Nuevo año y empezamos las reseñas de los libros leídos de la mano de #SoyYincanera. El autor del libro del que hoy os hablo es un "viejo" conocido del grupo, y cuando supimos que iba a publicar un nuevo título, contábamos los días para poder disfrutar de nuevo con su prosa.
UN JOVEN EDUCADO PARA REGIR EL DESTINO DE LOS SUYOS
Siglo IX. Hrolf Ragnallson ha dejado atrás su Noruega natal y ante el ocaso de su padre, como primogénito, será el encargado de capitanear el Águila de las Tormentas y dirigir a sus hombres hacia otras costas, con la esperanza de obtener fortuna y renombre.
UN VIAJE A LA PENÍNSULA EN UN SIGLO CONVULSO
Atraía por las legendarias riquezas de al-Ándalus, la gran flota vikinga pone sus miras en la península y arriban a Galicia. Confían en saquear cuanto encuentren a su paso sin dificultad, pero ignoran que Ramiro, el rey asturiano, ha decidido presentar batalla.
SOLO UN VIKINGO PUEDE SER LIBRE MÁS ALLÁ DE SUS FRONTERAS
Cuando el ejército vikingo es derrotado, Hrolf se convierte en un esclavo al que otorgan el nombre de «lordemano». A partir de entonces deberá sobrevivir en ese territorio de cultura extraña, en una aventura en la que las guerras, las traiciones inesperadas y las pasiones imposibles serán únicamente el comienzo de su lucha por la libertad, la venganza y el amor.
Tras la trilogía Las cenizas de Hispania y El nombre de Dios, José Zoilo se ha consagrado como uno de los mejores novelistas históricos de España. En esta novela, repleta de acción, nos presenta a un personaje que permanecerá para siempre en el corazón de los lectores.
Y estos son los datos sobre el autor que aporta el libro:
JOSÉ ZOILO HERNÁNDEZ (Tenerife, 1977) es biólogo de profesión y trabaja en el ámbito de la agricultura y el desarrollo rural. Aunque su labor profesional ha discurrido por el campo de las ciencias, es un auténtico apasionado de la historia desde muy temprana edad. Su primera novela, El alano, fue galardonada con el I Premio de Novela Histórica de Pozuelo de Alarcón y quedó finalista del Premio Ciudad de Úbeda. Con ella inició la trilogía épica Las Cenizas de Hispania, una apasionante recreación de la Hispania tardorromana que continuó con Niebla y acero y concluyó con El dux del fin del mundo. Esta trilogía lo ha consagrado como una de las nuevas voces más importantes del panorama de la novela histórica nacional. En 2020 publicó El nombre de Dios y cosechó un gran éxito de crítica.
© Fotografía del autor: Jorge de Miguel García
Impresiones sobre el libro
No es la primera vez que leo un libro de José Zoilo. En #SoyYincanera ya tuvimos oportunidad de disfrutar de El alano y El nombre de Dios. Con la lectura de Lordemano no me queda duda de que seguiré pendiente de todo aquello que publique el autor. En su momento dije que con él me había reconciliado un poco con la novela histórica. Hubo una época en la que leía principalmente este tipo de literatura, pero la tenía algo olvidada, y con Zoilo debo reconocer que recuperé las ganas de adentrarme de nuevo en el género, y todo tiene una explicación: estudié Historia y me encantaba la Edad Media, la alta y la baja, especialmente si los hechos que se desarrollaban en la Península Ibérica. José Zoilo ha ambientado sus novelas en este entorno, tras la caída del Imperio Romano, la posterior caída del reino visigodo y la llegada de los musulmanes, que no pararán de enfrentarse a los reinos cristianos del norte en un intento por expandir su dominio sobre el territorio. Tenemos que recordar que los musulmanes llegaron a la península en el año 711, así que, si Zoilo quiere seguir contándonos historias sobre hechos que se desarrollaron en este territorio a partir de esa fecha o un par de siglos antes, en mí va a tener una lectora asegurada, porque creo que me estoy convirtiendo en zoiloadicta.
