sábado, 12 de febrero de 2022

Después del funeral. Agatha Christie.

Nueva reseña en el blog. De nuevo echamos mano de Agatha Christie para rellenar casillas de la #YincanaCriminal2021 a la que me apunté, y que ha sido ampliada hasta el 15 de febrero.

Sin más, vamos con los datos técnicos del libro:


Título
: Después del funeral
Título original: After the funeral
Autora: Agatha Christie
Traducción: C. Peraire del Molino
Libro de 1953.
Formato: Tapa dura
Edición de la Editorial Orbis, nº 18 de la colección Obras completas de Agatha Christie.
Acompañan a Después del funeral, El tren de las 4.50 y Un puñado de centeno.
ISBN: 84-7530-375-7 (Grandes maestros del crimen y misterio)
ISBN: 84-7530-395-1 (Obras completas de Agatha Christie)
ISBN: 84-7530-789-2 (Volumen 18)
Páginas totales del volumen: 480 páginas, de las cuales 160 pertenecen al libro reseñado.
Volumen publicado en 1987.

Sinopsis

La familia del rico industrial Richard Abernethie está reunida después de su funeral, cuando su hermana Cora, que siempre tuvo la costumbre de hacer comentarios impertinentes, deja caer que Richard fue asesinado. Al día siguiente ella misma será brutalmente asesinada en su casa, lo que podría hacer pensar que el posible asesino de Richard se sintió amenazado. El abogado de la familia Abernethie, Entwhistle, pedirá la ayuda de su amigo Hercule Poirot para aclarar esta compleja trama: ¿Fue Richard asesinado? ¿Sabía algo Cora de la muerte de Richard? ¿Quién podía ayudar a esclarecer los hechos con Cora muerta? ¿Quién había asesinado a Cora? Estas son algunas de las preguntas que la historia plantea.


Impresiones sobre el libro

La trama del libro se desarrolla en Inglaterra. La muerte de Richard Abernethie reúne, después de mucho tiempo, en la mansión de Enderby Hall, a una familia que apenas ha mantenido el contacto, enfrascados cada uno de sus miembros en sus propias vidas y obligaciones. Richard ha muerto sin descendencia, porque sus hijos, Mortimer y Gordon murieron antes que él, Gordon en la guerra, y Mortimer no se casó y no tuvo hijos. Cuando el patriarca de la familia Abernethie, el que mandó construir la mansión, falleció, Richard se hizo cargo de la casa y de los negocios. Fue como un padre para sus hermanos y hermanas menores, y ahora que había muerto sin que sus hijos le hubieran sobrevivido, su muerte traía como consecuencia reunir a la familia para leer su testamento y repartir su legado. El mayordomo de la casa, Lanscombe, recordaba tiempos mejores en los que unos entraban y otros salían.

A medida que vamos entrando en la historia se nos van presentando los miembros de la familia, de la mano de los recuerdos que de ellos tiene el mayordomo de cuando eran más jóvenes, y por su forma de comportarse tras la muerte de Richard, muerte que hace que se reúnan hermanos y sobrinos para la lectura del testamento. El señor Entwhistle, amigo personal de Richard además de abogado de la familia, es su albacea testamentario, y no duda en acudir al funeral de su amigo a pesar de su edad. Se nota, a medida que se avanza en la lectura, que la familia de Richard no sintió en exceso su muerte, porque los vínculos estaban rotos desde hacía tiempo, pero aquí cobra importancia el drama familiar. Ante la posibilidad de conseguir una herencia sustanciosa, los miembros de la familia acuden en tropel a mostrar sus respetos, y ahí es cuando nos vamos a dar cuenta de que se mueven principalmente por la necesidad económica a la que muchos de ellos se ven enfrentados. Se nota que hay tensiones entre ellos, porque no son una familia unida, y el reparto del testamento no termina de gustarles a todos, pero lo que pondrá la nota discordante será el comentario de Cora, la hermana de Richard, a la que había visitado recientemente, sobre el posible asesinato de su hermano. Nadie parece prestar atención al comentario de Cora, que siempre ha sido tenida por una excéntrica, una bobalicona que se alejó de la familia cuando huyó con un artista que la familia consideraba como desagradable. Cuando huyó con él, Cora era una chica bonita, veinticinco años después era mayor y obesa. Acostumbrados a su forma de actuar y a sus comentarios fuera de tono, nadie prestó atención a sus insinuaciones, pero su muerte al día siguiente del funeral, a golpes de hacha en su propia casa, hacen pensar al albacea del testamento que igual lo que comentó sobre Richard debía ser tenido en cuenta, y de ahí que solicitara la ayuda de Poirot. La policía manejaba el robo como causa probable del asesinato de Cora, pero no nadaba en la abundancia y era poco lo que podían robar en su casa. Le gustaba pintar, como también lo hiciera su difunto marido, y se dedicaba a comprar cuadros sin valor que vendían en los pueblos cuando vaciaban algunas casas. Podía parecer una persona inofensiva, pero quizá sabía más de lo necesario y por eso acabaron con ella.

