domingo, 13 de febrero de 2022

Asesinato en Mesopotamia. Agatha Christie.

Nos vamos a Asia con Agatha Christie, con idea de completar casillas de la #YincanaCriminal2021.

Sin más vamos con los datos técnicos del libro:

Título: Asesinato en Mesopotamia
Título original: Murder in Mesopotamia
Autora: Agatha Christie
Traducción: A. Soler Crespo
Libro de 1936.
Editorial: Ediciones Orbis, S. A.
Formato: Tapa dura
En este mismo volumen aparecen también dos títulos más: El testigo mudo y Cita con la muerte.
ISBN: 84-7530-395-1 (Obras completas Agatha Christie)
ISBN: 84-7530-611-X (Volumen XV Agatha Christie)
480 páginas el volumen total, de las cuales, 172 páginas se corresponden con el título hoy reseñado.

Sinopsis

En pleno desierto iraquí, en un campamento arqueológico situado junto al yacimiento de Tell Yarimjah, Louise Leidner, la mujer del arqueólogo al frente del proyecto, da signos de una creciente manía persecutoria que le provoca alucinaciones hasta el punto de creer que alguien quiere matarla, por lo que su marido contrata los servicios de una enfermera para que cuide de ella. El Dr. Leidner y su equipo solo comprenderán la gravedad de los temores de Louise cuando esta aparezca asesinada en su habitación. De nuevo será Poirot el encargado de desentrañar el misterio.


Impresiones sobre el libro

Me gusta la Arqueología. Tuve la oportunidad de practicarla gracias a mi carrera, y siempre que en un libro se mezclan dos de mis pasiones, la intriga propia de toda buena novela negra que se precie, y datos y hechos históricos o arqueológicos, el resultado suele ser satisfactorio y suelo disfrutar por partida doble. Para afrontar la #YincanaCriminal2021, ya en su recta final, me acordé de que Agatha Christie se había casado con el arqueólogo Max Mallowan en segundas nupcias, y que había acompañado a su marido en sus expediciones arqueológicas, lo que había dado como fruto que algunos de sus libros se hubieran desarrollado en países asiáticos, y que las historias tuvieran ese trasfondo arqueológico propio de las vivencias que ella misma pudo sentir acompañando a su marido. Fue así como me animé a repasar la colección de sus novelas y me decidí a leer Muerte en Mesopotamia, porque me atrajo la sinopsis, que versaba sobre el mundo de la arqueología, y me llevaba a una historia que se desarrollaba en un país asiático, lo que venía de perlas para tratar de completar la ya nombrada yincana.

La historia empieza con un prólogo que narra el doctor Giles Reilly. En un par de páginas se pone en antecedentes al lector de que los hechos narrados en la historia ocurrieron unos cuatro años atrás, y que la encargada de recopilarlos fue la enfermera Amy Leatheran, pese a que ella no se sentía capacitada para llevar a cabo esa misión. A lo largo de veintinueve capítulos se va a ir desarrollando una trama que tiene como escenario unas excavaciones que se estaban llevando a cabo en Tell Yarimjah, en Irak, dirigidas por el eminente arqueólogo Eric Leidner. No era la primera vez que el arqueólogo excavaba allí, y muchos miembros de su equipo repetían en la expedición. La nota discordante de esta campaña parecía ser la presencia de Louise Leidner, la esposa del arqueólogo, una guapa mujer de algo menos de cuarenta años, y que parecía asustada por algo o más bien por alguien, por lo que sufría de crisis nerviosas ante el temor de que alguien quería acabar con su vida.

Para relajar la situación y para que su mujer se sintiera acompañada, Eric Leidner contrata los servicios de la joven enfermera Amy Leatheran, que se une a la expedición y pronto será bien acogida por Louise Leidner, que verá en ella una persona en quien confiar y a la que poder contar los males que parecía estar sufriendo.

El resto del equipo no se toma demasiado bien la actitud de Louise. La consideran una persona egoísta y demasiado imaginativa, que no entiende la profesión de de su marido pero que tampoco hace demasiado por integrarse, y para muchos su presencia acabó con la camaradería que reinaba entre los integrantes de la excavación en campañas anteriores. La propia Amy Leatheran va a notar una sensación de tirantez y un presentimiento de que algo iba mal nada más incorporarse a la expedición y conocer a los miembros que la formaban.

一 (...) Siempre creí que si la mujer de un arqueólogo no está realmente interesada en el trabajo de su marido, no debe acompañarle a ninguna expedición. Eso conduce a desavenencias en muchas ocasiones.