Pero vamos con el tema que hoy nos ocupa, que no es otro que la reseña de Lordemano. El autor sitúa la trama en el siglo IX. Será el protagonista principal, Hrolf Ragnallson, el encargado de contar su historia, que se desarrollará a partir de un prólogo, treinta y tres capítulos y un epílogo. Al principio del libro vamos a encontrar un índice de topónimos que nos ayudan a saber dónde estamos en cada etapa de la lectura, así como un glosario de términos que favorecerán el entendimiento de las distintas costumbres y creencias del pueblo escandinavo al que pertenecen los protagonistas principales, así como una guía de personajes que intervienen en escena, entre los que el autor distinguirá entre los que verdaderamente existieron y los salidos de su imaginación.
Hrolf Ragnallson es el protagonista indiscutible. De origen noruego acompañó a su padre y a su familia hasta instalarse en Erin, la actual Irlanda, donde viven una vida más o menos apacible, aunque se ven obligados a luchar contra los pueblos cercanos que no ven con buenos ojos que gentes de otros lugares se hayan instalado en sus tierras. Después de dos inviernos duros en Erin, el padre de nuestro protagonista resultó herido en una de las escaramuzas contra los pueblos vecinos, y todo parecía indicar que Hrolf, como primogénito, sería el encargado de sustituir a su padre en las funciones de jarl.
"Mi padre siempre me había dicho que ser hijo de un jarl no representaba privilegio alguno si no se luchaba por mantenerlo (...)"
La vida de nuestro protagonista transcurría en Erin junto a su padre Ragnall Hrolfson, conocido como Ragnall Mandíbula de Oso, su madre, su hermana pequeña, Jora, y su hermano menor Egil. El padre de Hrolf era un jarl, y él como primogénito estaba destinado a la lucha y a sustituir a su padre cuando este ya no pudiera estar al mando del poblado.
"(...) desde muy pequeño, consciente de lo que se esperaba de mí, me entregué con entusiasmo a mi tarea. No resultaba sencillo: mis instructores eran despiadados, como así lo serían mis enemigos, y mis compañeros de armas durante los periodos en que cambiaban sus hoces por las hachas parecían volcar en mí toda su rabia al saberme destinado a mandarlos en un futuro, solo por ser hijo de quien era".
Hrolf Ragnallson, pese a su juventud, se presenta ante nosotros como un personaje fuerte, que honra a su familia y a las tradiciones en las que ha sido criado, y que toma a su padre como referente pretendiendo en un futuro ser igual de bueno que él o incluso superar su prestigio llegado el momento. Defiende a su familia y trata de hacerse respetar entre los suyos, porque son esas mismas personas sobre las que va a gobernar en un futuro, cuando su padre ya no pueda hacerlo, o al menos así estaba escrito, hasta que nuestro protagonista decide embarcarse al mando del drakkar de su padre, el barco conocido como El Águila de las Tormentas, para hacer una incursión a tierras más al sur para llevar un poco de acción a su pueblo y demostrar que puede estar al frente de aquellos que luego deben aclamarlo como jefe. La empresa no iba a resultar complicada a priori, porque no iban a alejarse demasiado de sus tierras, así que el hecho de que los dos hijos varones de Mandíbula de Oso se dispusieran a iniciar esa aventura supondría un orgullo total para el jarl al mando.
Ilusos de nosotros. ¿Cómo vamos a pensar en que haya una historia llena de aventuras detrás de Lordemano si los acontecimientos se desarrollan sin la menor dificultad? Está claro que Zoilo ha pensado en todo, y después de presentarnos al protagonista en Erin, rodeado de su familia, acercándonos a su faceta más humana de buen hijo, buen hermano y de joven enamorado de Astrid, lo enfrenta a su madurez haciendo que su periplo al mando de la nave de su padre no resulte todo lo fácil que pudiera suponer; enfrentándolos a una dura tormenta, se alejan más de la cuenta de su objetivo y se van a unir a un buen número de naves también del norte cuyo destino son las tierras de Spanland, atraídas por las riquezas que se cree manejan los habitantes de al-Ándalus.