Si algo tiene este libro es que nos va presentando a los distintos miembros de la familia Abernethie con sus problemas y defectos, de tal manera que como lectores vamos a encontrar motivos para sospechar de todos y cada uno de ellos, porque todos parecen guardar secretos, y necesitar la herencia para hacer frente a proyectos, o para afrontar las consecuencias de las malas decisiones tomadas en su vida. Por si fuera poco, ninguna de las personas relacionadas con la familia tiene coartada sólida para el momento de la muerte de Cora Abernethie, con lo que las sospechas hacia unos y otros se agolparán en nuestra cabeza tratando de buscar un culpable de las dos muertes, porque es probable que ambas estén relacionadas. La autora juega al despiste con los lectores: presenta unos personajes, da razones por las que pueden resultar culpables y les dota de endebles coartadas para que sospechemos de ellos.

Como siempre, Poirot conseguirá desentrañar el misterio, aunque su intervención no marcará las pautas desde el principio de la historia (para entrar en la casa y acercarse a los posibles asesinos se hizo pasar por el señor Pontarlier, representante de una asociación extranjera interesada en adquirir la mansión), y como lectores podremos hacer conjeturas de quién es el responsable y el motivo, teniendo en cuenta que iremos conociendo a los personajes antes de que lo haga el detective.

"Quiso verles allí... a todos juntos, y ya los tenía reunidos. ¿Y ahora qué iba a hacer con ellos? Sintió un repentino disgusto por tener que continuar aquel asunto. ¿Por qué? (...)"
"(...) Se daba cuenta de que la descripción que el señor Entwhistle hiciera de la familia había sido admirable. A pesar de ello, Poirot quiso verlos por sí mismo, imaginando que al conocerlos íntimamente tendría la idea... no de cómo o cuándo... (esas eran preguntas que no le concernían. El crimen, era posible... eso era todo lo que necesitaba saber), sino de quién. Pues Hércules Poirot tenía toda una vida de experiencia, y como el entendido en pintura puede reconocer el artista por sus obras, así Poirot creía poder reconocer al tipo de asesino amateur, quien estaría preparado para volver a matar... de surgir complicaciones".

Es una historia recomendable, porque mantiene la intriga hasta el final y a lo largo de los veinticinco capítulos que conforman las ciento sesenta páginas que componen la historia en esta edición, encontramos alguna que otra sorpresa que atenta contra las vidas de algunos de los protagonistas. El ritmo de la trama no decae y la historia es entretenida. La autora sabe mantener el interés del lector hasta el final, gracias al uso de pistas falsas y sorpresas inesperadas, aunque finalmente el caso queda resuelto y como siempre Poirot será el encargado de explicar cada una de esas pistas y de dar la información que como lectores necesitamos para comprender el caso.

No sabía que iba a retomar mis lecturas de libros de Agatha Christie, a la que tenía un poco olvidada, pese a que había reseñado alguno de sus libros en el blog antes de la #YincanaCriminal2021, que ha hecho que me acerque de nuevo a ella, porque sus libros sirven de comodín para completar varias casillas de la yincana, dada la ingente cantidad de títulos publicados. Por si fuera poco, he descubierto que por las tardes, en el canal Paramount Network están emitiendo la serie "Poirot", y he podido ver algún que otro episodio. Casualmente hace pocos días vi la adaptación de "Después del funeral" y debo reconocer que es bastante fiel al original. Si tenéis oportunidad, leed el libro. Está bien ver la serie, pero en mi opinión, si es posible, merece la pena ver los episodios después de leer los libros.

Esta reseña participa en la #YincanaCriminal2021 en el apartado "Islas enigmáticas", para completar la casilla "La víctima es una mujer".



1 comentario:

  1. La verdad es que estás amortizando la colección de Agatha Christie pero bien. Fíjate que este caso no me suena nada y yo también la tuve.

    Un beso.

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