Aunque Louise Leidner tarde algo en revelar a la enfermera el secreto que la perseguía, pronto sabremos que sus nervios crispados vienen porque sigue recibiendo unos anónimos que la amenazan de muerte, y lo curioso del caso es que el autor de esos anónimos puede ser su difunto marido, Frederick Bosner, que al parecer murió en la guerra, o alguien que actúa en su nombre, quizá su hermano pequeño, porque empezó a recibir esos anónimos cuando intentaba rehacer su vida con otra persona, amenazando con matarla porque ya estaba casada y no podía ser de nadie más. Cuando se casó con Eric (hacía quince años de su primer matrimonio) los anónimos volvieron. Resulta interesante la historia que se narra en relación al primer marido de la señora Leidner, que parece volver desde la tumba para vengarse de su mujer y evitar que rehaga su vida, o la de un familiar que actúa con el mismo propósito de venganza. O eso, o Louise Leidner resulta ser una mujer demasiado imaginativa, que es lo que en realidad creen todos, que no toman en cuenta sus miedos (ni siquiera su marido da demasiada importancia a esos temores y en lugar de buscar ayuda policial para investigar quién envía esos anónimos que también han llegado a la excavación, prefiere contratar a una enfermera para que haga compañía y calme los nervios de su esposa). La relación de Louise con el equipo de su marido es dispar. A algunos no los conoce, porque se han incorporado durante esa campaña, pero con los veteranos, Richard Carey, arquitecto, y Anne Johnson, que llevan acompañándolo durante varias campañas, la situación es tirante. Nadie parece hacer caso de las excentricidades de Louise hasta que aparece asesinada en su cuarto por un fuerte golpe en la sien. La propia Amy se sentirá culpable porque no ha podido evitar este desenlace, que pronto va a ser investigado por las autoridades locales, pero aprovechando que Hercule Poirot andaba cerca del lugar de los hechos (estaba en Siria e iba de camino a Bagdad), se pedirá su inestimable ayuda para descubrir al asesino o asesinos de Louise Leidner. No será hasta el capítulo trece en el que Poirot haga su aparición, y la labor de la enfermera va a resultarle muy útil, porque sus observaciones y el hecho de que haya convivido unos días con los miembros de la expedición facilitarán el entendimiento que Poirot hará de la situación, y entre los dos les será mucho más fácil desentrañar un crimen a priori difícil de cometer, porque resultaba casi imposible que alguien hubiera accedido al interior de la habitación de la víctima sin que nadie hubiera visto al asesino, y aunque muchos tienen coartada para el momento de la muerte, que se produjo en pleno día mientras Louise descansaba, Poirot va a ir desmantelando las coartadas de unos y otros y ofreciendo varias posibilidades sobre qué debió ocurrir y cómo.

En este caso sí he descubierto al culpable, hay bastantes pistas que nos ayudan a descifrar este hecho, lo que no tenía tan claro es el cómo, y debo decir que me ha sorprendido gratamente. Esta historia me ha gustado mucho, porque me he visto envuelta en el mundo de las excavaciones, aunque solo se saquen "paredes de barro", como apunta la enfermera en un momento de forma algo despectiva; me he recordado a mí misma lavando los trozos de cerámica encontrados bajo tierra, e intentando reconstruir los cacharos de los que esos trozos formaron parte en su día, dibujando planos, disfrutando con algún que otro objeto de valor sacado de la tierra y que tendrá relativa importancia en la trama... Mientras iba avanzando en la lectura me sentía como un miembro más del equipo, y en eso hay que reconocer el mérito de la autora, que ha sabido describir con gran maestría las situaciones que pueden darse en una excavación arqueológica, y ha dotado la trama de una intriga que no pierde el interés en ningún momento, aunque pueda resultar sorprendente la explicación de la misma.

Estoy encantada de haber viajado a Irak de la mano de esta autora, que ha sabido crear una interesante atmósfera en la que es fácil que se sospeche de cada uno de los personajes que intervienen en la trama y que mantiene la intriga hasta el final, porque a lo largo de las páginas vamos a encontrar más de una sorpresa, relacionadas entre otras con el tráfico ilegal de restos arqueológicos, suplantación de personalidad, celos y venganzas, que van a amenizar la trama. Novela muy recomendable, especialmente si disfrutas con las obras de Agatha Christie, y te quieres ver envuelto/a en una excavación arqueológica (personalmente hace demasiado tiempo que no participo en una, aunque debo reconocer que en ninguna de las que he estado ha habido víctimas mortales, afortunadamente, solo algún que otro resto óseo de procedencia humana encontrado).

Esta reseña participa en la #YincanaCriminal2021 en el apartado "Sucedió en Asia, África y Oceanía" para completar la casilla "La acción transcurre en Asia o el autor de la novela es asiático".



2 comentarios:

  1. Este no recuerdo haberlo leído. A ver si le hago hueco.
    Besotes!!!

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  2. Es curioso, sabía que había leído muchas novelas de esta autora, pero me estás recordando muchas tramas que ya había olvidado a base de leer tus reseñas.

    Un beso.

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