Pero el destino es caprichoso, y esa incursión en Spanland no va a ser cosa de pocos días para el protagonista de nuestra historia. Aunque los hombres del norte, los lordemanos como los llamaban los reinos cristianos de la Europa occidental, tenían fama de valerosos, y sus barcos eran temidos nada más ver que se acercaban a las costas, los habitantes del norte de Hispania les plantan cara en una lucha encarnecida y que de manera colosal ha sabido narrar el autor entre las páginas del libro, de tal forma que los lordemanos se ven obligados a huir hacia el sur, y son demasiados los guerreros que pierden la vida en esta escaramuza que no tiene el resultado previsto. El joven Hrolf luchará como el más bravo de los guerreros, pero tendrá la desgracia, o la suerte para el lector, de no poder regresar a su nave, y se verá obligado a subsistir en tierras cristianas, bajo el dominio del rey asturiano, perdiendo su calidad de jefe guerrero y pasando a convertirse en un esclavo, compartiendo su vida a partir de ahí con otros hombres del norte que también habían caído bajo las garras cristianas, pero a los que no conocía, y con otros esclavos de diferentes etnias y religiones, a los que separaban principalmente las creencias y la lengua. Pero habrá algo que hará que Hrolf no se rinda en su lucha: su deseo de volver a su tierra para recuperar aquello que sabe que le pertenece. En Erin le espera su familia, el amor de Astrid y el derecho a gobernar sobre los suyos; ese será el motor que moverá al protagonista de Lordemano para mantenerse con vida, para enfrentarse a todo aquel que se oponga a su destino, bien como esclavo, bien como soldado a las órdenes de gobernantes cristianos, bien como guerrero que colabora con otros hombres del norte para hacer fortuna y regresar a su patria para llevar a cabo sus planes. Hrolf sufrirá toda clase de penalidades en los años que pasa en Hispania, como esclavo reconstruyendo las murallas de enclaves en otro tiempo importantes que debían frenar a los musulmanes que cada poco tiempo invadían las tierras que los cristianos iban recuperando, como soldado enfrentándose a las tropas musulmanas buscando la promesa de su libertad, y como luchador al lado de su pueblo, buscando un botín con el que regresar a su patria y poder llevar a cabo sus planes de venganza. Porque sí, si hay un motor que mueve al protagonista es la venganza y el amor, aunque no vamos a dar detalles aquí de qué es lo que realmente pasa. Te recomiendo que te acerques a la lectura de este libro si quieres disfrutar de una aventura que no va a dejarte indiferente.
A medida que leía el libro tenía sentimientos encontrados. Me gustan los libros que se desarrollan en la Península Ibérica en época medieval, como ya he dicho, y lo lógico sería que mi corazoncito fuera con los cristianos, pero en este caso, Hrolf y su pueblo me han ganado desde las primeras páginas, desde que Zoilo presenta a los personajes en su tierra, Erin, y no quería que les pasara nada, ni a él ni a los suyos, ni a aquellos a los que va conociendo por el camino y con los que acabará unido por algo más que por la amistad. En el libro se relatan batallas bastante cruentas, pero el autor lo hace de forma que parece que las asumimos, sin que nos paremos a pensar lo duro que resultaría para muchos vivir en aquella época, con las incursiones de unos y otros, que solo buscaban encontrar botín y aniquilar a aquellos que no pudieran servirles como esclavos. Debo ser un poco rara, lo reconozco, porque aunque es una época que me llama mucho la atención, no tengo claro que hubiera sobrevivido en ella.
El autor ha creado, como siempre hace, al menos en los libros que he podido leer de él, unos personajes potentes a los que dota de mucha personalidad. En este caso es el protagonista el encargado de contar su propia historia, y como lectores sufrimos con todo lo que le acontece a lo largo de las casi seiscientas páginas con las que cuenta el libro. Para dar una cierta dosis de veracidad a la trama, Zoilo echa mano de personajes reales con los que se encuentra el protagonista a lo largo de su periplo por Hispania, y narra algunos hechos históricos conocidos, que explica muy bien al final del libro, aunque también se toma alguna que otra licencia quizá poco creíble, como el hecho de la facilidad con la que Hrolf y sus compañeros escapan de la batalla de Guadacelete, que supuso una derrota enorme de las huestes cristianas a manos de los musulmanes, tras caer en una encerrona de la que parecía no había escapatoria.
