Hoy vengo con la reseña de un libro corto, de los muchos que se están acumulando en mi
kindle para pc, y que la propia autora tuvo la amabilidad de ofrecerme hace ya demasiado tiempo. Aprovechando el reto genérico, y que el libro no es demasiado extenso, ha adelantado puestos en la lista de
pendientes que cada vez se hace más larga.
Eva Martins, la autora, se puso en contacto conmigo para ofrecerme la lectura de su libro, pero entre que no tengo lector kindle y tengo que leer en el ordenador, y que el tiempo no se alarga todo lo que nosotros querríamos, no he encontrado el momento hasta ahora, y debo reconocer que ha sido porque recordé que vendían
"Pensión Sotavento" como una novela divertida, de ahí que haya adelantado puestos para su lectura.
Sin más, vamos con los
datos técnicos del libro:
Título: Pensión Sotavento
Autora: Eva Martins
Edición: Autoeditado
Formato: versión kindle
Longitud de impresión: 144 páginas
ASIN: B00PQGKTTK
El precio actual es 2'99€ y se puede adquirir
AQUÍ.
Sinopsis (tomada de la página del libro):
¿Quién es el culpable de que esta serie de personajes tan divertidos y disparatados hayan acabado con sus huesos en la Pensión Sotavento?
Un lugar en el que cualquier situación, embrollo, locura, embuste, despropósito, contrasentido, dislate, extravagancia, absurdo y desvarío puedan parecer reales como la vida misma.
Pensión Sotavento tiene las puertas abiertas a todo aquel que busque en la lectura risas y entretenimiento. ¿Te atreves a entrar?
Impresiones sobre el libro
En apenas
once capítulos la autora nos acerca a un episodio de la vida de
Julián, un caza-fortunas que sin oficio ni beneficio se acerca por primera vez a
La Isla, el escenario en el que se desarrolla la trama, en la década de los noventa. Acompañado de dos compinches,
Franco y
el General, se dedican a buscar víctimas, especialmente viudas con algún patrimonio que poder esquilmar.
Aunque
Julián llevaba tiempo paseando su
palmito por el centro de
La Isla, parecía que no había viudas ni solteras sin compromiso; todas las mujeres parecían estar emparejadas y las viudas lo eran de militares, con lo cual acceder a ellas podía ser complicado, porque los círculos en los que se movían no estaban abiertos a todo el mundo.
Cuando ya la economía de
Julián estaba en las últimas, tras hospedarse en un hotel en pleno centro de la ciudad, sin haber conseguido ninguna víctima con la que subsistir, su compinche
Franco le habla de una viuda muy conocida a la que llaman
patrona; se trata de la dueña de la "
Pensión Sotavento", en el
barrio de Gallineras. Aunque la pensión está llena de cotorras y marujas, el verdadero negocio está en la patrona, porque su marido fue marino mercante y al parecer se trajo unos diamantes de África, que ella, y era una noticia que todos sabían, guardaba en la pensión. Ante la casi falta de dinero, y la perspectiva de conseguir un buen botín en poco tiempo,
Julián se muda a la pensión como un inquilino más.
La
"Pensión Sotavento", un edificio algo destartalado de tres plantas será el escenario de esta
"comedia de situación" en la que
Julián desplegará todas sus artes para conseguir finalmente su objetivo, compartiendo alojamiento y protagonismo con unos
personajes algo estereotipados: la propia dueña y los inquilinos de la pensión, porque aunque pareciera que
Julián era el personaje principal, a medida que se avanza en la lectura descubrimos que comparte el protagonismo con el resto de inquilinos, hecho que se ve favorecido por los abundantes diálogos que predominan y que dan lugar a episodios graciosos que están protagonizados por todos en general.
Julián no es demasiado mayor, y tiene muy buena planta, viste bien y tiene un aire de superioridad que le hace mirar al resto de compañeros de pensión y al mundo en general por encima del hombro. Los propios inquilinos de la pensión no entienden qué hace un personaje de su categoría en un lugar como ése. La
patrona,
doña Victoria, es una mujer viuda no demasiado mayor, pero por su forma de vestir y peinarse y por su carácter aparenta más años de los que tiene. Julián hará uso de su labia y su buena presencia para conseguir el propósito que le lleva a la pensión.
Como compañeros de piso, doña Remedios, también viuda, que vive con una hija de veintitantos años, aficionada a los porros. Como lleva muchos años de inquilina fija en la pensión, ocupando el bajo del edificio, nadie conoce realmente su nombre, la conocen como
la portera, y ejercía esa labor a cambio de no pagar alquiler. Doña Remedios ve en Julián un buen candidato a ser el novio de su hija, y por eso siente hacia él cierta admiración.
Otra de las inquilinas,
doña Carmen, vivía con su marido y una hija adolescente. Completan el elenco de protagonistas
don Manuel y
don José, huéspedes antiguos de la pensión, hermanos gemelos, que están viviendo allí desde que cerró el negocio en el que trabajaban;
don Justo (que en realidad se llamaba Matías, pero la muletilla que utilizaba al hablar hizo que le cambiaran el nombre), era un maestro jubilado que tras la llegada de
Julián tuvo que compartir dormitorio con
Serafín, un homosexual sin prejuicios que se limitaba a soportar a la patrona, y
Dolores, que tampoco se llamaba así, pero que se quedó con ese nombre porque siempre se estaba quejando de algo.
Un elenco de personalidades variadas y estereotipadas, numerosos malentendidos y un fin común que parecen perseguir todos los miembros de la pensión, aderezados con un lenguaje coloquial, una trama rápida y numerosos diálogos hacen que la historia rápidamente se devore. Si disfrutáis con las comedias de situación, os gustaban las historias televisivas del tipo "Hostal Royal Manzanares" o las
sitcoms dirigidas por José Luis Moreno, podéis disfrutar con este libro. Es una historia que se lee rápido (la he ido dejando de lado y la he devorado en una tarde), presenta situaciones divertidas y mantiene una pizca de intriga, porque hace que el lector se plantee si al final los protagonistas conseguirán sus planes. La autora consigue en
mi opinión una historia bastante entretenida, con un final que realmente me ha sorprendido gratamente.
Si hay que ponerle un
pero, quizá, además de algún que otro error gramatical, que bien puede ser subsanado con una nueva revisión de la historia, es el sobrenombre que le han puesto, vendiéndola como
"la novela más divertida del año". Reconozco que es más fácil hacer llorar que reír en los libros, y que la novela de humor no es mi género preferido, quizá porque no suelo reírme a carcajadas cuando leo, a lo sumo los textos me sacan alguna que otra sonrisa, y eso es lo que ha ocurrido con
"Pensión Sotavento", una comedia de situación, ambientada en Cádiz, con diálogos tópicos según el personaje que hablara, y que me ha hecho pasar un buen rato. En definitiva, lectura recomendable para descansar de tramas más sesudas con la que puedes relajarte. Y vosotros, ¿la habéis leído?
¡Gracias a la autora por el envío del ejemplar y pedir disculpas por no haber podido afrontar antes su lectura!
La verdad es que no he encontrado información sobre la autora, y eso que la he buscado. Si queréis poneros en contacto con ella, os dejo el
enlace a su cuenta de Twitter.
¡Nos leemos!