquellos que les rodean y que hace que puedan vivir un futuro rodeados de miseria, recordando lo que fueron y pudieron llegar a ser. El mismo Gulli tiene en su mísera habitación un póster de Shirley Temple, la que fuera niña prodigio del cine estadounidense, quizá para recordar lo que pudo haber sido y no fue en su vida. Del mismo modo, en el libro se habla del maltrato infantil, del acoso escolar al que pueden verse sometidos los niños en sus relaciones con compañeros de colegio o con su entorno, y cómo el dinero y las influencias pueden hacer que algunos culpables pasen de puntillas por sus delitos. Pero también se habla en el libro del tema de las drogas y la prostitución, que parece que se practica en el hotel con el beneplácito de algunos de los que dirigen el establecimiento, que prefieren mirar hacia otro lado si algunas mujeres se ofrecen como acompañantes a los huéspedes del hotel. Erlendur recibirá en el hotel en el que se hospeda la visita de su hija, Eva Lind, a la que abandonó siendo una niña después de divorciarse de su mujer, con la que Eva Lind y su hermano se quedaron. La relación de Erlendur con su hija resulta algo tirante; tampoco tiene contacto con su hijo, que al parecer es un alcohólico. Erlendur se siente culpable de todo lo que Eva Lind ha tenido que afrontar sin su ayuda. Su hija había caído en el mundo de las drogas, y se había visto obligada a ejercer la prostitución para afrontar ese problema. Había tenido un embarazo complicado del que ya se habló en un título anterior que a punto estuvo de costarle la vida, y aunque la relación con su padre no termina de pasar por el mejor momento, sus visitas a la habitación de hotel donde este se aloja y las conversaciones que con él mantiene ayudarán en parte a desentrañar la investigación.

El personaje de Eva Lind evoluciona en este título, sabremos qué pasó con su embarazo y cómo está su relación con su padre. Conoceremos algo más del pasado del inspector, que guarda secretos que no había compartido con nadie, y entenderemos algo más su carácter gracias a lo que sobre él se nos cuenta en La voz

La investigación se desarrolla en tan solo seis días. El libro se lee bien, y su lectura resulta ágil y amena. El hecho de que haya varios frentes abiertos hace que la trama no decaiga en ningún momento. El lenguaje utilizado por el autor es fácil de seguir, aunque choca un poco que los personajes se tuteen, y se dirijan entre ellos por el nombre de pila, pero al parecer esa es costumbre de Islandia, y ya nos lo advierten al principio del libro y en alguna nota del traductor. Hay bastante diálogo y la expectación que levanta la trama desde el comienzo con la aparición del cadáver del portero del hotel de Rejkjavik se ve altamente compensada por el desarrollo de las investigaciones que se van llevando a cabo por Erlendur y su equipo.

De nuevo debo recomendar esta serie. El título no me ha defraudado para nada, y he quedado con ganas de seguir leyendo sobre el personaje del inspector. Creo que no tengo más títulos protagonizados por él en mis estanterías, pero no descarto seguir su pista en librerías de segunda mano para intentar hacerme con más títulos por él protagonizados, porque me consta que me quedan muchos por leer. 

¿Y vosotros, habéis leído algún título protagonizado por este inspector? Si no lo habéis hecho, no lo dudéis un momento, porque son títulos que merecen la pena y con los que se disfruta, al menos personalmente puedo dar fe de que los tres que he leído me han gustado mucho y para nada me han defraudado. 

¡Nos leemos!


Esta reseña participa en la #YincanaCriminal2021 en el apartado Islas enigmáticas, dentro de la casilla "El escritor ha nacido y/o reside en una isla".




2 comentarios:

  1. PUes no he leído ninguno, así que a ver si le hago hueco a alguno de sus libros.
    Besotes!!

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  2. Otra cosa no será, pero esta Yincana ha hecho que volvamos la vista atrás para repasar las estanterías en busca de libros que, de otro modo, no habrían encontrado "su momento". Me alegra enormemente que la lectura no te haya defraudado sino que, como bien dices, haya sido un aliciente para seguir leyendo libros del autor y en particular de su protagonista.

    Un beso.

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