A pesar de la extensión del libro, las páginas vuelan rápidamente entre nuestras manos, porque la trama resulta bastante ágil, son muchas las aventuras por las que se ve obligado a pasar el protagonista, y seguimos leyendo con la esperanza de que vea culminado su deseo de cumplir el destino para el que estaba llamado. El hecho de que la trama se desarrolle en Spanland o Hispania hace que como lectores entremos en contacto con la cultura cristiana, musulmana y normanda, y con sus diferencias en cuanto a lengua y religión. El propio protagonista hará por aprender el idioma de los cristianos y de los musulmanes con los que comparte cautiverio, así como acercarse a sus creencias religiosas para intentar así atraer a unos y otros hacia su causa, que no era otra que dejar de ser esclavo y poder regresar a su patria. Gracias a Lordemano vamos a aprender datos sobre la mitología escandinava, con todos los dioses y seres que la pueblan, y dejaremos de lado algunos mitos, como el de los cuernos en los cascos de los vikingos o hombres del norte, que según aclara el autor para aquellos que no lo sepan proviene de la imaginación de los autores románticos, porque los vikingos utilizaban los cuernos para beber su hidromiel, bebida que riega todas las celebraciones habidas y por haber de estos hombres del norte.
Como en libros anteriores, Lordemano no me ha decepcionado para nada, más bien al contrario. Como he dicho, tenía sentimientos encontrados a la hora de cómo se desarrollaban las batallas, porque no quería que sufrieran ni unos ni otros, y está claro que en este libro, por estar desarrollado en la época en que lo está, hay muertos, y muchos. Me sigue gustando cómo escribe José Zoilo, y como consigue hacer amenas etapas tan complicadas de nuestra historia, acercando al lector a aventuras muy bien descritas, que parten de una gran imaginación, aunque sin dejar de lado un trasfondo histórico de realidad. Consigue que las escenas narradas sean fácilmente imaginadas, y que los protagonistas cuenten con la empatía de los lectores. Sin duda, el autor se ha convertido en todo un referente de la novela histórica española, y personalmente no voy a perderle la pista.
Si no os habéis acercado a los libros de este autor, ya estáis tardando. Se pueden leer de manera independiente, claro que sí. Lordemano es una historia autoconclusiva, pero José Zoilo va narrando la historia de la Península Ibérica en orden cronológico en anteriores libros, así que, podéis empezar por este o por los anteriores, pero os recomiendo que no lo dejéis pasar, porque merece la pena, y vais a disfrutar mucho con los personajes por él creados, especialmente si disfrutáis con la novela histórica.
Teniendo en cuenta que la Edad Media llegó hasta el siglo XV, que en la Península Ibérica se dieron cita pueblos de muy diversa índole, y que el autor está escribiendo sus obras de forma cronológica, no sé qué nos deparará el futuro, pero lo que sí está claro es que personalmente voy a esperar su próxima novela con ganas, porque lo que he leído de él lo he disfrutado. Mientras tanto, y a la espera de un nuevo libro, intentaré hacerme con el segundo y tercer título de la trilogía "Las cenizas de Hispania", que no tengo en mi poder, para seguir disfrutando de la prosa del autor.
Por si no os ha quedado claro, Lordemano es una novela muy recomendable, para aquellos que disfruten con la novela histórica, para quienes disfruten con las novelas de aventuras y para todos aquellos a los que les encante el mundo de los vikingos, porque en definitiva resulta una novela muy amena, adictiva y entretenida, en la que encontraremos aventuras, batallas, amor, honor, y deseos de venganza, todo ello de la mano de la prosa de José Zoilo, un escritor que ha demostrado que sabe de lo que escribe y que sabe también cómo hacerlo, y al que además debemos agradecer en #SoyYincanera que haya respondido a los comentarios que sobre el libro hemos ido haciendo en twitter, demostrando ser uno más entre el grupo que ha podido disfrutar de esta lectura conjunta que hemos llevado a cabo.
¡Hasta una próxima entrada! ¡Nos leemos!